Las tensiones en los temas ambientales y económicos se encuentran presentes en este dinámico sector de la producción uruguaya.
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Las loas desde algunos sectores a la forestación como forma de mitigar los problemas del efecto invernadero se enfrentan a las advertencias de su plantación indiscriminada y sin tomar en cuenta el desgaste producido en los suelos.
Bajo el primer argumento se resalta que la capacidad de los árboles de captar y almacenar carbono atmosférico mitiga los efectos de los gases producidos por los procesos industriales, el uso de combustibles fósiles en el transporte, la quema de bosques y las deyecciones de ganado.
Se recuerda además que Uruguay forma parte del Convenio de Tokio para la utilización del Crédito por Carbono (GEI) a favor de las áreas forestadas.
De la vereda de enfrente, la ley debió venir a poner orden en lo que implicaba el plantío indiscriminado sobre suelos productivos denunciados por colectivos ambientalistas.
En lo económico, la inversión de capital que implica la fase de industrialización de la actividad forestal entra en tensión con los sectores sociales que se sienten desplazados por el avance de las superficies plantadas.
Al día de hoy por ley se han declarado de prioridad forestal 4.300.000 hectáreas, de las cuales se encuentran plantadas 1.200.000, por lo que parecería quedar margen y no fuera necesario pensar en que se expandiría sobre más superficie. Uruguay cuenta con 17.600.000 de superficie de las cuales se consideran 16.700.000 productivas, representando las de prioridad forestal un 26% de la superficie.
Se estima que en la actualidad hay mas de 1.700 empresas forestales dando empleo a 25.000 trabajadores.
La tercera planta de celulosa hará una inversión de 2.000 millones de dólares y la industria forestal es un pilar fundamental en la economía de varios departamentos, como por ejemplo Tacuarembó.
Su intendente, Wilson Ezquerra, asegura que la apuesta por duplicar la producción de las empresas forestales radicadas en el departamento permitirá recuperar la economía local y paliar la crisis profundizada por la pandemia.
Mirando el otro lado de la moneda, el intendente Ezquerra señala los problemas de mantenimiento de la caminería que la actividad ha traído y apuesta a que las empresas forestales colaboren. En ese sentido se aprobó una tasa forestal para poder aplicar la lógica de que el “que rompe paga”.
Desde el Ministerio de Ambiente sus autoridades han expresado públicamente un fuerte respaldo a la actividad forestal en tanto monitorea y evalúa los impactos sobre las cuencas, los suelos y las actividades productivas.
Conviviendo
El boom de la producción forestal y su rápida expansión representó un desafío para colectivos de pequeños productores.
Desde la Facultad de Agronomía y la Comisión Nacional de Fomento Rural, entre otros organismos, se debió dar respuesta a las dificultades de los lenceros familiares que eran desplazados de sus históricas tierras usadas para pastoreo.
Involucrar un sistema que integrara pasturas, árboles y ganados era el desafío por delante, respetando los intereses de los distintos sectores y brindando protección a los mas débiles.
La oportunidad de combinar distintas formas productivas buscaba dar respuesta a una complejidad nueva que era el cambio climático.
El informe sobre “Recomendaciones de integración de actividades forestales” expresaba: “En el país se evidencia muy fuertemente el impacto del fenómeno de El Niño principalmente en la primavera y en el otoño, incrementando la probabilidad de que las lluvias ocurridas sean de mayor magnitud con respecto a datos históricos para esas épocas del año. En años de predominio de La Niña, el país sufre prolongadas y profundas sequías, que han ocasionado múltiples impactos sobre las poblaciones, las infraestructuras, los ecosistemas, la biodiversidad y muy especialmente sobre el sector agropecuario […] La incorporación de montes de sombra y abrigo en conjunto con otras medidas como el empotreramiento y la distribución de fuentes de agua han demostrado ser muy útiles para disminuir los impactos negativos de los eventos climáticos severos […] La Dirección General de Desarrollo Rural del MGAP se propuso contribuir al desarrollo de modelos de producción integrados más estables y sustentables, considerando que los sistemas silvopastoriles -y más específicamente la forestación como actividad complementaria a la ganadería- son una buena alternativa de producción”.
Otra visión es la de Carlos Pintos, dirigente de la Mesa de Colonos de Tacuarembó, quien, en diálogo con Caras y Caretas, manifestó que apoyan decididamente el proyecto de ley presentado por el diputado de su departamento Rafael Menéndez, que contó en cámara con los votos de Cabildo Abierto, el Frente Amplio y el PERI, obteniendo así la mayoría.
Pintos denuncia que el avance en particular en Tacuarembó de los proyectos forestales siguen invadiendo suelos de uso agrícola y desplazando a los pequeños productores.
“Son pequeños productores que deben abandonar la producción y emigrar a las ciudades donde forman parte de los cinturones de pobreza en Uruguay donde la seguridad está cada vez peor”, expresa el dirigente Colono de Cerros Clara.
“Ahora, además, las empresas forestales arriendan tierras de mil hectáreas y son con esos productores medianos que ni siquiera viven en el campo que hacen algún arreglo de pastoreo, pero no le dan ninguna oportunidad a los pequeños productores”, comenta Pintos y agrega, en el sentido de que tampoco llevan desarrollo, “acá no hay energía eléctrica y aunque parezca mentira en pleno siglo XXI, algunos comemos charque”.
Con respecto a la ley, Pintos expresa tal como solicita el comunicado que la Comisión Nacional de Fomento Rural, se exprese en torno a la ley recientemente aprobada en Diputados.
El comunicado de las organizaciones expresa: “La Mesa de Colonos de Tacuarembó y el Movimiento por la Tierra, ante media sanción parlamentaria de la Ley de suelos de Prioridad Forestal expresamos nuestro decidido apoyo a la iniciativa, que constituye una acción de dignidad, es un paso, si bien lejos aún de lo que aspiramos, dado los altos niveles de extranjerización de la tierra, en un régimen impositivo que no realiza gravamen del negocio privado de la renta de tierras, con exoneraciones de impuestos a las inversiones, sin contribución inmobiliaria rural (un millón trescientas mil hectáreas exoneradas), y con subsidios de 500 millones de dólares hasta el 2005 para implantar bosques. En este contexto, en la necesidad de aprobar la normativa dados los crecientes permisos que se otorgan a nivel departamental para forestar en distintas áreas del país, y al haberse desatado una campaña sucia con argumentos falsos en contra la Ley expresamos: Conocemos las consecuencias directas de los proyectos del Modelo Forestal del Agronegocio sobre nuestros territorios, y se hace necesario una limitación al área de suelos forestal, priorizando la preservación del área destinada a la producción de alimentos. En este sentido, nos parece importante que las organizaciones representantes de la Producción Familiar expresen su posicionamiento en ese sentido”.
Los números del agronegocio forestal
El “Informe cuatrimestral de exportaciones de madera: principales cadenas forestales” de la Dirección Forestal del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca señala que para el primer cuatrimestre de 2021 se exportaron 999.774 metros cúbicos de madera rolliza de coníferas, lo que representa una variación positiva del 13% respecto al tercer cuatrimestre del 2020. El mercado chino pasa a ser el principal mercado del cuatrimestre con un 79% del volumen total exportado, seguido del mercado indio con el 21%. Si se compara el primer cuatrimestre de 2021 contra el primer cuatrimestre de 2020, se observa una variación positiva del 217%, siendo marzo y abril los meses con mayor volumen de exportación. Las empresas exportadoras en promedio fueron 8 en el cuatrimestre, manteniéndose en relación al cuatrimestre pasado, pero duplicándose en referencia a igual cuatrimestre del año pasado.
En cuanto al valor FOB de exportación, en el primer cuatrimestre del 2021 se computaron aproximadamente 81 millones de dólares, lo que representa una variación del 22% con respecto al cuatrimestre anterior y una variación positiva del 296% con respecto al mismo cuatrimestre del año 2020. Esta variación está posiblemente explicada por las variaciones en los volúmenes exportados, siendo superiores a los anteriores.
El precio promedio para el período fue de 82 dólares por metro cúbico, siendo un 10% superior al del cuatrimestre anterior. El precio máximo transado fue de 136 dólares por metro cúbico y el mínimo fue de 51 dólares por metro cúbico, ambos registrados en el mes de abril con destino a China. La cantidad exportada en el primer cuatrimestre de 2021 es de aproximadamente 70.000 metros cúbicos, lo que representa una variación negativa de 45% con respecto al tercer cuatrimestre de 2020 y una variación positiva de 121% con respecto al mismo cuatrimestre del año anterior.
Con respecto al valor FOB para la madera rolliza de no coníferas sin contemplar como destinos las zonas francas, se computaron casi 8 millones de dólares, presentando una variación negativa de 37% con respecto al cuatrimestre anterior, y siendo un 52% mayor si se compara con igual cuatrimestre de 2020. La cantidad de empresas exportadoras por cuatrimestre se mantuvieron constantes, así como los destinos de exportación. Dentro del mercado asiático, China fue el principal destino, seguido de Vietnam. El precio unitario máximo fue de 273 dólares por metro cúbico y se registró en el mes de marzo con destino a China; mientras que el precio mínimo transado por unidad se registró en el mes de febrero con destino a Vietnam con un valor de 31 dólares por metro cúbico.
Si se toman en cuenta solo los envíos a zonas francas, el volumen exportado en el primer cuatrimestre de 2021 fue de 3,7 millones de metros cúbicos aproximadamente, lo que corresponde a un 17% menos que en el tercer cuatrimestre de 2020, y un 6% menos con respecto a igual cuatrimestre de 2020.
PIB y empleo
El mencionado estudio muestra que la generación de valor agregado en la economía uruguaya por parte del sector forestal en 2019 fue de unos 2.100 millones de dólares si se consideran los impactos directos, indirectos e inducidos. Esto equivale a un 3,8% del PIB de 2019.
El trabajo de Exante estimó, además, que el complejo forestal, a 2019, generaba unos 25.000 puestos de trabajo en forma directa, indirecta e inducida. Los empleos directos totalizan unas 18.000 plazas, de las cuales casi el 50% están vinculadas a la fase primaria (viveros, silvicultura y operativa forestal). El 35% corresponde a la industria de primera transformación (incluyendo proveedores y contratistas claves) y el 15% restante se emplea en actividades de transporte.
En cuanto a las contribuciones al Estado, el estudio halló que la cadena forestal nacional -con impactos directos, indirectos e inducidos- aporta casi 340 millones de dólares a los ingresos públicos (incluyendo impuestos y seguridad social).
Fuente: Revista Forestal de la Sociedad de Productores Forestales