Por Carlos Peláez
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En un congreso que se desarrollaba en Marsella en mayo del 2019, una doctora en matemáticas le informó a otra colega su intención de denunciar a quien fuera su orientador de Maestría y Doctorado, Martín Sambarino, por una situación de acoso sexual.
Unos dos años antes, estando Sambarino en su apartamento en París, la denunciante le pidió para quedarse allí. Con lo que ocurrió luego todas las partes parecen coincidir. Por razones que no conocemos, en determinado momento la mujer se mostró afligida y en un gesto que algunos califican como afectuoso y otros como de acoso, el hombre la abrazó. Eso fue todo.
En agosto de 2019 una nota del semanario Búsqueda sumó otros componentes a esa denuncia y el tema alcanzó ribetes de escándalo porque se mencionó que en la casa de Sambarino “se hacían fiestas donde había sexo, alcohol y drogas”.
La nota del semanario menciona otras varias circunstancias de acoso sexual y abuso, pero no identifica a los responsables y a los lugares, permitiendo que la opinión pública creyera que todo era responsabilidad de Sambarino, cuando no lo era.
La comunidad de matemáticos uruguayos, pequeña en relación a otras profesiones, reacciona ante las acusaciones y en una carta pública niegan “todos los hechos denunciados y más rotundamente la posibilidad de que se obtengan beneficios académicos por vías espurias, acreditando las garantías que existen en la Udelar”.
Es a partir de estos hechos que se inicia una investigación ordenada por las autoridades universitarias a la vez que separan provisoriamente de su cargo al acusado, que hasta entonces no había sido informado de la denuncia en su contra.
Todo lo que ha ocurrido desde entonces generó un clima de conmoción e inestabilidad en la propia Universidad.
Vale precisar que la Comunidad de Matemáticos uruguayos, en su sentido más amplio, como académicos grado 3, 4 y 5, investigadores y docentes, no supera las 200 personas de las cuales la quinta parte son mujeres.
La abogada Ana Carla Riba fue la encargada de realizar la investigación administrativa. Unos 56 testigos propuestos por denunciante y denunciado y otros, fueron interrogados en el transcurso del último año para conformar un expediente que supera los 1.000 folios y es secreto para todas las partes.
En setiembre pasado Búsqueda publicó que “la Dirección General de Jurídica de la Udelar manifestó que había comprobado la existencia de acoso sexual y concluyó que hay credibilidad objetiva y verosimilitud en la denuncia”, según el sumario administrativo dado a conocer por el semanario.
Ahora también hay una investigación administrativa por esa filtración.
Las particularidades del caso
Para cualquiera que desconozca el ambiente universitario y mucho menos las actividades de los matemáticos, esta podría ser considerada una más de las denuncias que diariamente realizan tantas mujeres por acoso y abuso sexual.
Peor aún, cualquiera que solo haya escuchado a las denunciantes o leído Búsqueda, seguramente estará convencido que las denuncias son ciertas.
Como en todas las circunstancias de la vida otro punto de vista siempre es posible. Sobre todo porque llama la atención que sean mujeres las que defienden la posición de Sambarino. Y por otro hecho no menor. Varios reconocidos matemáticos dijeron a Caras y Caretas que en el año 2018, casi dos años después de ocurridos los hechos denunciados y más de un año antes de presentar su denuncia, “volvió a elegir a Martín Sambarino como su tutor. No se comprende cómo volvió a elegir al mismo profesor que la había acosado casi 2 años antes, pudiendo elegir a varios otros profesores hombres o mujeres que trabajan en los mismos temas”.
El contenido del expediente formado con la investigación es desconocido, pero varios testigos dijeron “haberse sentido acosados” por la instructora. Una de ellas sostuvo que “ingresó hasta en aspectos de nuestra vida privada. Por ejemplo me preguntó si yo servía alcohol en mi casa”. Otros dijeron que la abogada Riba “no trabajó para buscar la verdad de los hechos, sino que empezó convencida que Sambarino era una abusador y trabajó para probarlo”.
Como sea, el daño a la reputación y la carrera del acusado ya está hecho. No solo fue suspendido de sus actividades en Uruguay, sino que su presencia ha sido cancelada en diferentes congresos y foros internacionales y el Consejo de la Facultad de Ciencias resolvió de manera unánime pedir la destitución del académico, en vez de la alternativa, que era suspenderlo durante seis meses.
El Consejo Directivo Central (CDC) de la Universidad de la República debería expedirse antes de fin de año. Los órdenes del CDC aguardan por el informe de la Comisión Nacional de Servicio Civil, que depende de la oficina homónima, para tomar una postura en este caso. Esto se debe a que el artículo 63 de la Constitución de la República dice que es competencia de ese organismo pronunciarse sobre las destituciones de funcionarios en último término, “una vez culminada la instrucción correspondiente, antes de la resolución de la autoridad administrativa”, y que dispone para ello de un plazo de un mes a partir de la recepción del expediente, según informó la diaria.
Hablan las matemáticas
Caras y Caretas entrevistó a tres reconocidas matemáticas uruguayas con el objetivo de conocer su experiencia con Sambarino y sus opiniones sobre el caso.
Mariana Haim: “Jamás se presumió la inocencia”
Mariana Haim es doctora en Matemática (Universidad de la República, año 2006); Master en Lógica (Universiteit van Amsterdam, año 2000), Licenciada en Matemática (Universidad de la República, año 1999) y Docente de Facultad de Ciencias de la Udelar.
¿Usted lo conoce a Sambarino? ¿Cómo era el ambiente de trabajo?
Sí, soy compañera de trabajo de Martín Sambarino, en el Centro de Matemática de la Facultad de Ciencias desde hace más de 20 años. Es un ambiente de mucho respeto, camaradería, seriedad. Como en cualquier lugar, hay relaciones más o menos buenas, pero el ambiente general es de una gran calidad humana, tanto de los docentes como de los estudiantes. En lo que refiere a Sambarino puedo decir que lo considero un excelente compañero y que, a juzgar por las evaluaciones estudiantiles, es muy valorado como docente .
Siempre alentó el desarrollo académico de sus estudiantes, y ha sido fundamental para el desarrollo del grupo de Sistemas Dinámicos de Uruguay. Este tipo de afirmaciones traen aparejadas el comentario de que «detrás de un excelente compañero puede haber un acosador», entiendo, pero creo que es algo extremadamente relevante, por todo lo que se ha dicho en su contra, y que debe ser especialmente tenido en cuenta, dado que todo los testimonios de sus colegas son en esta dirección.
¿Usted no considera que Sambarino se equivocó al alojar a una estudiante en su apartamento?
En el contexto en que nos manejábamos, y que hoy revisamos, no estaba mal. Los estudiantes de posgrado, incluso los estudiantes avanzados de grado, tienen cargos docentes, y las relaciones de amistad son comunes. En un contexto de amistad de varios años, era natural que él aceptara que su estudiante de doctorado se quedara en su apartamento en París, tratándose de una de las ciudades más caras del mundo, y teniendo en cuenta que trabajarían juntos en esos dos o tres días que ella pasaría en su casa. También fui amiga de mi orientadora de Licenciatura, y de mi orientador de Doctorado, y esas amistades enriquecieron profundamente mi formación.
¿Las fiestas en la casa de Sambarino eran una “tradición” como ha relatado la denunciante?
Hay una intencionalidad y un morbo en esa frase que tuvo un efecto devastador en la opinión pública, así como el resto del artículo en el que está inmersa.
No había tal tradición. Al final de un curso avanzado de Licenciatura o por el recibimiento de algún estudiante de grado o posgrado, o por alguna otra razón de celebración, podía hacerse una reunión en un bar, o en la casa de algún compañero,. De manera tan usual como en otros ámbitos laborales. En casa, por ejemplo, solía haber asados, de fin de curso u otros, a los que asistían mis hijos.
Si estas prácticas son sancionables, creo que somos la mayoría que deberíamos ser sancionados. Me incluyo. He tenido estudiantes con quienes me he reunido a trabajar en casa. Y creo que en todo caso, Sambarino ya tuvo sanción suficiente con estos dos años de escrache, descomunión y apartamiento del cargo, que transcurrieron sin que ningún gremio ni ningún organismo de prevención de la discriminación haya actuado para protegerlo.
¿La denuncia tuvo alguna repercusión internacional?
Ya la tuvo desde el día en que se supo de la existencia de una denuncia. Jamás se presumió la inocencia. Se le impidió la participación en cualquier tipo de evento académico internacional. Además, muy recientemente, la Unión Matemática de Latinoamérica y el Caribe (Umalca) rechazó una candidatura de un compañero a integrar uno de sus comités, por el solo hecho de haber sido uno de los firmantes (éramos unos 30) de una carta en defensa de Sambarino 2019. Esto llevó a que los investigadores en Matemática del Uruguay, reunidos en Asamblea, resolvieran retirar la participación de Uruguay en la Umalca.
¿Cómo cree que deberían actuar ahora las autoridades universitarias?
Voy a decir una obviedad, pero a la vista de los hechos recientes parece necesario: es absolutamente crucial que cada una de las personas que vote lea el expediente, esto lleva tiempo y dedicación, pero para eso están las diferentes instancias del proceso y esta es una. La alternativa sería guiarse por 1) las falsedades que circulan en la prensa y en las redes; 2) las filtraciones del expediente sacadas de contexto; 3) las presiones tendientes a que se resuelva rápido (esto es, sin lectura) y al grito (esto es, sin que importen los detalles del caso particular).
Quiero aclarar que suscribo palabra por palabra toda la columna de mi colega Juliana Xavier «Yo acuso» que dio a conocer el programa radial En perspectiva. Por eso omito aquí todo lo que allí ya se dijo.
¿Qué efectos, considera usted, tendrá todo esto sobre la Universidad?
Todo lo que ha ido sucediendo con este caso va en desmedro del combate serio a las conductas de acoso. Por varias razones: el hecho de que haya sido tan mediático y ejemplificador podría servir para descansar sobre él, y hacer la vista gorda por un tiempo, quizá ya se esté haciendo, a otros casos solapados que se sigan dando mientras tanto.
Como ya se está viendo, una sanción desproporcionada hace que la discusión se centre en el hecho concreto denunciado más que en los problemas ligados al acoso. Esto es perjudicial, tanto para denunciante y denunciado, como para otras personas que pueden sentirse inhibidas a la hora de hacer eventuales denuncias.
Denuncias tratadas sin seriedad sólo agravan, a la larga, el problema que intentan combatir, ya que puede acabar instalándose en la opinión pública que todas las denuncias son poco serias.
La resolución del gremio docente de Facultad de Ciencias, según la cual cualquier dictamen de acoso sexual debe implicar destitución, puede ir en el sentido contrario de lo que parece ser su intención, incidiendo por ejemplo en que la Dirección General de Jurídica llegue a considerar acoso solo a los casos más extremos.
Matilde Martínez: “La denuncia destruye completamente y de forma irreversible la reputación de Martín Sambarino”
Matilde Martínez es Licenciada en Matemática (Udelar-1999) Doctora en Ciencias (Centro de Investigación en Matemáticas México -205), Postdoctorado en el Centro de Investigación en Matemáticas – México), Postdn el Instituto Fields (Fields Institute for Research in Mathematical Sciences Canadá- 2006), Profesora Grfdo 4 en el Instituto de Matemática y Estadística de la Facultad de Ingeniería.
¿Qué opinión tiene sobre la denuncia contra Sambarino?
Claramente el caso de Sambarino no es lo que parece a primera vista: una denuncia de acoso sexual, seguida de la correspondiente investigación, que lleva a una sanción. Hay dos aspectos de este asunto que me parecen destacables:
1) No hay una denuncia que sigue su curso normal, con ocasionales filtraciones a la prensa. Por el contrario, la mediatización de este caso, en prensa y redes sociales, determina el curso de los hechos. Instala en el imaginario colectivo una denuncia que no es la denuncia auténtica, concreta, susceptible de ser investigada. Destruye completamente y de forma irreversible la reputación de Martín Sambarino y su carrera académica, generando reacciones indignadas a nivel nacional y de la comunidad matemática internacional. Produce a la interna universitaria una polarización que impide cualquier reflexión o diálogo. Marca el rumbo de la investigación que hace la Dirección General de Jurídica de la Universidad, que busca saber, más allá de la denuncia concreta, qué pasaba en las famosas “fiestas” en casa de Martín Sambarino.
2) El asunto adquiere una magnitud tal, que la persona de Sambarino, sus hechos, y lo que se dice concretamente de él, pasan a ser irrelevantes. Se convierte en un símbolo de la lucha feminista en la Universidad. El objetivo de aplicar un castigo ejemplarizante arrolla toda consideración sobre si es éste el hombre que merece ese castigo, y por qué motivo. Una cosa curiosa es que pocos en la Universidad parecen estar convencidos de que Sambarino merece ser destituido, pero muchos entienden que las buenas causas a veces cobran víctimas injustamente, y que la lucha contra el acoso sexual es una causa que justifica ciertos abusos.
Es así como un montón de personas bienintencionadas, con el objetivo expreso de defender los derechos de las mujeres y mejorar los ambientes académicos en que nosotras estudiamos y trabajamos, hacen de Martín Sambarino una víctima. Porque lo que le ha pasado a él es terrible, y absolutamente desproporcionado al hecho que se le imputa.
También ha sido increíble escuchar a científicos, gente que se supone que interpreta la realidad a partir de la razón, decir cosas como que “el acoso sexual no admite matices, es blanco o negro”. Ese disparate no es cierto ni en un homicidio. O ver la Facultad de Ciencias empapelada con carteles que dicen cosas como “Quien defiende a un acosador es cómplice”, en respuesta a las opiniones que sostenemos varias mujeres matemáticas.
¿Qué conoce usted de la denuncia realiza?
La denuncia concreta consta de tres partes: una es la de acoso sexual propiamente, que se refiere a un hecho puntual ocurrido en París. Sobre el hecho en sí, no hay dos versiones, ya que denunciante y denunciado están de acuerdo: Martín Sambarino había viajado a París por motivos académicos, y la denunciante, que estaba viviendo en Francia, fue a París de fin de semana y se alojó en el apartamento de él. En un momento en que ella estaba triste tras una conversación angustiante, él intentó abrazarla. Ella se sintió molesta, interpretando ese abrazo como un avance sexual. Él notó su incomodidad y detuvo el gesto. Un par de días después, ella regresó a la ciudad de Dijon donde vivía.
Una segunda denuncia, extremadamente grave, es que Sambarino compartió drogas con estudiantes. La investigación de dos años no encontró ninguna prueba de que esto sea cierto.
La tercera denuncia, que también es muy grave, es comprobadamente falsa. Dice que Sambarino perjudicó académicamente a la denunciante. La realidad es que la denunciante tuvo todo el apoyo institucional que un estudiante de posgrado en ciencias puede tener: beca de maestría, beca de doctorado, un contrato postdoctoral d el PedecibaA, financiación para su proyecto de investigación de la ANII (a través del Fondo Clemente Estable), licencia en sus cargos universitarios para hacer estudios doctorales en Francia y para usufructuar un contrato postdoctoral en China, y financiación para asistir a congresos. Varias de estas cosas le fueron otorgadas después del hecho denunciado. También tuvo oportunidades que no involucraban financiación con fondos públicos, pero que son significativas en el mundo académico. Por ejemplo, dio conferencias en importantes congresos internacionales. Uno de ellos, organizado por Sambarino, también después del hecho denunciado. Por otro lado Sambarino logró desmentir en el transcurso del sumario la afirmación de que él prestó poca atención a su tesis, ya que había guardado la correspondencia vinculada a la misma. El orientador francés de la tesis también señaló las contribuciones de Sambarino a la misma.
Si los actos denunciados son falsos, ¿de dónde proviene la presión para destituir a Sambarino?
Obviamente, la presión política para destituirlo no puede provenir de la acusación de que intentó abrazar a una estudiante de doctorado que lloraba. Viene de la idea de que hay cosas que “no están bien”, de una manera de ver las relaciones interpersonales en los ambientes académicos que se ha impuesto en los últimos años. Esta visión considera inaceptables ciertas conductas de Sambarino. Por ejemplo, se considera inaceptable que un profesor haga una reunión de fin de curso con sus alumnos, en su casa. Se considera inaceptable que aloje en su apartamento a su estudiante de doctorado. Se considera inaceptable que tenga relaciones de amistad o de camaradería con estudiantes. Son cosas que antes ocurrían y eran vistas como normales, y que ahora se considera que ponen en riesgo las trayectorias académicas de los jóvenes, y particularmente de las mujeres, que en los ambientes muy masculinizados como las ciencias llamadas “duras” y las ingenierías, son consideradas “vulnerables”.
Aun asumiendo este punto de vista, es descabellado pensar que estas conductas sean sancionables mientras no haya una norma que las prohíba.
Por otro lado, la denuncia contra Sambarino se acompaña de valoraciones negativas sobre un ambiente del cual él no es responsable pero se ha convertido en símbolo. Un ambiente que según la descripción de las redes y la prensa es sórdido, en el que circulan alcohol y drogas, de una moral sexual laxa. Yo no puedo decir mucho sobre este ambiente que se ha pintado de forma tan sensacionalista, porque no corresponde a mi experiencia, a pesar de que supuestamente formo parte de él desde 1995. Evidentemente, o se ha exagerado mucho, o hay muchas fiestas a las que yo no he sido invitada. Sospecho que lo primero.
Usted comprenderá que la lucha de las mujeres contra el acoso y el abuso sexual está presente en este caso.
Una de mis preocupaciones más grandes es que los excesos y atropellos que se han cometido en este caso debilitan la lucha feminista auténtica. Porque el acoso sexual por supuesto que existe, y las condiciones desventajosas para las mujeres en la academia también. ¿Pero qué mujer va a querer denunciar ahora, tras la exposición pública que ha tenido este caso? ¿A qué mujer le van a creer, si sobre Sambarino se dijeron cosas que son falsas?
Por otro lado, no veo cómo podemos avanzar en la incorporación de las mujeres a la matemática a partir de este punto. Yo no me imagino, por ejemplo, yendo a liceos, a hacer talleres promoviendo nuestra carrera entre chicas cuyos padres están convencidos de que los matemáticos son feroces depredadores sexuales.
¿Conoce a la denunciante?
Yo estaba en Marsella, Francia, en mayo de 2019, cuando la denunciante de Sambarino decidió que iba a presentar su denuncia. Habló conmigo. La Comisión de Prevención y Actuación ante el Acoso y la Discriminación de la Udelar estaba en proceso de integración, y yo le recomendé que hiciera la denuncia ahí, lo cual garantizaría la confidencialidad y el tratamiento imparcial de la misma. Ella, ante lo que quizás interpretó que era la inacción de la Universidad, decidió hacer la denuncia públicamente.
Eleonora Catsigeras: “Se publicaron cosas falsas que provocaron un ambiente hostil para el denunciado”
Eleonora Catsigeras es ingeniera Industrial opción Electrónica (Udelar-1981) Licenciada en Matemática (Udelar -1989), Doctorada en Ciencias en el Instituto Nacional de Matemática Pura e Aplicada ( Río de Janeiro en 1995); Docente en el Instituto de Matemática y Estadística de la Universidad de la República. En el año 2014 ganó del Premio L’Oréal-Unesco a Mujeres en la Ciencia como mejor proyecto de investigación dirigido por una científica.
¿Qué opinión tiene acerca de la denuncia contra Sambarino?
Yo fui citada como testigo del denunciado, no conocía el tenor de la denuncia. Pero hay dos aspectos que me interesa señalar. Primero sobre cómo se ha presentado el tema tanto en redes como por algunos medios de comunicación. Allí se han aportado informaciones conteniendo muchas falsedades. Y esas informaciones llevaron a muchísima gente a hacerse una idea errónea de este asunto.
Luego, la denuncia no dice que el abrazo fuera acompañado de acciones físicas y objetivas de carácter sexual. Por ejemplo no dice que Sambarino intentara besarla, tocara partes de su cuerpo inapropiadamente o le hiciera una propuesta de naturaleza sexual. Si no lo dice la denuncia es justo admitir que no existieron acciones físicas y objetivas de naturaleza sexual.
En sus declaraciones la denunciante reconoce que Sambarino se fue a dormir luego de esta situación. No dice que se haya repetido una situación como esta, ni antes ni después. Es entonces justo admitir que fue un único evento.
El denunciado dice que fue un abrazo amistoso, para consolarla porque ella estaba afligida. Reconoce que la abrazó y que ella se apartó y que eso pudo haber estado fuera de lugar.
La abogada sumariante reconoce que Sambarino no tomó ni amenazó con tomar represalias. Al contrario, reconoce que su trabajo como orientador fue correcto, profesional e inobjetable, antes y después del abrazo.
Sin embargo ese hecho, y la “confesión de Sambarino” fue considerado por la abogada sumariante como la principal prueba del “acoso sexual” a la denunciante. Y concluyó que está probada la veracidad de lo afirmado por la denunciante quién se sintió acosada sexualmente con ese abrazo.
Pero denuncia otros hechos además del abrazo en París. Por ejemplo que se sentía obligada a asistir a “fiestas” del grupo de investigación, en que se consumía alcohol y drogas, para no ser excluida del grupo, y que en esas fiestas algunos varones acosaban sexualmente a las mujeres jóvenes. También que Sambarino le hacía comentarios de tono sexual.
La abogada sumariante dijo que no se probó que se ofrecieran ni se consumieran drogas . Ninguno de los testigos reconoció haber presenciado que Sambarino hiciera comentarios fuera de lugar a sus compañeras mujeres, ni que las acosara sexualmente.
¿Qué consecuencias puede tener sobre Sambarino?
Le destrozaron la carrera. Varias instituciones científicas internacionales lo han eliminado de congresos y foros. En su propia Facultad se ha generado un ambiente hostil hacia él.