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Columnas de opinión | sensación | sistema | influencers

Entretenimiento y banalización

Esa insoportable sensación de no existir

En 24 horas, primera semana de agosto, murieron tres influencers haciendo desafíos para las redes sociales.

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“Aburrirse es llevarle la contra al sistema, porque el sistema requiere que estés entretenido y consumiendo (…) aburrirse es la revolución, porque una persona aburrida en su confinamiento y consigo misma ahí tiene tiempo para conocerse a sí misma y el sistema es lo que no quiere. El sistema no puede continuar si hay demasiada gente que se conozca a sí misma”.

(Ignatius Ferray, cómico, escritor, monologuista, actor, guionista y cantante español, ganador del Premio Ondas y nominado al Emmy en 2018.)

Lo requerían para debates en todo el mundo. Incluso iba a festivales de música y cultura alternativa. Se trata de Zigmunt Bauman, fallecido a los 91 años de edad, un sociólogo polaco que residió por muchos años en Inglaterra.

Fue el padre de una definición que alcanza esta era de la expansión de Internet, las redes sociales y el entretenimiento: la realidad líquida. Todo un acierto. Son moneda corriente: la velocidad, la ansiedad, la angustia de la propia existencia, las dificultades para convivir con el aburrimiento y el vértigo que hace que una imagen sea tapada por otra y así sucesivamente por horas y horas. “Estamos acostumbrados a un tiempo veloz, seguros de que las cosas no van a durar mucho, de que van a aparecer nuevas oportunidades que van a devaluar las existentes. Y sucede en todos los aspectos de la vida. Con los objetos materiales y con las relaciones con la gente”, escribió Bauman.

En ese marco, la búsqueda de la notoriedad es lo más parecido a una patología social propia de esta era.

ENAMORADOS DEL CORAZONCITO

En la nueva realidad –propia del año 2000 para acá-, se esfuman y disuelven las referencias en la música, el arte, las letras y el teatro. No hay referentes. Así nace y se desarrolla la búsqueda de la notoriedad y la poderosa maquinaria del entretenimiento y su impacto cultural que pasa por arriba de las fronteras, ideologías y culturas. Hay que estar entretenido, no aburrirse, porque aburrirse es buscar respuestas para cuestiones más hondas de lo que ofrece la sociedad líquida. Y cuando uno las encuentra, tal vez abra otras puertas mucho más inciertas. Pero el miedo a esa proximidad del abismo del no saber paraliza y te quedas parado, entreteniéndote con cualquier cosa.

Así las cosas, aquellas personas picadas por el aguijón de la búsqueda de notoriedad (¿quieren ser “re-conocidos” porque quizás en la más tierna infancia o más atrás no fueron “conocidos”?). Ellos buscan ser “notorios”; están enamorados de los corazoncitos en TikTok, Instagram, Facebook o Twitter. Enamorados de los seguidores anónimos, cuyas vidas anónimas padecen angustias anónimas. El “influye”, logra “likes” (corazoncitos) y en el mejor de los casos viven de eso, obtienen recursos para vivir e incluso alcanzan grandes fortunas. Pero ellos, los reyes de la notoriedad, saben que una imagen en los próximos segundos será tapada por otra y ahí se angustian. ¿Cómo sigo, qué hago para alimentar esta notoriedad de la que vivo y que se esfuma en segundos?

Entonces tejen estrategias, ensayan recursos, fracasan, se desmoralizan, triunfan; inventan pretextos para estar arriba del columpio de la notoriedad. Pueden hacer obras pintando con el pene, o caminar en el pretil de un edificio de 60 pisos, haciendo piruetas. Eso sí: siempre con una camarita que grabe las osadías y así lograr corazoncitos. Existo en tanto un corazón.

BANALIZADOS HASTA LA MUERTE

En 24 horas, primera semana de agosto, murieron tres influencers haciendo desafíos para las redes.

Remi Lucidi y Sharath Kumar fallecieron haciendo videos para TikTok, mientras que el deceso de Zhanna Samsonova ocurrió a raíz de la extrema dieta que promocionaba en Instagram.

Los tres destacados influencers murieron en distintas circunstancias, relacionadas con la temática de sus posteos. Veamos. La rusa Zhanna Samsonova era reconocida por llevar en diez años una dieta crudívora a base de frutas, brotes de semillas, batidos y zumos. En ese aspecto, este modo de vida extremo, que se reflejaba en su masa corporal, provocó su fallecimiento. ¿La causa? inanición y agotamiento físico. Y así exhibía su físico, extremadamente delgado. Esta dieta de veganismo estricto y extremo era promocionada a través del perfil Raw food Creation by Zhanna D'Art, donde ella se definía como nutricionista y chef. Llevaba seis años sin beber agua, por lo que su hidratación venía única y exclusivamente de los jugos y batidos que se preparaba con frutos exóticos. "Amo mi nuevo yo y nunca voy a volver a los hábitos que solía usar", decía Samsonova ante sus 12.000 seguidores.

Por otro lado, el influencer francés Remi Lucidi, conocido en las redes sociales por su pasión por los deportes extremos, murió a los 30 años de edad tras caer desde el piso 68 de uno de los edificios del complejo Tregunter Towers de Hong Kong. Fue declarado muerto en la escena tras una caída que llegó después de colgarse de una de las torres. Tenía 20 millones seguidores.

Por último, Sharath Kumar era un influencer oriundo de la India de 23 años que se dedicaba a compartir sus peligrosas aventuras en TikTok. Tras una semana de búsqueda, este martes encontraron su cuerpo atrapado en una roca. El fatídico accidente había ocurrido el pasado 23 de julio, mientras intentaba grabarse junto a las peligrosas cataratas de Arasinagundi, ubicadas en la India. Tenía 770 mil seguidores.

Los desenlaces fatales de las vidas de Remi Lucidi, Sharath Kumar y Zhanna Samsonova alcanzaron la notoriedad por la que tanto trabajaron. La muerte fue su último posteo para ser reconocidos. La sociedad del entretenimiento y la banalización se los comió. Querían que la gente no se aburriera.

NOTA. Ojo, entretenerse no es un pecado capital. Vaya este patriótico ejemplo: José Artigas –mientras pensaba en las montoneras y en la Banda Oriental- jugaba a las cartas, tomaba ginebra en guampa y perseguía a sus primas.

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