Rara vez volvemos sobre un tema ya tratado. Sin embargo, el viaje del Presidente Lacalle, Arbeleche y Bustillo recién comenzaba cuando sentimos la alarma de riesgo que nos llevó a escribir. Pero no creíamos que se iban a dar tantos atentados al interés nacional.
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Dijimos ya que no nos parece que el presidente deba viajar, menos a Londres, con uniforme de exalumno del British. No da. Tiene una investidura que respetar. También que el premier Johnson tiene los días contados. Es una constante de Bustillo pasear por los pasillos de los perdedores: republicanos, tras su derrota en EEUU; Bolsonaro, con chances de que Lula gane en primera vuelta o seguro en segunda.
Cerquita de Londres, Macron (nadie le llamará izquierdista) está a punto de comenzar su segundo mandato. Insistimos que, por la dignidad del cargo, no debió hablar en inglés: menos con mala pronunciación y errores graves. Reiteramos todo esto, pero nos faltaba, porque no había ocurrido aún lo peor.
Dejemos de lado que “más chico” no se dice “more small”, sino “smaller”; “no tenemos que” no se dice “we have not to”, sino “we don´t have to”. Pero bueno, en Downing Street estarán acostumbrados. Si uno realmente sabe el idioma, no necesita alardear, sino usar su lengua natal, la de su gente.
Ahora, sobre el final del video difundido, tanto que ni siquiera lo traducen al español, Boris Johnson habla de dos temas gravísimos: puentear los acuerdos regionales para negociar bilateralmente. Ya no es que no estamos de acuerdo: el premier británico incurre en una inaceptable injerencia en los asuntos de la región.
Más al final, tanto que ni termina la idea, habla de un tratado de defensa entre el su país y Uruguay. ¿Y esto? Uruguay, solidario con el reclamo argentino sobre las Malvinas, partidario de una solución pacífica y negociada del conflicto, ¿firma un tratado de defensa con la potencia ocupante? ¿Para defendernos de quién? ¿De Argentina?
Es gravísimo. ¿Quién y cuándo lo negoció? El ministro de Defensa ni siquiera integró la delegación y viajar no le disgusta. Vemos en todos los noticieros, diariamente, a García hablar de todos los temas imaginables, pero de un tratado de cooperación de defensa extrarregional, nunca dijo una sola palabra.
“El pueblo quiere saber de qué se trata”. La cita vale por su contenido y porque se eligió para viajar a Reino Unido las vísperas del 25 de mayo. Fiesta nacional argentina, que también es nuestra por mandato del historia. 212 años después, queremos saber de qué se trata.
Un par de puntos más sobre la visita, que pasará a integrar las páginas más oscuras de la diplomacia oriental. La visita al Parlamento, seguida de una entrevista de prensa y el acuerdo con un laboratorio inglés.
El periodista de BBC lo paró en seco, cuando le quiso “cancherear” como hace en la Torre Ejecutiva.
-¿Uruguay se equivocó?
-Yo voté en contra.
-Diga sí o no. Hablo con el presidente , no con un exsenador: ¿sí o no?
Debe asumir que no es un dirigente más, es el presidente.
Gran Bretaña tiene el sistema más puramente parlamentario del mundo. Pero fue de una visita turística con una comidita, el speaker y una de las vicepresidentas. Ni siquiera una cita con el líder de la minoría. Como en los viajes de graduados, la comitiva se sacó una foto con el Big Ben detrás, al terminar el tour.
Foto también con los representantes de un laboratorio privado que instalará un vacunatorio en el aeropuerto. ¡Otra vez los laboratorios lidiando directamente con el gobierno! Ya no hay pandemia que lo explique. ¿Es un acuerdo con el Estado? ¿Hubo licitación? ¿Quién eligió al inversor?
Todos los uruguayos reconocemos en Enrique Iglesias a uno de los mejores cancilleres que tuvimos. Sin duda el que generó más consensos y participación plural en torno a su gestión. Solía decir que “los Estados negocian las reglas de juego, las pistas de aterrizaje para el inversor. Los negocios se hacen entre privados”.
Nunca mejor dicho: Eclesiam dixit.