El presidente Milei inauguró el período de sesiones ordinarias del Parlamento argentino, como anual y regularmente deben hacerlo todos los titulares del Poder Ejecutivo. En este caso, dada la relevancia que le otorga a lo mediático, no sorprende que haya devenido en un show televisivo de “prime time”, con infinidad de marcos escenográficos y despliegues coreográficos dignos de una superproducción. Para ello alteró inclusive el tradicional horario matutino de la ceremonia. Contrariando la austeridad que pregona para la función pública, no escatimó recurso alguno para la puesta. El guion se inicia con un estrafalario tránsito desde la Casa de Gobierno hasta el Parlamento con varias camionetas espejadas -y posiblemente blindadas- rodeadas de motocicletas de alta cilindrada y no menos potentes luces intermitentes, oscuros runners trajeados y hasta una ambulancia. Para ello, fue necesario vallar los más de 2 kilómetros del trayecto de la Av. de Mayo, disponer de fuerzas de seguridad custodiando el cerco, impedir la circulación vehicular en la arteria -cosa que el protocolo de seguridad condena sin excepción-, además de monopolizar el espacio aéreo para el desarrollo de las tomas televisivas con drones y otras cámaras. Más próximos al destino, la caravana fue antecedida y escoltada a la vez por varias decenas de jinetes disfrazados de libertadores del siglo XIX, llamados “granaderos”, como aquellos que inspiraron a varios modelos de soldaditos de plomo, con toda pompa y esplendor. Ya sea por estribar muy largo o por inflexibilidad de las rodillas resultó jocoso que el trotecito de los equinos repercutiera con irregulares rebotes de los traseros en las monturas, impidiendo a los extras transmitir la más mínima soltura y comodidad. La voz en off de un tan circunspecto como reconocible locutor oficial describía el tránsito y los momentos de “reality” que sucedieron al arribo, con permanente reiteración de las diversas declinaciones del adjetivo honorable para todo el acto, incluyendo al “nido de ratas” anfitrión, tal como Milei califica al Poder Legislativo.
Luz, cámara, acción
The Milei Show
El pacto al que invita el presidente Milei al concluir su discurso en el Parlamento se apoya en su exclusivo ideario, para no hablar de programa, del que carece e improvisa sobre la marcha