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Cultura | poemas | desaparecer | exilio

Democracia

27 de junio: poemas de resistencia

El arte es lucha y memoria. A 50 años del golpe de Estado del 27 de junio de 1973, una selección de poemas sobre la dictadura, la violencia y el exilio.

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Versos que recuerdan, que conmemoran y sufren y supuran verdades que debemos abrazar. Este 27 de junio se cumple medio sigo de la disolución de las cámaras, del golpe de Estado. Artistas perseguidos, exiliados, silenciados lograron alzar sus voces en la clandestinidad, el extranjero o cuando volvió la democracia. En este día de memoria, reflexión y homenaje compartimos poemas de resistencia.

Desaparecidos

(Mario Benedetti)

Están en algún sitio / concertados

desconcertados / sordos

buscándose / buscándonos

bloqueados por los signos y las dudas

contemplando las verjas de las plazas

los timbres de las puertas / las viejas azoteas

ordenando sus sueños sus olvidos

quizá convalecientes de su muerte privada

nadie les ha explicado con certeza

si ya se fueron o si no

si son pancartas o temblores

sobrevivientes o responsos

ven pasar árboles y pájaros

e ignoran a qué sombra pertenecen

cuando empezaron a desaparecer

hace tres cinco siete ceremonias

a desaparecer como sin sangre

como sin rostro y sin motivo

vieron por la ventana de su ausencia

lo que quedaba atrás / ese andamiaje

de abrazos cielo y humo

cuando empezaron a desaparecer

como el oasis en los espejismos

a desaparecer sin últimas palabras

tenían en sus manos los trocitos

de cosas que querían

están en algún sitio / nube o tumba

están en algún sitio / estoy seguro

allá en el sur del alma

es posible que hayan extraviado la brújula

y hoy vaguen preguntando preguntando

dónde carajo queda el buen amor

porque vienen del odio

Oración por Elimelec

(Gladys Castelvecchi. El poemario Fe de remo es una oda contra la dictadura escrita en clave religiosa por motivos de censura)

Elimelec se nos murió de exilio.

Varón sencillo

de trigo alto y de respeto al justo,

sereno esposo y padre como quien sabe

que el agua llega y corre,

Elimelec se nos murió de exilio.

Elimelec se amigaba con el viento

cuando su pie era intimo del suelo

y cada risco de la heredad,

y la cabra, la lluvia o la sequía

le daban vecindad con su vecino.

Elimelec, de corazón sencillo,

se nos murió de exilio.

Hermoso era Moab. Hermoso, hermoso.

Elimelec, varón sencillo,

leía un calendario de tierra, arado y trigo

y cada día bendecía de Jehová

la espiga y la harina sutil y el pan de gracia.

Hermoso era Moab.

Elimelec pensó en Belén de Judá

y se murió

—callado—

su corazón sencillo.

Elimelec, hermanos, se nos murió de exilio.

14

(Mauricio Rosencof)

El silencio

era un pozo.

Ningún ruido lejano

aleteaba ese día

sin cigarros

ni luz.

Día de muertos.

Unas gotas

cascotearon

el techo frío;

el tiempo

su tiempo,

afuera,

aún latía.

Los exiliados II

(Cristina Peri Rossi)

Hablamos lenguas que no son las nuestras

andamos sin pasaporte ni documento de identidad

escribimos cartas desesperadas

que no enviamos

somos intrusos numerosos desgraciados

sobrevivientes

supervivientes

y a veces eso

nos hace sentir culpables.

Prójimo/Léjimo

(Íbero Gutiérrez)

Si he de morir luchando prefiero

morir luchando pero no

entre grandes edificios

o contra una cuneta desangrado.

Si he de morir luchando prefiero

morir luchando pero

entre montes y helechos

para sentir a modo de exorciso

el aroma de la tierra

y el canto de los grillos.

Otra voz canta

(Letra: Circe Maia. Música: Daniel Viglietti)

Por detrás de mi voz

– escucha, escucha –

otra voz canta.

Viene de atrás, de lejos;

viene de sepultadas

bocas, y canta.

Dicen que no están muertos

– escúchalos, escucha –

mientras se alza la voz

que los recuerda y canta.

Escucha, escucha;

otra voz canta.

Dicen que ahora viven

en tu mirada.

Sostenlos con tus ojos,

con tus palabras;

sostenlos con tu vida

que no se pierdan,

que no se caigan.

Escucha, escucha;

otra voz canta.

No son sólo memoria,

son vida abierta,

continua y ancha;

son camino que empieza.

Cantan conmigo,

conmigo cantan.

Dicen que no están muertos;

escúchalos, escucha,

mientras se alza la voz

que los recuerda y canta.

Cantan conmigo,

conmigo cantan.

No son sólo memoria,

son vida abierta,

son camino que empieza

y que nos llama.

Cantan conmigo,

conmigo cantan.

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