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Derecho Humanos Militar | Armada |

Momento de revisar protocolos

Acoso laboral : un constante proceder en las Fuerzas Armadas

El rígido reglamento militar que impera en las fuerzas y la discrecionalidad de su uso genera hechos de acoso laboral.

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Caras y Caretas Diario

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El ex marino que tomó contacto con Caras y Caretas dice que cada vez son mas frecuentes las denuncias de acoso laboral; su propia carrera dentro de la fuerza esta impregnada de situaciones que a la luz de la nueva legislación vigente, amerita denunciar dichas prácticas.

Cree que el problema reside en que al talante autoritario de algunos oficiales, se suma que cuando aplican las sanciones como el clásico arresto a rigor, se encuentran con una generación nueva de militares formados en derechos civiles que ya no consideran parte de la estricta disciplina militar, situaciones que pueden ser consideradas acoso laboral.

"Por un lado son difíciles de probar, nunca se encuentran militares dispuestos a atestiguar, porque además si uno anuncia que va a hacer una denuncia por acoso laboral, primero debe cumplir el arresto a rigor y luego formalizar la denuncia. No todos cuando terminan la sanción siguen adelante con la denuncia", explica.

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"Milico Sindicalista"

El ex Marino y ahora Cabo 2° narró a Caras y Caretas que peripecia (pesadilla) se inició en el 2009; familiar de militares, en la crisis del 2002 encontró en alguno de los oficios de sus parientes una salida laboral y así entró a la Armada.

En el 2009 se encontraba revistando en la Prefectura de Colonia cuando se negó a formar parte de una serie de procedimientos ordenados por el Sub Prefecto de la Unidad y empezó su calvario de sanciones. "Una vez tuvimos que ir a buscar leña y retiraban unos palos de un predio de UTE a lo cual me negué, me dijeron que em estaba insubordinando y yo entendía que me estaban acosando laboralmente."

Luego de una serie de desencuentros logró un traslado a la Prefectura de Montevideo, con tanta mala suerte que a los pocos días fue nombrado como Prefecto de esa Unidad su antiguo jefe en Colonia.

Ahora la sanciones pasaban por algunas observaciones y un clima hostil hasta que en el 2013 sale de testigo de la denuncia de una funcionaria por acoso laboral.

"Paradojalmente pasé de ser testigo a denunciado y antes que las cosas llegaran a mayores, me enviaron en traslado al Comando de la Armada".

El aún marino cumplía funciones de seguridad en los buques que debían ser inspeccionados por la Comisión Técnica. Allí empezó a observar situaciones anómalas, como el trasiego de combustible de las lanchas a otros automotores para quedarse con los vales de combustible, y las maniobras de algunos funcionarios de la Comisión Técnica que vendía las hojas de inspección a los empresarios de los buques (que tiene un costo de 300 dólares cada una) sin realizar la inspección. En esa época hubieron cerca de 25 buques que sufrieron incendios por falta de controles y esa denuncia fue entregada entre otros, al entonces senador Javier García.

El encono contra el marino crecía y se empezó a tramitar su baja, hasta que logró luego de presentar varios recursos que la baja fuera negada por el entonces Ministro Fernández Huidobro.

"Parte de la persecución y arrestos que he sufrido se explican en parte porque desde que asumió este gobierno se ha ido dando de baja o persiguiendo a quienes consideran funcionarios con simpatías frenteamplistas", dice a Caras y Caretas.

"Si bien yo siempre mantuve la disciplina solo atiné a plantear lo que me parecía no era correcto y por eso un comandante me llegó a tildar de "milico sindicalista"".

90 días de arresto

Cuando la situación se hizo insostenible, inventaron un pase en comisión del Comando de la Armada al Estado Mayor de la Defensa, pasando de su calidad de Marino a Cabo 2°.

Pero su situación fue de mal en peor; a la pérdida salarial se sumaba que el estado de constante presión lo fue llevando a padecer depresión crónica.

Estuvo trabajando un tiempo en cocina hasta que ante una nueva situación de lo que entendía acoso laboral lo llevo a pasar 30 días de arresto a rigor de un total de 90 que cumpliría finalmente.

Vencido esos largos eternos días aun le esperaba lo peor.

Le inventaron un cargo donde su función era estar 6 horas junto al portón de entrada para abrir y cerrar cada vez (dos veces al día) que ingresara y se retirara el comandante.

El nuevo cargo implicaba perder mas salario y le parecía un abuso estar 6 horas parado junto al portón sin cumplir otra función.

Esto fue tomado como una insubordinación y paso a estar 50 días de corrido de arresto a rigor.

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Sala disciplinaria

No prevista la sala disciplinaria cómo en los cuarteles, en el primer piso del ESMADE, la sala prevista para descanso de los choferes fue acondicionada para su arresto.

En el regimen de arresto a rigor, el sancionado debe salir a tomar sol una hora en la mañana, otra en la tarde, salir a higienizarse y realizar las cuatro ingestas en el comedor.

Sin embargo denuncia el ahora Cabo, pusieron un candado, solo me sacaban para ir al baño y me traían la comida al cuarto, además de no poder recibir visita de familiares y abogados.

En determinado momento empezó a tener una descompensación, solicitó lo viera una médica, militar a la que según el cabo, lo certificó pero le fue negada la posibilidad de traslado, así que en la primera oportunidad logró denunciar la situación al 911 que por orden de fiscal, logró trasladarlo al Hospital Militar donde le brindaron asistencia.

Luego de aquél clavario de 50 días de corridos, y anunciando llevaría adelante acciones por entender vulnerados sus derechos fue sancionado en dos oportunidades, en una con dos días de arresto a rigor y otra con 8, hasta que finalmente se le otorgó una licencia de 10 días.

Luego de 21 años de servicio, este militar enfrenta dos juicios en la Justicia Militar por insubordinación y Deserción y una quinta investigación administrativa en el Ministerio de Defensa, solicitada aparentemente por el propio Ministro García.

Mas allá de ésta historia personal, parece estar llegando la hora de actualizar los protocolos militares , para que la disciplina no siga configurando situaciones de Acoso Laboral.

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