Azovstal es el nombre de una siderúrgica fundada en 1930, ubicada en la ciudad de Mariúpol, a orillas del mar de Azov. Es una de las más grande acerías de Europa. Si bien la misma se encuentra hoy en el territorio de Ucrania, pertenece a las regiones de habla rusa, Lugansk y el Donbás, encontrándose muy cerca de la península de Crimea, territorio cuya población, luego de un plebiscito, optó por ser parte de la Federación Rusa.
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El territorio de la ciudad de Mariúpol se encuentra en dicha zona rusoparlante.
La planta de Azovstal tiene una extensión de unos 11 km cuadrados, aunque lo más valioso parece estar en una red de túneles que tiene unos 24 km de extensión, de construcción más moderna, defendida por un batallón de para militares al mejor estilo nazi; es más, entre sus símbolos se encuentra la esvástica.
El batallón que defiende esa fábrica está compuesto por unos 3.000 soldados. ¿Por qué?
¿Tendrá tanto valor estratégico-militar lo que allí se esconde? ¿Qué secretos guarda esta fábrica?
Al parecer la planta de Azovstal alberga secretos de la guerra sucia de la OTAN.
Esta inmensa red de túneles fue, en su mayor parte, construida por ingenieros y arquitectos de la OTAN y fue diseñada para resistir bombardeos, disponiendo de un sistema moderno de telecomunicaciones a más de 30 metros de profundidad.
Ahora ya se sabe quién la construyó y quién lo financió. En la profundidad de dichos túneles la compañía Metabiota construyó un laboratorio que se encuentra dentro de un piso subterráneo de ocho cuartos y es donde funciona y trabaja un laboratorio que realizaría pruebas de guerra biológicas y bacteriológicas.
Aunque lo más interesante es saber quién o quiénes son los dueños de la compañía Metabiota. Al parecer hay muchos datos en la famosa computadora que extraviara el hijo de Biden y que tantos dolores de cabeza causó a este en su disputa con Donald Trump.
Allí aparecen datos interesantes, pues entre los principales dueños de la compañía Metabiota esta el hijo del presidente de los EEUU, el empresario ucraniano Rinat Akhmetov y el presidente ucraniano Zelenski. Se ha dicho que las inversiones podrían ascender a una cifra cercana a los 10.000 millones de dólares,
Esta guerra hasta el momento ha sido muy atípica.
Van unos 75 días, con idas y venidas. Hay quienes creen ver un ejército loco, pero se equivocan.
Esta es una guerra no convencional.
Lo que más se ve en Occidente es lo que se dice y logran difundir los comunicados que transmiten de manera engañosa el gobierno ucraniano y sus equipos de comunicación pagados y orientados desde cientos y miles de kilómetros de los centros de batalla.
Reino Unido, Francia, EEUU, Polonia, Australia, Canadá y la propia OTAN, con su autonomía en infraestructura y por qué no económica, llevan una guerra híbrida contra Rusia.
Esta guerra no comenzó hace unos 75 días, sino cuando los paramilitares ucranianos prohibieron el idioma ruso en sus fronteras, cuando prohibieron sindicatos y partidos políticos. El punto culminante podría ser en 2014, que tuvo el asesinato por parte de los fascistas de cientos de militantes de los sindicatos y la izquierda política de Ucrania.
Vendrán luego los levantamientos armados del Donbás, Lugansk y el plebiscito de Crimea, que traerá la unión con la Federación Rusa.
En los últimos 8 años, los ucranianos, es decir el batallón nazi de Azov, bombardearon cientos de escuelas, hospitales y edificios civiles y el mundo occidental de nada se enteró.
Cuando Rusia “invade” el sur de Ucrania en defensa de su territorio, entra por el sur, sigue hacia el norte, vuelve al oeste y nuevamente al sur. El presidente neofascista de Ucrania, Zelenski, dice que fue por la resistencia que ofrecieron los ucranianos.
Según las propias fuentes de inteligencia de EEUU y la OTAN, fueron maniobras engañosas concebidas por los rusos, de marchas y contramarchas para despistar a los servicios de inteligencia de EEUU, que son los que están al frente de esta guerra, con dinero, armamento y logística.
“La carne la ponen los ucranianos”. Ningún servicio de inteligencia occidental supo a ciencia cierta por dónde atacarían los rusos, tal es así, que los analistas americanos decían que utilizaron el arte “del engaño”, tal como lo utilizaron los aliados en Dunkerque en 1944. Por eso a principios de marzo las fuerzas armadas rusas ya habían liberado la mayor parte de Mariúpol y ahora imponen un férreo asedio a la planta siderúrgica Azovstal.
Se habló y mucho, aún se sigue hablando de la fábrica Azovstal que estaba defendida por el batallón nazi Rintat Azov. Este batallón cuenta con unos 2.000 mercenarios y francotiradores extranjeros que son buscados en diversos países del mundo por cometer crímenes; a ellos Putin les dio una oportunidad de rendirse.
A principio de mes de mayo el ejército ucraniano intento en varias oportunidades tomar por asalto estos túneles para liberar a los más de 2.000 soldados que allí se encontrarían. No pudieron.
¿Por qué la desesperación por defender esos túneles? Según informes de la prensa inglesa, en la planta se encontraría una veintena de altos oficiales de la OTAN y unos 240 expertos de diferentes nacionalidades. El secretario de prensa de la presidencia de Rusia, Dmitrii Peskov, dijo: “El presidente lo dijo con claridad, los civiles pueden salir y marcharse en cualquier dirección. Los militares deben deponer sus armas y también salir; se les respetará su vida y todos los enfermos y heridos recibirán atención medica”.
Pero Zelenski quiere negociar la salida de determinados soldados extranjeros. El periódico Ottawa Citizen revelaba a fines del mes de abril que entre las decenas de oficiales de la OTAN se encontraría el teniente general Trevor John Cadin, exdirector del comando estratégico unificado de las fuerzas armadas de Canadá.
Este es uno de los tantos nombres de altos oficiales de varios países occidentales, participantes de la OTAN, que dicen ser voluntarios. Lo real es que si esto cae en manos de los rusos, es un tesoro, ya que contiene información valiosa para desenmascarar a EEUU y la OTAN sobre los laboratorios donde se preparaba la guerra bacteriológica por parte de EEUU.