Respecto a los problemas que enfrenta el sector, el empresario -que es ingeniero civil de profesión- dijo que tiene “una baja productividad”, así como también “altos costos internos” que generan dificultades de competitividad.
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“El país está caro -las tarifas, los combustibles- y eso en el sector también se sufre”, dijo en entrevista con Caras y Caretas.
¿Cómo prevé que se presentará el año 2019?
Venimos de cuatro años de caída consecutivos, luego de un período de crecimiento fuerte hasta 2014. Venimos acumulando una caída del 15%. Para este año, en el mejor de los casos, vemos que vamos a poder mantener el nivel de actividad lo que equivale a no seguir cayendo pero tampoco recuperar el crecimiento.
Todo este panorama podría ser diferente en caso de que se confirme la inversión de UPM 2 y por ello empezarían algunas tareas preparatorias en el segundo semestre del año.
Para el sector tendría una importancia fundamental la concreción de esta obra, ya que implicará la creación de 5.000 puestos de trabajo directos e indirectos durante tres años. A eso se suman los puestos que se generarán en el país en forma permanente, ya sea en la propia planta como en todos los sectores conexos como el ferrocarril, el puerto y otros muchos más. Las inversiones en infraestructura son las que impactan en el crecimiento de los países.
¿Y la construcción del Ferrocarril Central?
De las obras nuevas que habrá este año, más allá de las ya previstas a nivel público y privado, la del Ferrocarril Central sin duda que es importante pero también comenzaría en el segundo semestre y no tendrá peso en el año. No se va a llegar a ejecutar mucho. La retracción en los años coincide con las limitaciones que la Oficina de Planeamiento y Presupuesto puso para las inversiones de los entes autónomos.
¿Cree que eso influyó en el nivel de actividad?
Sí, pero de todas formas, si se analiza la inversión en la construcción en los últimos años 10 o 12 años, la inversión pública no representa más que el 30%.
El sector privado, ¿sigue siendo el cliente más importante de la construcción?
Sí, explica el 70% de la actividad de la construcción. A veces el sector público representa un poco más, pero siempre anda en ese rango.
Los planes de vivienda fuera de la franja costera, ¿ayudaron a impulsar la actividad?
Sí, por el lado de la vivienda promovida -antes llamada de interés social- se construyeron cerca de 10.000 viviendas y hay otras 5.000 en construcción. También impulsaron la actividad lo que han hecho la Corporación Vial y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Donde se está sintiendo la baja de actividad es en la inversión privada en el sector industrial y agroindustrial, las zonas francas y los parques de energía eólica. Eso mueve mucha actividad en el interior.
¿Cuánta gente hay actualmente ocupada en la industria?
En promedio estamos en los 44.500 trabajadores pero el pico nos llevó a estar en algunos momentos por encima de los 70.000.
¿Y qué pasó con esa gente?
No se debe olvidar que la industria de la construcción es también receptiva de gente sin experiencia. Por eso, la gente que está menos preparada es la que primero pierde el puesto de trabajo. En algunos casos se deben haber reconvertido, pero en otros pasan a engrosar las filas de desocupados que hay en el país.
¿Cómo evalúa el funcionamiento de las PPP?
Una evaluación completa se podrá hacer dentro de 15 o 20 años cuando se complete el proceso, porque no hay que olvidar que estos proyectos tienen una fase de construcción y también otra de operación y mantenimiento. Eso estamos lejos de poder evaluarlo.
Sí tenemos una cárcel que ya está operando bajo ese régimen y que está funcionando bien. Está en proceso de construcción una PPP vial que abarca a las rutas 21 y 24 y creemos que este año se van a iniciar un par de proyectos viales y otro par de proyectos educativos.
Lo que sí ha sucedido es que el tiempo entre la licitación y el comienzo de las obras ha sido más largo que el estimado inicialmente. Las expectativas de las autoridades eran otras, pero se trata de procesos largos y complejos.
El mercado de capitales, ¿es un lugar donde se pueden buscar recursos para las PPP?
Hasta ahora no lo ha sido. No parece que el mercado minorista pueda serlo.
¿Cómo evalúa la productividad en el sector?
Bueno, ahí tenemos un problema en la construcción. Hace tiempo que venimos preocupados por ese tema y, por eso, a través del Centro de Estudios Económicos de la Construcción se ha logrado hacer un estudio de la productividad en obras de arquitectura, se hizo una muestra representativa de 20 años -entre 1995 y 2015- y ese estudio arrojó que, pese a que en ese período se incorporaron materiales y tecnologías que debieron mejorar la productividad, esta había caído en el entorno del 20%, lo que es una cifra relevante.
Tenemos un problema que no es igual en todas las áreas de la construcción. Hay varios frentes en los cuales se debe trabajar para mejorar la productividad.
Todo parece indicar que las nuevas tecnologías deberían estar ayudando a mejorar la productividad…
Sí, así es, pero bueno, hay sectores en los que la incidencia de la mano de obra es importante.
¿El Sindicato Único de la Construcción lo entiende?
Sí, es un tema sobre el que se le ha informado. Creo que todos los actores tenemos que entender que en la mejora de la productividad le va la vida al sector. Es una tarea que tenemos que encarar entre todos.
Y el costo de la mano de obra, ¿se ha encarecido?
La construcción en estos 15 años ha tenido un aumento real de los salarios que está por encima de la media de la economía. Eso es algo que nos enorgullece como sector. El problema no es el costo, sino la reciprocidad que se obtiene por el salario que se paga. Ahí es donde hay que trabajar, no en bajar los salarios, sino en mejorar la productividad.
Cómo presidente de la Cámara de la Construcción, ¿qué le pide al próximo gobierno que resulte electo de las elecciones nacionales?
Hay temas generales que todo el sector empresarial cree importantes, como arreglar los desequilibrios económicos y el déficit fiscal. También los altos costos internos, nosotros tenemos un problema de competitividad, el país está caro -las tarifas, los combustibles- y eso en el sector también se sufre. Otro tema es tratar de recuperar la inversión privada extranjera ya que estamos siendo poco competitivos. Hay cosas positivas con la seguridad jurídica, pero hay baja rentabilidad y a veces afecta el clima sindical y lleva a que empresas como UPM hagan gestiones para garantizarse que no será afectada por la conflictividad. Hay que trabajar en el clima de inversión, así como también sería importante volver a la redacción original de la ley de vivienda promovida, de manera que no haya topes ni para las rentas ni para los alquileres.
Los inversores argentinos, ¿hoy prefieren otros mercados?
Indudablemente sí, en Asunción (del Paraguay), por ejemplo, el metro cuadrado de construcción está entre 30 y 40 por ciento más barato que en Uruguay para viviendas similares. Los países compiten por los inversores, y en eso estamos hoy en una posición desfavorable. Igualmente hay presencia de capitales argentinos desarrollando viviendas promovidas tanto en Montevideo como en Punta del Este.