El hallazgo de una fosa común en el cementerio de Dabeiba, población del departamento de Antioquia, al noroeste de ese país, donde se hallan los restos de entre 40 y 70 personas ejecutadas por el ejército colombiano y presentadas a la opinión pública como guerrilleros dados de baja en combate, volvió a poner la lente de la opinión pública en los que se conocen como «falsos positivos», ocurridos durante el gobierno del ahora senador Álvaro Uribe.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Luego de la firma del acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC, el sistema de justicia derivado, ha logrado vincular a numerosos miembros de la fuerza pública, quienes han ido entregando poco a poco información sobre las acciones ilegales cometidas en el marco de un conflicto que lleva más de 50 años activo.
A partir de la posibilidad que estos espacios generaron para conocer los hechos de guerra, la Fiscalía General de la Nación, organismo encargado de adelantar las investigaciones criminales en Colombia, hay cerca de 200.000 cadáveres en fosas comunes a lo largo de ese país y el mayor de los retos para dicho ente, será el de identificarlos y regresarlos a sus familiares.
Durante las diligencias de la Jurisdicción Especial para la Paz en Antioquia, se ha recibido el testimonio de 160 ex militares, con lo que se ha logrado establecer, por lo menos 400 ejecuciones extrajudiciales en esa región del país. Sin embargo, las cifras oficiales no concuerdan con las de organizaciones de derechos humanos y otros entes investigadores, pues mientras para la Fiscalía las ejecuciones sumarían 2.200 aproximadamente, hay reportes que hablan de 5.000 e incluso 10.000 entre 2002 y 2010, años en que Uribe, padrino político del ahora presidente Iván Duque, fue presidente de Colombia