Se jugó una nueva edición del Superclásico argentino entre River Plate y Boca Juniors. Con un final polémico, fue victoria del “millonario” 1 a 0 con gol de Miguel Borja de penal.
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La primera mitad de partido, River Plate fue muy superior a los dirigidos por Jorge Almirón, dominó el partido a gusto, y fue el único equipo que logró generar situaciones de gol. Un gran primer tiempo de Nacho Fernández que se encargó de manejar los hilos de la mitad de cancha y de asistir constantemente a los delanteros.
Pese a esa superioridad mostrada, los dirigidos por Demichelis no pudieron hacerlo plasmar en el marcador, en gran parte gracias a las muy buenas respuestas que tuvo el golero Romero cada vez que River generaba alguna situación de peligro.
El primer tiempo se fue con más infracciones y tarjetas amarillas, que fútbol. Esto mostraba el nivel de intensidad con el que se jugaba el partido, detalle que iba a ser determinante al final del encuentro.
El segundo tiempo mostró a un Boca mucho más adelantado en el campo, haciéndose dueño de la pelota y empezando a, con poco peligro, inquietar el arco de Armani. En ese momento fue que apareció Villa como gran figura en la ofensiva de Boca, y el uruguayo Merentiel.
Pese a esto, las dos situaciones más claras estuvieron en los pies de jugadores de River, primero fue De la Cruz que remató de media distancia un muy lindo remate, pero se encontró con una gran tapada de Romero. Minutos después fue el palo que le negó el grito a los de Demichelis, esta vez en los pies de Solari.
Cuando todo indicaba que el partido se iba con empate, y a falta de tres minutos para el final, el árbitro Herrera marcó penal para River, infracción sumamente polémica pero ratificada desde el VAR. El encargado de cambiar el penal por gol, fue Miguel Borja, que remató hacia el palo izquierdo de Romero que había volado hacia el otro lado. Fue ahí que todo se descontroló.
Mientras Borja mostraba una camiseta en agradecimiento a Dios, Palavecino le festejó el gol en la cara a uno de los defensores de Boca, lo que provocó el inmediato malestar de los jugadores y cuerpo técnico. Un gran tumulto de casi cinco minutos, en el que tuvo que intervenir la Policía de la Ciudad ya que había jugadores que no podían ser calmados.
Luego de esto y otros cinco minutos de conversaciones con sus asistentes, el árbitro Herrera decidió expulsar a Palavecino y a dos futbolistas del banco de suplentes (Elías Gomez y Ezequiel Centurion). Por el lado de Boca, las rojas fueron para el uruguayo Miguel Merentil, uno de los más molestos de todos, Ezequiel Fernández y Nicolás Valentini.