Allí se encontraban los familiares de los futbolistas seleccionados quienes, según versiones, fueron atacados por los simpatizantes colombianos que celebraban la victoria.
Los futbolistas subieron a las gradas y se tomaron a golpes de puño con los aficionados, resultando heridos dos asistentes del cuerpo técnico celeste.
No aceptan violencia
"Es inadmisible que un hecho como el ocurrido en esta ocasión, convierta la pasión en violencia. Por lo tanto, no se tolerará ninguna actitud que transgreda la competencia deportiva y el espectáculo más lindo del mundo que pertenece a toda la familia", cuestiona el escrito emitido por Conmebol.
Asimismo, advierte que "no se tolerará ninguna acción que empañe una fiesta mundial del fútbol, en la cual están involucrados los protagonistas y la afición que estará presente en el estadio en una final vista por cientos de millones de espectadores en todo el mundo", con relación al último partido que protagonizarán Colombia y Argentina este domingo en Miami (Florida).
En medio de los incidentes, Guillermo Varela vio la tarjeta roja, y se espera que Conmebol avance en su investigación para determinar las responsabilidades del resto de los jugadores, en especial, del atacante del Liverpool Darwin Núñez, quien lideró la reacción de los futbolistas ante el peligro que corrían sus familias y allegados.