Hay veces que uno podría errar en sus pronósticos. No me ocurre porque generalmente, no los hago. Lo que va a pasar no es ciencia política, es futurismo, adivinanza. Cuando me juego a que algo va a suceder, es porque muy obvio. Lo hice sobre la conducción de nuestra diplomacia. Lamentablemente, tuve razón.
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Uruguay es pequeño. De tamaño, en la región (varios países europeos son más chicos), pero es pequeño en población, en volúmenes de producción, por ejemplo. Somos lo que se suele llamar un país tomador de precios, ya que no puede afectar la oferta (exportaciones) ni la demanda (importaciones).
Sin embargo, como enseña Martí en diversos trabajos literarios, se puede sacar de la debilidad, la fortaleza. Y eso ha hecho Uruguay en su historia. ¿Cómo puede explicarse de otro modo su papel internacional en momentos claves? El recordado embajador ante la ONU Rodríguez Fabregat en el conflicto Palestino-Israelí, por ejemplo. (La Resolución 181 de 1947 da nacimiento a ambos Estados).
Uruguay presidió varias veces el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Recordemos, por ejemplo, a Pedro Berro durante el conflicto hispano-británico en Gibraltar y a Carlos M. Vásquez durante la invasión de EEUU a Dominicana para derrocar el gobierno constitucional de Juan Bosch. En ambos casos Uruguay dictó cátedra recogida por la prensa internacional.
En reciente curso con el Prof. Roberto García, sobre las relaciones de Uruguay y Cuba durante la Guerra Fría, constaté la dignidad de nuestra diplomacia durante gobiernos de diverso signo partidario. Luego, la vergonzosa actitud de romper relaciones, actitud que Wilson, integrante del gobierno, rechazó, yendo al aeropuerto a despedirles.
¿Por qué esa desproporción entre el poder económico y el diplomático? Por su apego a los principios de no intervención y solución pacífica de las controversias. Determinados valores de nuestra posición internacional acuñó el término Política Exterior de Estado, título que lleva mi ensayo de 1993, presentado por el Dr. Sergio Abreu, canciller de la época.
¿Cómo y cuándo se perdió esto? Al abandonar esos principios rectores. Insistimos en los mismos ejemplos.
Señalar a los países según la ideología de sus gobiernos negándoles su derechos de participar en organismos multilaterales. Nunca se había hecho antes. Cuba no fue a la IX Cumbre, pero vino el Che a la de Punta del Este bajo gobierno de Gestido y cancillería del Dr. Luisi, que no eran hombres de izquierda.
Romper la sabia distancia entre Brasil y Argentina, otra novedad del gobierno. Lavalleja se alzó contra la Cisplatina (Brasil) con apoyo argentino. Desde la independencia, se inició un sabio equilibrio. Hoy se desiguala hacia Brasil. El de Bolsonaro. O sea, a corto plazo porque no va a ser reelecto. Decimos: el 2 de octubre Lula será electo presidente y Bolsonaro se irá en deshonra.
En el BID se votó contra el candidato de la región apoyando al de Trump, que ya había perdido la elección. Biden, ya electo, se oponía, los estatutos del BID, los prohibían y el propio Julio M. Sanguinetti, clave en la coalición, escribió que no era procedente. Ya designado Blinken como secretario de Estado, Bustillo voló en pandemia a EEUU a ver a Pompeo, secretario de Estado saliente.
Visitaron a Piñera, a punto de perder la elección y con riesgo de ser destituido por el parlamento. El pueblo se levantó movilizado. Allí surgió Boric, hoy presidente de Chile. Recibió a Fernando Pereira y se comunicó con Pepe Mujica. No aparece en el itinerario de viáticos del canciller y su presidente.
Dijimos que Petro ganaba en Colombia. Y ganó. Pero Los dos viajeros de la derrota fueron a Bogotá a visitar a Duque, presidente saliente, en plena transición. No pidieron ver al ganador. Y cuando advirtieron el error, no les recibió por no estar en el país. Creemos saber a que fueron. A firmar un tratado de extradición, no.
El “Tour de la derrota” les llevó a Londres a ver a Boris Johnson. Hicimos otro pronóstico: este tenía los días contados. Regresaron el día de la fecha patria argentina: el 25 de mayo. Parece chiste. El 7 de julio renunció el primer ministro con el que firmaron un tratado de defensa, sobre el que no han dicho una palabra.
Junto a la seguridad, la diplomacia de este gobierno son los temas que generan más estupor en los observadores. Les dijimos. Ojalá nos hubiésemos equivocado.