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Columna destacada | Inteligencia | Sartori | Lacalle

Artificial: sí

Inteligencia: CERO

El Partido Nacional fue el primero… O, digamos, hay algo en que el Partido Nacional fue el primero: en lanzar la campaña electoral.

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En rigor creo que la empezó en el momento en que Tabaré Vázquez puso la cinta presidencial a Luis (por entonces Luis Alberto) Lacalle Pou. El fruto que caía cerca del árbol. De ahí en más todo ha sido campaña, marketing y agravios a los gobiernos anteriores. Aunque cuando los precisó los usó, como cuando tuvo que ir a la asunción de Lula, que pidió ir de la mano de Mujica, o cuando inauguró más de 36 obras hechas por los Gobiernos del Frente.

Pero ahora arrancó nomás. Por ahí andan recorriendo Delgado, Raffo, Gandini y ¿Sartori? Pero en esta interna, el que se la echó al hombro es el presidente. Como la fruta cae cerca del árbol, usa el mismo estilo que su padre. “Los dedos mochos, el último año de inaugurar obras”. Como bien se ha dicho en esta revista, hasta seis cuadras de bitumen en Minas… Todo sirve para llevar banda (municipal, no presidencial), ministros entreverados con candidatos, banderas partidarias y, entre gallo y gallo, su voz se alza para criticar al Frente (por la positiva se llamaba). Ojalá cuando termine no le ocurra lo del padre. ¡Que sobre fruta caída todos hagan leña!

Los candidatos cumplen su rol. Se mezclan entre la gente, cuando termina de hablar el presidente la prensa les entrevista y ellos, esquivando globos con los colores de la bandera de Diego Lamas, las conceden. Y ahí sí no hay inhibiciones y hacen proselitismo abierto. A la sombra del Gran Hermano en que se ha convertido el presidente que justo pasaba por la reunión a saludar. Todo sobre ruedas. Eso sí, Sartori no está. Como en el Senado para el que fue electo: no está.

No hace muchos días que el propio presidente Lacalle lo citó a la Torre Ejecutiva (¿primera vez?). Allí se supo que le pidió que no dejara de ser candidato. El pedido conmovió tanto al eventual precandidato que comenzó a soñar con que se lo suplicaba la historia… y sus protagonistas, Wilson, más allá del Partido… Seregni, don Pepe Batlle y hasta el propio José Artigas… Entonces fue que ideó lo que dice él que es inteligencia artificial… un spot donde aparecen estos grandes de nuestra historia rogándole que acepte su postulación. ¡¡¡Lo del título!!!

Pensé dejarlo pasar, pero no me terminaba de sentir cómodo. Se han olvidado tanto de las cosas importantes que dijo Wilson, que ahora ponen en su boca disparates. No hace falta recordar que Wilson no conoció ni a Sartori ni a su familia. No necesitamos insistir en que su madre no fue, como él asegura, “asesora” de Wilson. Pero el disparate de trasladarlo en el tiempo a 36 años de su muerte (Sartori tenía 7 años) para suplicarle a este producto mediático que le “sustituya”. ¡Por favor!

Vamos por partes, dijo Jack el Destripador.

Lo primero que debemos decir es que esto no es inteligencia artificial. Yo miro la expresión facial de mi viejo joven en el spot y no se parece ni en lo blanco del ojo. Son… dibujos animados. Pero no deja de ser el uso de figuras de la historia para provecho propio. Bien dice el diputado Schipani que sus figuras son parte del patrimonio histórico de la comunidad nacional. Donde creo que, de buena fe, se equivoca el diputado batllista, es en asegurar que “la mayoría de los países desarrollados ya han legislado sobre el tema", y Uruguay debería de hacerlo. Lamento decirle que, lo que no es una buena noticia, ningún parlamento nacional lo ha hecho.

La única ley reguladora de la materia (inteligencia artificial) es la de la Unión Europea. Es del bloque y no de sus Estados miembros, ni ha sido aprobada por ninguno de sus parlamentos. Para asegurar el consenso se formó un grupo de trabajo compuesto por el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo. Es la primera y única ley que regula la materia. La ausencia de legislación sobre el tema en EEUU, que él asegura que existe, queda demostrada por el conflicto de meses en Hollywood que costó millones de dólares y culminó con un acuerdo (no una ley) entre actores, guionistas, productores y empresas cinematográficas.

La intención del diputado es buena. Aunque creo que las figuras que usa Sartori, repito, son, a mi juicio, patrimonio nacional, más allá de los aspectos jurídicos. Sartori: ¡Un poco de respeto por su memoria!

Yo no le pido que estudie, que lea alguno de los más de 60 ensayos sobre el legado de Wilson que hay en las librerías y editoriales de este y otros países… Que vaya a un tablado, que todavía es Carnaval. Puede oír a Curtidores de Hongos que recuerda la imagen del Caudillo blanco diciendo que su partido cuelga la foto pero sus ideas no. Puede ver el maravilloso cuplé de Doña Bastarda donde, con las figuras de varios grandes, Luisa Cuesta, Seregni, Tabaré, Batlle y Ordóñez y el propio Wilson, dejan un maravilloso mensaje a la audiencia. Puede ver algo del Carnaval del interior, como la murga sanducera Jardín del Pueblo, que recuerda del Caudillo: “Un país que produce alimentos para 30 millones de personas, si no es capaz de alimentar dignamente a dos millones y medio de habitantes…” y alguna otra más en esa misma dirección.

Aprenda un poco Sartori. Y sobre todo respete. Si no sabe: calle.

No fue Artigas, ni tampoco don Pepe Batlle, ni Wilson ni Seregni los que le piden que corra en estas elecciones. Fue Lacalle Pou. Despierte de su sueño. Lo precisan porque no pueden desperdiciar un solo voto. Pero no agravie, no ofenda. Mienta en sus declaraciones juradas. No explique por qué le sobran 40 millones de dólares este año… Pero respete a los grandes.

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