El presidente Nicolás Maduro muestra en televisión un mapa de 1742 del virreinato de Santa Fe y la Capitanía General de Venezuela. Luego otro de 1777, cuando el entonces Reino de España trazaba los límites de la Capitanía: “Aquí está todo el territorio de la Guayana y todo lo que es el Esequibo, Guayana Esequiba” explica. Enseña uno más, de 1810, momento de la independencia de Venezuela, que también incluye al territorio que ahora está en el ojo de la tormenta.
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La pérdida comenzó en 1940 cuando Gran Bretaña inició una expedición para apropiarse de esa área del oriente venezolano con el objetivo de tomar la estratégica desembocadura del río Orinoco sobre el Atlántico. El robo fue progresivo hasta abarcar 159.000 kilómetros cuadrados reconocidos en 1899 en el Laudo Arbitral de París, que Maduro señala como “laudo fraudulento donde Venezuela no tuvo presencia, derecho a la defensa”.
Vino luego el Acuerdo de Ginebra de 1966 entre las partes, donde se reconoció la demanda de Venezuela y se acordó buscar una “solución amistosa aceptable entre ambas partes” para resolver la controversia. Faltaban pocos meses para la independencia de la ahora República Cooperativa de Guyana, que dejó así de ser la Guayana Británica.
La solución amistosa nunca fue lograda, el enfrentamiento diplomático tuvo ascensos y mesetas, hasta que volvió al centro de la escena en 2021 cuando la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya se declaró competente para arbitrar el caso ante la demanda de su actuación hecha por Guyana. Caracas calificó la decisión de “infame” y apuntó al corazón de la disputa: las enormes reservas petroleras descubiertas en el territorio en reclamación.
El boom petrolero
“La nueva meca del petróleo”, así titula, por ejemplo, un artículo de la revista Forbes de julio de este año al país de 800.000 habitantes situado entre Venezuela, Surinam, y Brasil. El medio, así como lo han hecho muchos en los últimos tiempos, puso el ojo en lo que tantos buscan en Guyana: su petróleo, en pleno boom expansivo, que puso al país en un nuevo lugar geopolítico.
El descubrimiento de las reservas fue hecho por la empresa trasnacional ExxonMobil en 2015: 11.000 millones de barriles en las profundidades del Océano Atlántico, aguas en reclamación por Venezuela. La principal empresa estadounidense comenzó la explotación tres años más tarde: 100.000 barriles diarios en 2020, 380.000 en 2022, cerca de 600.000 proyectados para fines de 2023 y 1.2 millones para 2027.
La última ronda de licitaciones para explotación tuvo lugar a inicio de setiembre. Georgetown recibió ofertas por ocho de los catorce bloques petrolíferos puestos en oferta, por parte tanto de ExxonMobil, como de Total Energies, o las empresas saudíes Watad Energy y Arabian Drillers.
“Venezuela rechaza enérgicamente la ronda de licencias ilegales que se lleva a cabo en Guyana, ya que pretende utilizar áreas marítimas que son objeto de delimitación entre ambos países”, expresó la diplomacia venezolana ante el hecho que detonó en una nueva escalada de tensión diplomática.
El conflicto diplomático
“El gobierno de los Estados Unidos de América quiere apropiarse de nuestros recursos petroleros usando a la empresa ExxonMobil, la cual ha incorporado a su nómina al gobierno de Guyana, quien está otorgando concesiones petroleras en un mar territorial no delimitado en violación total del derecho internacional. No es posible disponer de un territorio en controversia de manera unilateral”, afirmó el canciller venezolano, Yvan Gil, en la reciente cumbre de Naciones Unidas.
Mohamed Irfaan Ali, presidente de Guyana, se refirió en esa misma cumbre a las “amenazas territoriales constantes por parte de Venezuela” y aseguró: “Es triste que 57 años después de la independencia sigamos amenazados”. Irfaan cuenta con el apoyo del gobierno de Estados Unidos, del secretario de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, y de la Comunidad del Caribe, conformada por 15 países con relaciones históricas con Gran Bretaña con sede en Georgetown.
El mandatario guyanés se mantuvo en la posición sostenida en los últimos años: resolver el diferendo a través de la CIJ, y reservarse el derecho de “llevar a cabo actividades de desarrollo económico en cualquier parte del territorio soberano o en cualquier territorio marítimo adyacente”.
“Le reitero al presidente de Guyana, Irfaan Ali, que hay una sola solución para resolver el conflicto sobre el territorio del Esequibo: retornar al diálogo cara a cara en el marco del Acuerdo de Ginebra. Estoy dispuesto a reunirme en el lugar del Caribe que elijamos junto a delegados del CARICOM”, aseguró en respuesta Maduro, recalcando que “Venezuela jamás ha amenazado ni amenazará al pueblo de Guyana”.
El momento Venezuela
“Como lo de las elecciones (presidenciales) van, y ellos (la oposición) están cayéndose a golpes en una cosa horrible que llaman primarias, entonces ahora están presionando por los lados de nuestro Esequibo, por eso tenemos que estar pendientes. ¿Quién está operando allí?, ¿Guyana? No, ahí están operando todas las fuerzas más poderosas del imperialismo, con Estados Unidos, el Reino Unido y Europa. Les dicen a los guyaneses que ahí hay una riqueza en petróleo, gas, y que los van a ayudar a sacarlo. Señores de Guyana: los van a robar”, afirmó el dirigente chavista Diosdado Cabello en un acto de apoyo al gobierno realizado el martes.
El conflicto con Guyana ocurre a puertas de las elecciones primarias de una parte de la oposición y previo al 2024, año de las presidenciales en Venezuela. La oposición, inserta en el laberinto de esas primarias, tomó varias posturas ante el tema: algunos respaldaron la demanda hecha desde Caracas, como Antonio Ecarri y Enrique Ochoa, mientras que otros, como María Corina Machado adjudicaron “el riesgo real de perder un territorio que es de Venezuela” a “la responsabilidad de Chávez y Maduro”.
La posición de Machado fue también contra la decisión adoptada por la Asamblea Nacional venezolana de convocar a un Referéndum Consultivo “para que el pueblo refuerce la defensa de la Guayana Esequiba”. Aún no existe fecha para el Referéndum y la pregunta es cómo se enhebrará dentro del contexto electoral por venir.
La escalada con Guyana anticipa nuevos capítulos de tensión por delante. Se trata de un territorio cargado de un petróleo necesario para las transnacionales y situado sobre el flanco Atlántico de Venezuela, razón que despierta las acusaciones del gobierno venezolano, como fue señalado en Naciones Unidas: “Denunciamos que el gobierno de Estados Unidos de América quiere militarizar la situación, el Comando Sur intenta crear una base en el territorio en reclamación”.