Mucho más que tres bancos de EEUU
La crisis bancaria que se produjo en marzo de 2023 implicó la quiebra de tres instituciones de Estados Unidos, muy vinculadas al sector de tecnología y criptomonedas. Esta movida tomó por sorpresa a muchos y si bien al principio se buscó restarle importancia a sus efectos, en los hechos hubo días de mucha tensión, fue necesaria una intervención de parte de las autoridades y las consecuencias se hicieron sentir mucho más allá del mercado estadounidense.
El diagnóstico fue claro: se trató de un problema sistémico donde hizo su juego letal la falta de regulación (o la mala regulación).
La crisis anterior de 2008, sumado a las medidas recientes de suba de tasas de interés, fueron las causas de la crisis y la salida no fue la idealmente deseada, llevando a costos elevados, nuevos incentivos negativos y riesgos que lejos de eliminarse persisten.
Por lo tanto, la crisis bancaria 2023 lejos de haber quedado a la historia está presente a través de condiciones que han sido parte del sistema actual.
Repasando los hechos, no se vio nada nuevo. Los meses de marzo, abril y mayo de 2023 estuvieron marcados por un cimbronazo bancario en los EEUU con la quiebra en cadena de bancos de porte medio: el conocido Silicon Valley Bank (SVB), el Silvergate Bank, y el Signature Bank y First Republic Bank.
Estas instituciones tuvieron una situación que es habitual en las crisis bancarias: la imposibilidad de hacer frente a retiros masivos de sus depositantes por falta de reservas.
De esta forma las autoridades tuvieron que salir a respaldar y la crisis de confianza se fundaba en una realidad de falta aseguramiento en las reservas producto de que estas instituciones pudieron invertir a largo plazo teniendo depósitos a corto plazo.
Pero esta situación no se agotó en el mercado EEUU. Cruzando el Atlántico, el reconocido Credit Suisse tuvo afectado. Fueron meses de tensión a nivel de los mercados financieros globales.
Contexto que desencadenó las quiebras
La situación se dio en un contexto en el cual el mundo venía en dificultades más que importantes con presiones inflacionarias nunca vistas y un proceso de suba de tasas de interés que fue llevado a cabo por la Reserva Federal de los EEUU, así como el Banco Central Europeo y otros bancos centrales.
Siendo también de relevancia el extremo absoluto en términos de tensión geopolítica y dificultades provocadas por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Mundo en guerra y con dificultades múltiples en el plano económico financiero producto de múltiples factores que se siguen conjugando.
Las causas de la crisis bancaria fueron aún más profundas que la coyuntura geopolítica y las debilidades económicas.
Al igual que muchas otras crisis los sucesos del 2023 se dieron por tensiones de confianza y liquidez de las instituciones bancarias. Por un lado, los agentes entraron en una desconfianza y se comenzaron a dar los retiros, y las instituciones carecían del respaldo para hacer frente a los mismos, lo que provocó el ‘efecto corrida’ con aumento de los retiros y contagio hacia otras instituciones.
La falta de respaldo por parte de los bancos se da por la ausencia de una regulación, supervisión y controles. Existieron incentivos para generar ganancias desmedidas que llevaron a descalces. Pero esta situación que se había generado en un escenario de bajas tasas de interés se da vuelta ante la suba que realiza la Fed como mecanismo para controlar la inflación.
Realidades diferentes
Cuando se pone foco en cada una de las realidades donde se sintió el simbronazo bancario, se observaron diferencias sustanciales, tal es el caso entre EEUU y la zona Euro. El principal problema de los estadounidenses fue que no se adhirieron a los estándares definidos a escala global a diferencia de los europeos que aplican en forma general todos los estándares.
En un mundo globalizado y con las dificultades enormes que se generan todos los días, la problemática financiera no pudo aislarse.
Todos quedaron atentos y sufrieron consecuencias. Y en los hechos la política monetaria restrictiva que llevaron adelante EEUU y los europeos hoy es foco de atención por los efectos que viene teniendo a nivel global en particular con la suba en los niveles de endeudamiento debido al aumento indiscriminado en las tasas de interés.
Sin bien hay causas últimas diferentes en cada zona y en cada institución, aspecto que no hemos profundizado en este artículo, sí ha existido una realidad que es común y que ha sido parte siempre de los caos financieros: las debilidades de la supervisión que en tiempos turbulentos se complejizan.
Se ha hecho evidente cómo la salida de la crisis financiera global anterior ha sido en parte una de las causas de la actual, tanto por la carencia de una solución sustancial, así como por la no aplicación total del marco global generado.
La normativa y supervisión bancaria que genere un marco de gestión de riesgos e incentivos adecuados para todas las instituciones, así como gobernanza y sistemas de control que eviten comportamientos que puedan dar lugar a que en condiciones adversas se generen quiebras que terminan siempre afectando a las instituciones y grupos más débiles.
Hoy, en un mundo con debilidades para crecer y tensiones geopolíticas enormes, no existen cambios en los sistemas que hayan levantado las limitantes que llevaron a la crisis bancaria 2023. Los riesgos persisten.