Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Columna destacada | derecha | Laurta | crimen

Violencia de género

Una derecha misógina y criminal

Lo de Laurta se trata de un crimen político inspirado en mentalidades obtusas, fanáticas y fascistas que aún abundan en nuestra sociedad y en la derecha vernácula.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

El colectivo Varones Unidos, que fue fundado por el feroz femicida uruguayo Pablo Laurta, quien asesinó a su exesposa y a su exsuegra y secuestró a su hijo en Argentina, es un conglomerado ultraderechista, misógino y reaccionario que se opone a la Ley Integral de Violencia Basada en Género (19.580), la cual fue promulgada el 22 de diciembre de 2017, durante el tercer gobierno del Frente Amplio.

La incidencia política de esta organización es indudable, ya que participó en la elaboración de la Ley de Corresponsabilidad en la Crianza (20.141), que fue aprobada en 2023 por iniciativa del Gobierno derechista de Luis Lacalle Pou. Esta legislación, que se fundamenta en la insólita premisa de que la violencia contra la mujer no constituye violencia contra los hijos, permite revincular a niños y adolescentes con padres procesados por violencia de género y abuso.

Además de sus repugnantes pronunciamientos públicos que glorifican a la decadente cultura patriarcal, estos especímenes machistas desarrollan una intensa militancia antifeminista. Al respecto, el homicida promovía los “derechos del hombre” y desestimaba las denuncias por motivos de género por considerar que son “falsas”. Esa tendencia a la justificación de la patológica conducta de los golpeadores se hizo explícita en el pasado mes de setiembre, cuando Andrés Morosini Rechoppa secuestró a sus dos hijos en Mercedes, Soriano, los mató y se suicidó, en un caso de violencia vicaria que conmocionó al país. Los cuerpos fueron hallados en el arroyo Don Esteban de Río Negro. En ese marco, mientras la sociedad experimentó un profundo pesar, Pablo Laurta justificó al asesino desde la cuenta de Varones Unidos. “Intentó restituir la justicia que la justicia feminista no le estaba dando”, expresó este ser humano execrable. Tras ser detenido por la Policía, Laurta se justificó a sí mismo con un lacónico “es un acto de justicia”, lo cual descarta todo eventual arrepentimiento por los aberrantes crímenes perpetrados.

Para estos enajenados su militancia es una suerte de ideología, en defensa de un sistema caduco, que encuentra su correlato en la Argentina, con referentes de visceral ultraderecha vinculados al gobierno de Javier Milei. En efecto, el 10 de abril de 2018, Varones Unidos, con este femicida a la cabeza, organizó una charla en el anexo del Palacio Legislativo denominada “Género y familia”. A la entrada del recinto se podía leer “Ideología de género, el fascismo del siglo XXI”, una proclama que estaba impresa en una gigantesca pancarta adornada por una esvástica.

En ese contexto, hicieron una presentación los escritores argentinos Agustín Laje y Nicolás Márquez, autores de “El libro negro de la nueva izquierda” (2016), en el cual critican y cuestionan la “ideología de género”. Una de las invitadas especiales fue la escritora fascista Mercedes Vigil, quien posó para la foto con Gerardo Correa, de “A mis hijos no los tocan”, otro de los reaccionarios grupos organizadores del evento junto con Varones Unidos.

Un comunicado de la Cámara de Diputados informó que la sala fue solicitada por el diputado nacionalista Rodrigo Goñi y que “en ningún momento se aclaró que se trataba de la presentación de un libro ni se especificó cuál era su contenido”. Al respecto, el legislador blanco explicó que “tres o cuatro organizaciones” fueron a su despacho para ver si podía hacerles el trámite para una conferencia de la que sólo conocía el título: “Género y familia”. “Yo lo hice para promover la libertad de expresión, pero no quiere decir que lo comparta. Yo no entré al evento, para marcar cuál fue mi actitud. No es que esté a favor ni en contra, lo hago como un legislador en condiciones de pedir la sala. No hay más interpretación que esa”, aseguró.

En la conferencia, Laje mostró citas aisladas de feministas como Simone de Beauvoir y Kate Millett, afirmando que la ideología de género es “un conjunto de ideas anticientíficas que, con propósitos políticos autoritarios vinculados al proyecto de la nueva izquierda, procuran desarraigar a la sexualidad humana de su naturaleza, para explicarla monopólicamente por la cultura”. En ese marco, subrayó que “uno es hombre o mujer antes de nacer y lo seguirá siendo después de la muerte. Imagínense en 300 años, mi ataúd al lado de un transgénero, y viene un científico para saber de qué sexo eran esos huesos. ¿Ustedes se piensan que la conclusión será que uno era un hombre y otro un transgénero? Lo dudo muchísimo”, concluyó. Los autores de este libro, de impronta fascista, son muy cercanos al demente presidente argentino Javier Milei.

Pese a que el diputado blanco Rodrigo Goñi intentó deslindarse de lo sucedido, lo cierto es que fue uno de los parlamentarios que, en 2017, votó contra la Ley Integral contra Violencia Basada en Género, y eso no lo puede refutar porque es una contundente evidencia empírica de la realidad.

Entre los legisladores que no acompañaron la iniciativa del oficialismo frenteamplista corresponde mencionar —para que no se olvide— a la exdiputada y hoy senadora blanca Graciela Bianchi y a sus compañeros de bancada Jaime Trobo, Rodrigo Goñi, Jorge Gandini, Marcelo Bacigalupi y Gerardo Amarilla. También votó por la negativa el colorado Ope Pasquet, quien advirtió que "la ley debe amparar a todas las víctimas de la violencia, no solo a las mujeres. Hay un criterio discriminatorio. Deja de regir en esta ley el viejo precepto que en caso de duda el reo es inocente (in dubio pro reo). Es un quebrantamiento de un principio básico del Código Penal. Me parece algo muy grave", sostuvo el legislador.

Por su parte, para justificar su voto y confirmar su indudable ideología reaccionaria, el representante nacionalista Rodrigo Goñi, el mismo que le habilitó una sala del Palacio Legislativo a un conciliábulo fascista, calificó la identidad de género de “concepto vago y impreciso”.

Una de las protagonistas de la sesión fue la inefable Graciela Bianchi, quien advirtió que “los hombres, a partir de la aprobación de esta ley, estarán todos en libertad condicional. Es objetivamente así, porque depende de la discrecionalidad del juez o de la jueza que se apruebe una orden de restricción, que sabemos que no sirve para nada si no la controlamos".

Otro que se refirió al tema fue el también diputado blanco y fanático religioso Gerardo Amarilla, quien indicó que “no es solución andar siempre atrás de ONGs muy bien pagas y de las Naciones Unidas, porque eso lleva a que no sea perspectiva de género sino ideología de género. El proyecto tiene rasgos de totalitarismo, es claramente la imposición de una ideología única por y desde el Estado".

También expuso el fallecido representante nacionalista Jaime Trobo, quien denunció “un lobby internacional de la ideología de género, que interpreta como aceptar el dinero de las multinacionales ideológicas por parte de un partido que cumple al pie de la letra lo que les exigen”.

Estos son apenas algunos de los legisladores derechistas que no acompañaron la ley y así convalidaron la violencia de género, aferrados a un dogma patriarcal que es un tumor maligno enquistado en el cuerpo social. Si políticos electos en las urnas tienen una mentalidad tan deformada, no podemos aguardar una actitud diferente de energúmenos como los militantes de Varones Unidos y de su fundador y femicida, Pablo Laurta, quien cometió un crimen que excede claramente los parámetros de la teoría y la praxis penal. Se trata de un crimen político inspirado en mentalidades obtusas, fanáticas y fascistas que aún abundan en nuestra sociedad y en la derecha vernácula.

Dejá tu comentario