Una obligación histórica: clasificar
Forlán fue claro sobre las expectativas. “Tenemos esa obligación que, por ser uruguayo, debemos pasar ese grupo”, sostuvo. Sobre Arabia Saudita, advirtió que no debe subestimarse: “Corren todo el partido, son aguerridos y no dan ninguna pelota por perdida”. Incluso recordó que debutó con la Celeste ante ellos.
Respecto a Cabo Verde, señaló que es un rival capaz de sorprender, aunque confía en que Uruguay pueda imponer su jerarquía. España, en cambio, fue definida como una potencia del torneo: “Juegan bien. Tienen ese toquecito, ese pase, esa posesión que manejan muy bien”. Para Forlán, es “sin lugar a duda, una de las candidatas”.
También habló de un eventual cruce con Argentina, un tema que suele generar tensión entre los hinchas. Lejos del dramatismo, comentó que “también es un problema para Argentina”, y que todo dependerá de cómo termine cada selección en la fase de grupos.
El conflicto interno: “Hay que acercar las partes”
Uno de los temas más delicados que abordó Forlán fue la ruptura de comunicación entre los futbolistas y el cuerpo técnico liderado por Marcelo Bielsa. Desde su mirada de exjugador e hincha, fue directo: “No es bueno que haya una ruptura de comunicación”.
Recordó que en su carrera también vivió desacuerdos con entrenadores, pero insistió en que “el grupo tiene que sacarlo adelante”. Subrayó que los problemas recientes no pueden atribuirse al técnico. “El 5 a 1 contra Estados Unidos no es por mal relacionamiento… es rendimiento. Bielsa no estaba dentro de la cancha. Los errores son de los jugadores”.
Para Forlán, la solución pasa por recomponer el vínculo: “Hay que ver de qué manera poder acercar las partes”. Y remarcó que los jugadores también deben adaptarse al contexto: “No es lo que uno quiere, sino lo que me exige el entorno donde estoy”.
Antes de cerrar, volvió al mensaje que marcó toda su reflexión: “La Selección está por encima de cualquier cuerpo técnico y de cualquier jugador”.
Un llamado claro, desde la experiencia y el sentido de pertenencia, cuando más lo necesita la interna celeste.