En filas del Partido Nacional ya comenzó el pase de facturas por la derrota. “Hubieran militado un poco más”, dijo alguien. Nuestro modesto aporte: hubieran robado un poco menos.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
En cuanto al medio país que hoy festeja, una acotación imperiosa: no les pidamos a Yamandú y Carolina que arreglen este desastre en menos de un año.
El Gobierno de Luis Lacalle Pou nos dejará una deuda externa más alta que la de 2019; aumento de la criminalidad (por más esfuerzo que pongan en maquillar las cifras), en particular del narcotráfico; récord histórico de gente viviendo en la calle e incremento de la mendicidad. La pobreza infantil, que estaba en 60 % en 2004 y los gobiernos de Tabaré y el Pepe la llevaron a 16,4 % en 2019, trepó al 20 % en este quinquenio lacallista.
Retrocedimos en casi todos los rubros. Récord histórico de muertes en los penales, tanto por homicidios como por suicidios. La corrupción policial es evidente. Cuando todos los vecinos de un barrio saben dónde hay puntos de venta de droga y el único que no lo sabe es el comisario de la zona, no es muy difícil sacar una conclusión. Habría que comenzar a investigar los bienes y nivel de vida de los jerarcas.
Queda mucho por hacer
Hay que eliminar como sea el ingreso a dedo en las intendencias, le guste o no le guste al Partido Nacional, que basa en eso buena parte de su poder político. Hay que revisar las leyes relativas al Instituto Nacional de Colonización para que nunca más los políticos accedan a sus tierras moviendo influencias, ni como colonos ni como arrendatarios. La tierra para el que la trabaja.
Hay que revisar la ley electoral. El presidente de la República violó una y otra vez la prohibición constitucional de no intervenir en la campaña política, a la vez que varios de sus laderos no respetaron la veda e hicieron declaraciones proselitistas en los medios de comunicación. Saben que no pasará nada y se ríen de los impedimentos legales.
Hay que fortalecer jurídica y económicamente a la Jutep y al Tribunal de Cuentas de la República para que sus observaciones tengan peso real.
Orsi ha dicho que no ordenará auditorías; pues tendrá que reflexionar, porque el dinero público es de todos los uruguayos y en este período hubo negocios más que turbios. La compra de dos patrullas transoceánicas a la empresa española Cardama podría ameritar incluso una demanda penal.
Del dinero dado por el Mides a la ONG Uruguay Adelante, quedaron 63 millones desaparecidos en acción, sin respaldo de las facturas correspondientes. Esto saltó gracias a la periodista Patricia Madrid y una solicitud de acceso a la información pública. La ONG fue elegida para gestionar recursos durante la crisis provocada por el Covid-19. $332 millones fueron entregados entre 2021 y 2023 a Uruguay Adelante a través de cinco convenios para asistir a las ollas populares. El Mides, dirigido por Martín Lema, admitió que no auditó los gastos. La ONG recibió varias denuncias por diversas irregularidades; entre ellas, que su presidente, Santiago Pérez, recibía un salario desde julio de 2021 a pesar de que no está permitido por ley.
También habría que revisar todos los contratos y convenios de las intendencias blancas con la fundación blanca A Ganar. Los acuerdos recibieron varias observaciones, tanto del Tribunal de Cuentas como de la Jutep.
Muchas cosas nos quedan por dilucidar. El caso de Roberto Lafluf, que está en manos de la Justicia, es uno. Quien dirigió las campañas de Luis Lacalle Pou y Álvaro Delgado podría terminar en la cárcel tras la ruptura de un acta notarial que incriminaba al Gobierno.
También fue turbio el empecinamiento de la presidente de UTE en adquirir un dron con una empresa vinculada a Alejandro Astesiano. Recién en junio de 2023 la UTE rescindió el contrato que tenía con Lunacar S.A. (subsidiaria de Vertical Skies) para adquirir el dron Alpha 900 UAV. Lo hizo porque la empresa no cumplió con los plazos y sus autoridades fueron denunciadas ante la Justicia por espiar a Mario Bergara y Charles Carrera con fines extorsivos.
El costo del dron era de U$S 750.000 y el plazo para la entrega había vencido a mediados de marzo. ¿Por qué se esperó tanto para rescindir el contrato? ¿Por qué tanto interés en dar ese dinero a los cómplices de Alejandro Astesiano? ¿Por qué la UTE aceptó comprarlo por U$S 750.000 cuando la Marina de Grecia compró cinco drones del mismo modelo por poco más de un millón de dólares? ¿Por qué la fiscal Fossati no investigó esto, que también involucraba a Astesiano, y los posibles cruces de llamadas y chats entre el jefe de la seguridad presidencial, los empresarios y algunos integrantes del directorio de la UTE? ¿Por qué insistieron en esperar la concreción de la compra cuando el escándalo en torno al proveedor era inocultable y pese a las reiteradas protestas de la directora frenteamplista Fernanda Cardona?
Está muy bien que Yamandú Orsi sea un presidente que tienda puentes con la oposición en lugar de volarlos; pero no cometamos el error de hacer de cuenta que aquí no ha pasado nada ni dar cargos a las figuritas de siempre.
Y tampoco, por más que sea políticamente correcto, decir que esta fue una campaña normal, ejemplar y civilizada. Fue sucia de principio a fin. Nos queda por saber quién cooptó a Romina Celeste y Paula Díaz para tratar de enlodar de la manera más infame a Yamandú Orsi. No olvidemos la campaña de fake news protagonizada por la senadora Graciela Bianchi ni los insultos de Sebastián Da Silva.
No olvidemos que cuando el senador Gustavo Penadés fue acusado de abuso sexual contra menores, el presidente Luis Lacalle Pou y el ministro Luis Alberto Heber (entre otros dirigentes blancos de primera línea) salieron a defenderlo rápida y enfáticamente; pero guardaron un silencio cómplice, tanto cuando Yamandú fue acusado como cuando se demostró que todo había sido un plan malicioso para impedir que llegara a presidente.
También jugó sucio Andrés Ojeda. ¿Recuerdan cuando denunció una “campaña sucia por parte de Orsi” por la publicación de imágenes de una presunta “novia” cazadora? Pues bien, el día de la segunda vuelta electoral oficializó su vínculo con Kelsey Clay tras asistir con ella al búnker de Delgado. El que se embanderó con la protección de los animales tenía como pareja a una chica que (aunque muy bonita, por cierto) asesina animales por placer. La mentira tiene patas cortas.
Por otra parte, falta por saber (y me temo que jamás lo sabremos) qué tanto sabía Luis Lacalle Pou del complot urdido para engañar a la Justicia y al Senado y qué tanto sabía de las actividades de Astesiano.
Ni revancha ni rencor. Lo que pedimos es justicia y precaución.
Asimismo, el mayor desafío será erradicar de las Fuerzas Armadas y la Policía la nefasta ideología impuesta por blancos y colorados a través de su historia. Revisar los textos de las escuelas naval, militar y policial sería un buen comienzo. No se trata de convertirlas en frenteamplistas; se trata de que dejen de ser derechistas, se trata de despolitizarlas y que estén a favor de la ley y no de un partido político.
Es mucho lo que hay que arreglar; pero no queda más que remangarse y comenzar.
Álvaro Delgado criticó la cantidad de personas que en marzo de 2020 vivían en asentamientos; pero ya quisiéramos nosotros haber recibido unas decenas de miles de personas más viviendo en ellos y no en la calle y buscando comida en los contenedores de basura como nos dejó el lacallismo.
Yamandú y Carolina recibirán una herencia nada envidiable.
Necesitarán mucho coraje y firmeza.
Démosles tiempo y apoyo.