El medio argentino Minuto de Cierre replicó las palabras del periodista: “Un funcionario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, de Aduana, de la Barrera Sanitaria, cumpliendo funciones allí, detectó que una camioneta argentina traía mercadería que era imposible que pasara”. Entre los 150 kilos de mercadería había langostinos, salmón, champagne, quesos y pescado crudo. Según trascendió, todo iba para una fiesta en el este del país, fiesta que habría patrocinado la embajada uruguaya en Argentina.
Y aquí es donde la cosa se complica aún más, porque el encargado de Comercio de nuestra embajada es José Reyes Segade, quien habría sido nombrado por el presidente pese a tener un antecedente penal por contrabando. Resta averiguar si tuvo algo que ver con el hecho.
Caras y Caretas también cumplió en comunicar que (siempre según lo denunciado) “después de producirse el decomiso de la mercancía alimentaria, llegó la orden de la jefa de la Barrera Sanitaria (diciendo) que ‘había llamado Luis’ y esa mercadería tenía que pasar…”.
Según Jorge Bonica, se destruyó “el acta que ya se había hecho, que se había firmado con toda la mercadería, y lo dejaron entrar”.
De ser así, nuevamente tenemos que alguien habría invocado el nombre de Luis. Alejandro Astesiano y Roberto Lafluf también obraron delictivamente en su nombre, y en tales casos hay audios y chats que lo confirman.
Cuando a Alejandro Astesiano se le dijo telefónicamente que había información para perjudicar a Mario Layera, la mano derecha del presidente respondió: “Buen día, Luis dice que, si tiene algo para llevarme, algún informe o foto o lo que sea, me dijo que destaque que es súper reservado esto. Solo nosotros cuatro sabemos del encuentro”.
Tiempo después, Astesiano declaró ante el fiscal Fernando Romano: “Cuando me dicen, le comento al presidente que podía haber alguna información de Layera, como que hay algo. Me dice: ‘Averiguá’. Es más, está en los mensajes del presidente que me pregunta él mismo. ‘¿Y? ¿Te reuniste?’. Y yo le paso; y le pasé las fotos de las cosas que me habían pasado”.
Astesiano, metiendo por delante su vínculo cercano con el presidente de la República, manejaba a la Policía Nacional a su antojo; gestionaba ingresos, ascensos y sanciones, logró que se modificara un documento para evitar que su hijo fuera preso por tener una moto robada, hizo vigilar a la pareja de su hija y a la novia de un amigo, usó las cámaras de vigilancia para perjudicar a un dirigente sindical... solo para hablar de las cosas chicas. Hizo lo que quiso cuando quiso y en las narices de Luis Lacalle Pou. ¡Era imposible que el presidente y sus ministros no supieran!
En un audio publicado por La Diaria, Alejandro Astesiano le dice al exsubdirector de la Policía, Jorge Ferreira, que un “traidor” le advirtió a Lacalle sobre su historial delictivo. “Cuando yo entré, él andaba con toda la ficha mía. Fue y se la llevó a Nicolás Martínez, que es el secretario del presidente, que me conoce como si... Vo, todos saben. Y el presidente agarró y le dijo: mire, a mí no me venga a hablar del Fibra; yo sé todo del Fibra. Sé lo que hizo para darle de comer a la familia. Del Fibra sé todo, cuidó a mi madre, a mi padre, a mi hermano, a mis hijos. Del Fibra no me venga a hablar”.
Por otra parte, Roberto Lafluf habría seguido órdenes del presidente cuando convocó a la exvicecanciller Carolina Ache a la Torre Ejecutiva ordenándole que entrara a escondidas, por el garaje. Tal era la “apariencia delictiva” de las conductas de los hombres del presidente, que Carolina (dicho por ella) tenía miedo de que le robaran el celular. No olvidemos los mensajes escritos de Lafluf explicando cómo eliminar los chats, ni al mismísimo canciller Francisco Bustillo presionándola para que borrara chats de su celular o lo perdiera, para evitar que llegaran al Parlamento y a la Justicia.
No olvidemos que, en la reunión donde se intentó convencer a Ache de cometer un delito (obstrucción a la Justicia), el presidente hizo acto de presencia, diciendo mucho sin decir nada. La frase “sólo pasé a saludar” se convirtió en el hit del año.
Si yo fuera el presidente, denunciaría penalmente a todos los que usaran mi nombre involucrándome en actividades irregulares. No hubiera aceptado la renuncia de nadie; habría destituido y denunciado y jamás de los jamases permitiría que Francisco Bustillo continuara en carrera (con la embajada de Portugal a la vista) y Roberto Lafluf dirigiera nuevamente la campaña electoral del Partido Nacional en 2024.
Dicho en otras palabras y para que quede claro: me hubiera re calentado con quienes actuaron en mi nombre.
Es comprensible que muchas personas, confiando en Luis Lacalle Pou, sostuvieran que no era cierto que estas personas actuaban con su consentimiento; pero el silencio y las omisiones del presidente dan lugar a comenzar a pensar en la otra posibilidad.