Confirmado el anuncio de parte del gobierno de la rebaja impositiva del IASS y el IRPF se mantuvieron posiciones y se sumaron nuevas a la medida. A la vez, se dio a conocer la magnitud de esta, lo que permite mejorar las estimaciones y opiniones. Repasando los argumentos y el decreto hacemos contrapunto “nota contra nota”.
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Una baja impositiva debe estar sustentada en medidas de crecimiento económico sostenido. La economía creció en el entorno del 5% en el año 2022 y los datos para el 2023 son de un crecimiento de 2% en un entorno de dificultades en el contexto externo y de fuertes incertidumbres. A su vez, a nivel interno existen dificultades con baja en el precio de los commodities, efectos de la sequía en la producción, exportaciones y precios y fuertes niveles de atraso cambiario. Es algo irresponsable pensar en una baja impositiva sin tener una senda de crecimiento sostenida.
El sistema tributario es una herramienta fundamental de la distribución del ingreso. Con estas modificaciones vamos hacia un sistema más regresivo. El punto anterior se agrava si además la medida no implica una mejora en la distribución del ingreso en un país que tiene problemas de desigualdad. El cambio anunciado no toca a los sectores más vulnerables, entonces la situación empeora en términos relativos. Las medidas son para una parte de los que tributan IRPF e IASS. Recordemos que están gravados por IRPF los ingresos en el entorno de los 39.600 pesos y se estima que solo el 30% de los trabajadores pagan IRPF. Por otra parte, pagan IASS las jubilaciones a partir de 45.300 pesos, que son en el entorno de 25% de los jubilados. A su vez, anteriormente se había aumentado el IVA -impuesto al consumo- que afecta por igual a todos y tiene más impacto en los grupos de menores ingresos. La suma de estos dos componentes lleva a hacer más regresivo el sistema y a la vez menos transparente en la medida que los impuestos sobre las personas son impuestos personales y directos que permiten una mejor visualización y cuantificación de lo que se está pagando. En concreto la Reforma Tributaria que se implementó en 2007 creó los impuestos personales y dio de baja a 17 impuestos a la vez que bajó las tasas de IVA. Recordemos que el IRPF es un impuesto personal y directo que grava entre otras cosas las rentas de trabajo obtenidas por personas físicas residentes en Uruguay. Mientras que el IASS es un impuesto también personal y directo que grava las jubilaciones, pensiones y prestaciones de las pasividades todas. Había existido un aumento de IRPF e IASS a través del cambio de franjas y ahora se baja vía deducciones. Se trata de una devolución de un aumento previo, pero se afecta la transparencia del sistema.
El sistema tributario se mantiene, pero se vuelve más desigual y menos transparente. Con impuestos personales y directos está más claro qué pagan y quiénes pagan, mientras que se distorsiona el sistema con impuestos reales que son fácilmente trasladables y generales llevando a que quien termine pagando no sea la persona gravada y que sea su aplicación independiente de los niveles de ingreso recibidos.
Es un esfuerzo bajo y tendría bajo impacto. Desde el anuncio oficial se manejó un esfuerzo fiscal de 150 millones de dólares que beneficiarían a unas 80.000 personas y se mencionaron los efectos multiplicadores de esta medida expansiva. Existen una cantidad de condicionantes para que generen aumentos en la actividad. Más que un convencimiento personal, como afirmó el presidente en su discurso, es necesaria una estimación que supone una cantidad de condiciones. Es una reducción de impuestos que asciende -siguiendo estos datos- a un 0,2% del PIB pero que no necesariamente sería volcado totalmente en aumento del consumo y por lo tanto incentivo de la actividad económica. En este sentido, no sería esperable la generación de un incentivo a la actividad porque es bajo y puede haber múltiples reacciones de parte de la población que sea beneficiaria de la medida.
Se desconoce la institucionalidad del Comité Fiscal Asesor. Una institucionalidad que tiene relevancia y que es creada en este período saca un claro informe en el que alerta sobre la no conveniencia de la baja impositiva y se desconoce sin hacer mención y argumentar con la necesidad que requeriría rebatir este informe. Al decreto presidencial que afirma en su fundamentación que propende al manejo responsable de los fondos públicos y el avance en reformas estructurales que se demuestra que son “necesarias para apalancar un mayor crecimiento económico y bienestar hacia el futuro”, le podemos responder, con argumentos y con sus mismas estimaciones, que no se cumple ninguno de los tres ítems:
1) No existe un manejo responsable porque no existe un crecimiento que permita sustentar un aumento permanente de impuestos.
2) No hay una reforma estructural, el sistema se reafirma y se mantiene en su esencia, pero con diferentes parámetros.
3) No puede apalancar el crecimiento por ser de bajo impacto y no puede promover mayor bienestar si aporta a la regresividad del sistema.