El empresario firmó el endeudamiento más grande de toda la historia del vecino país sin solucionar nada y empeorando todo, mientras que el actual presidente Alberto Fernández no ha podido sacarlo del pozo en que los dejó su antecesor.
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El mismo Donald Trump confesó que en 2018 le otorgó al país gobernado por Macri 47 mil millones de dólares para asegurar su reelección. A confesión de parte, relevo de pruebas. Las condiciones del organismo son las de siempre: recorte de las políticas sociales para que las crisis las paguen los de abajo, mientras que no dice ni una palabra sobre las entregas del gobierno al sector empresarial y ni una letra sobre el gasto inmoral y desmedido de la clase política argentina. Los abusos de la clase política de todos los partidos y en todas las provincias alfombraron el camino de Javier Milei hacia el triunfo en las PASO; un triunfo que alarma, pero no sorprende.
El líder de La Libertad Avanza dice que promueve la libertad; pero es mentira. Lo que promueve Milei es la tiranía del capital. Si eres pobre y tienes un hijo con una enfermedad que requiere un tratamiento caro, jodete; vende un riñón. No es especulación. Milei aprueba la compraventa de órganos. Para él, Dios es el mercado y el diablo es el Estado.
En Uruguay la derecha no pudo disimular su alegría. Fernando Marguery, Mercedes Vigil y Gerardo Sotelo salieron a defender al economista argentino ultraliberal. Nada para sorprenderse. Recordemos a Novick celebrando el triunfo de Bolsonaro en Brasil, gritando hasta quedar afónico. Milei hace apología del egoísmo; y eso los representa plenamente. Hay otros derechistas que optan por un prudente silencio, pero apenas los rascas un poquito…
Hace varios años atrás, Juan Carlos Altavista (Minguito), nos dijo en Punta del Este: "La sociedad argentina está enferma". Lo recordé al ver este resultado de las primarias. Argentina merece a Milei. Es un país cautivo de la farándula, el egoísmo y la violencia verbal.
Para colmo, en filas peronistas no pudieron tener peor idea que elegir como su candidato al cheto veleta de Sergio Massa. ¿Cuándo aprenderá la izquierda que no es volcándose al centro que derrotará a la derecha? La socialdemocracia siempre termina abriendo las puertas de par en par a la derecha.
Unión por la Patria, coalición política peronista que gobierna desde 2019, es el nuevo nombre del Frente de Todos. Lo triste es que no sólo optó por un cambio de nombres, sino que el propio kirchnerismo sucumbió ante la debilidad de lanzar a un socialdemócrata para tranquilizar a los mercados. La candidatura de Juan Grabois, sin apoyo de la cúpula, estaba condenada al fracaso y fue apenas un recurso para tratar de evitar la fuga de votos en el flanco de la izquierda. Resultado: el peronismo unificado ha tenido la peor elección de toda su historia.
Del otro lado del río, el retroceso y el circo continúan. La Agencia y sus voceros intentan convencernos de que el aumento de la pobreza y la indigencia son producto de la pandemia. Sin embargo, en México, Andrés Manuel López Obrador logró sacar de la pobreza a cinco millones de personas; y aquí (escribo desde la frontera con Estados Unidos) también hubo pandemia. Esto confirma que el responsable del aumento de la pobreza e indigencia en Uruguay no es el Covid, sino el modelo económico.
La población en situación de calle aumentó 24 por ciento con respecto a 2021 y 58 % con respecto a 2019, según el último censo del Mides.
Uruguay fue de los últimos países de la región en conseguir la vacuna y, a nivel mundial, de los que menos invirtieron (en relación a su PBI) para contrarrestar los efectos económicos de la pandemia en las familias más vulnerables. Mientras, contrató a representantes de Sinovac que no lo eran, se perdió tiempo y murieron miles de uruguayos. En cuanto a la sequía, Lacalle Pou tardó 7 meses en reaccionar y dar un paso. Eso sí; actuó vertiginosamente para aumentar su propio sueldo en varios miles de dólares en plena crisis económica y sanitaria.
El muñeco de torta no quiere teatro, no quiere Antel Arena, no quiere Filosofía... pero recibe a una Barbie que irá al Bailando de Tinelli. Hasta ahora le ha sacado 150 millones de dólares a la ANEP y va entregando ANTEL, ANCAP y el Puerto por pedazos. Lacalle Pou sabe que no puede privatizar las empresas públicas porque el pueblo uruguayo le dio una paliza a su padre en las urnas cuando lo intentó; pero hace lo posible para tirarlas abajo.
Gracias a la LUC, la empresa Claro fue la más beneficiada con la portabilidad numérica, según un informe de la Ursec. Claro captó 6.635 nuevos clientes y Antel tuvo un saldo negativo de 798. La derecha feliz.
Gracias a la LUC, ahora lavar dinero en Uruguay es muy sencillo, ya que se pueden mover cifras superiores a los 100.000 dólares en los bancos sin supervisión del Estado.
El gobierno uruguayo también promueve la “libertad” mileniana en la medida de lo posible. Lacalle Pou no pudo (porque la mayoría de la gente se le pondría en contra) cumplir su deseo de subir la graduación alcohólica permitida en la sangre de los conductores; pero sí sacó dos decretos (uno tumbado por la Justicia) para flexibilizar la política antitabaco de Tabaré Vazquez, beneficiando a la empresa Montepaz, la cual previamente le dio dinero para su campaña electoral. A Lacalle Pou no le gustan las multas de tránsito, ni los radares, ni los test de alcoholemia y hay varios proyectos que van en contra de la seguridad vial, mientras que, como afirma el diputado Felipe Schipani, en Uruguay mueren más de 430 personas por año en accidentes de tránsito, hay más de 2.000 lesionados graves y más de 20.000 lesionados leves. Es más, un diputado de Cabildo Abierto ha propuesto eliminar la obligatoriedad del botiquín en los vehículos. Libertad, grita Milei entre insultos que un público irracional y enfervorizado aplaude a rabiar.
Laura Raffo, otra representante de la blanca chetocracia se pone botas luego de las lluvias y recorre barrios descubriendo que existe gente pobre fuera de los palacios; mientras que nenes de bien salen de noche por las calles en autos de alta gama con bates de béisbol para moler a palos a los indigentes, sin que la Policía, cooptada ideológicamente por la derecha, descubra nada ni detenga a nadie. Libertad. Todos los días llegan trabajadores desde Argentina para trabajar en establecimientos rurales de Salto y Paysandú cobrando menos del laudo y sin protección social. El liberalismo de Milei necesita gente pobre para proporcionar mano de obra barata a los explotadores. Por eso es que tanto él como Lacalle Pou sienten un odio visceral hacia los sindicatos. A varias semanas de conocerse estos casos de explotación de nuestros compañeros argentinos, no tenemos noticia alguna de que el ministro de Trabajo uruguayo, Pablo Mieres, vaya contra los propietarios de tales establecimientos rurales.
Por esto y más, los que votaron a Milei en Argentina adoran al presidente uruguayo. Sin dudas, Luis Lacalle Pou habría sido el presidente ideal para ese país, no porque podría componerlo, sino porque representa fielmente a la chetocracia que tanto les gusta.
Algunos argentinos nos proponen “alquilarlo” o clonarlo.
Se la hacemos fácil: se lo regalamos.