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Cultura | Rada |

The Rada's Old Boys

¿Cómo está para una terapia de jazz y candombe?

El proyecto The Rada's Old Boys vuelve a escena este domingo con una virtuosa terapia de jazz y candombe: sonido oriental que homenajea a Ruben Rada.

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Ya estamos en la cuenta regresiva para el feriado de Carnaval, hay clima de licencia, aflojó el calor agobiante, y no hay mejor plan que una "terapia" con buen jazz fusionado con candombe.

Y para eso están los especialistas: Daniel “Lobito” Lagarde (contrabajo, bajo y voz), Ricardo Nolé (piano) y Nelson Cedréz (batería), más un repertorio de lujo: las personales revisión de las canciones de Ruben Rada, que este trío convirtió en uno de los proyectos más interesantes en materia jazzística y candombera, bajo el nombre The Rada's Old Boys.

La invitación es para este domingo (19 de febrero), a partir de las 21 horas, en Casa Oliva, en Punta Ballena: Ruta Interbalnearia kilómetro 117,3. Las reservas pueden hacerse al celular 095816185.

Toque de swing

El disco The Rada’s Old Boys, es el resultado del proyecto que reunió a Ricardo Nolé (piano acústico y rhodes), Daniel Lobito Lagarde (contrabajo, bajo eléctrico y voces) y a Nelson Cedréz (batería y percusión) para revisitar algunos títulos del inoxidable repertorio cancionístico de Ruben Rada.

Botija de Mi País (Instrumental)

Estos músicos lo hicieron como un homenaje a la trayectoria del Negro Jefe de la canción popular de la región, pero a diferencia de otras realizaciones que ostentan esta condición esta edición vale por la vitalidad musical y no por la pátina broncínea o por los aires nostálgicos. Y habría que subrayar la expresión “vitalidad musical”.

Por esa cualidad, The Rada’s Old Boys se desmarca sin mucho esfuerzo de la saturada feria de producciones fonográficas, y, por ende, del consumo voraz por un tipo de novedad que no es más que una forma (eficaz) de camuflar la ingeniería de la repetición que sostiene al mercado musical.

No hay que ser experto para escuchar cómo se gozaron Lagarde, Nolé y Cedréz al abordar las diez canciones del disco. Tampoco hay que ser un experto para darse cuenta de que no inventaron nada: la pólvora, ya lo sabe, fue inventada hace mucho tiempo.

Los títulos elegidos son algunas de las realizaciones más poderosas de Rada, y representan algunos de sus períodos compositivos más prolíficos, desde la época de Tótem hasta sus proyectos como solista. Y un detalle que no es menor: los responsables de este registro fueron protagonistas de muchos de esos proyectos. Lagarde estuvo con Rada en sus primeros pasos. Nolé lo acompañó durante casi una década de residencia en Argentina. Y Cedréz es el baterista de su banda desde 1995. En fin, al Negro lo conocen a fondo. Y eso se escucha.

Biafra

Con una formación bebopera básica, más la incorporación del homenajeado y del flautista Pablo Somma en un par de canciones, el trío revisitó este repertorio (‘Biafra’, las notables ‘Botija de mi país’ y 'Dedos', ‘Terapia de murga’, ‘Ayer te vi’, entre otras) explotando al mango el swing que atraviesa cada uno de diseños melódicos, y desarrollando un inteligente trabajo con el material rítmico y, sobre todo, con el armónico (un elemento del discurso musical que siempre le fascinó a Rada).

Y, como fue dicho, el goce se escucha, encanta y es una de las razones por la que la escucha queda, literalmente, enganchada.

No se preocupe por buscarle el “toque de maestría”. Tampoco se preocupe por las etiquetas. Llámelo como quiera: jazz, candombe, candombe fusión. No importa. El asunto central en este disco no es otra cosa que la musicalidad: algo inefable, intenso y que apela al disfrute pleno de un material surtido de buenas ideas y de sensibilidad.

Negro

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