La decisión de la fiscal Sabrina Flores de pedir la imputación por cohecho calificado del exdirector de Vertical Skies en Uruguay, Marcelo Acuña, puso a sudar frío a más de uno y confirmó que el espionaje contra los senadores Charles Carrera y Mario Bergara era real.
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El mencionado espionaje tendría el propósito de hurgar en el pasado de ambos legisladores, buscando elementos con los que se pudiera presionarlos de manera que ellos retiraran la denuncia penal que habían presentado en relación a la concesión que benefició a la empresa belga Katoen Natie.
Ahora sólo falta determinar quién ordenó el seguimiento y el armado de la carpeta, y cuál fue la responsabilidad del presidente de la República que aparece vinculado en los famosos chats de Alejandro Astesiano. Si hay que indagar, yo buscaría entre los denunciados penalmente, Luis Alberto Heber, exministro de Transporte, Rodrigo Ferres, prosecretario de la Presidencia de la República, Juan Curbelo, presidente de la Administración Nacional de Puertos y Juan Jose Olaizola, subsecretario del M.T.O.P, quienes serían los principales beneficiados de un eventual retiro de la denuncia presentada por los senadores frenteamplistas.
La imputación encendió una mecha que puede convertirse en polvorín y hacer explotar temas muy delicados que estaban ocultos por falta de investigación y ocultamiento de pruebas.
Marcelo Acuña es un exmilitar de inteligencia que sabe cómo limpiar su aparato celular y lo hizo el mismo día que se presentó la denuncia, por lo que no se pudo acceder a ninguna de las comunicaciones que tuvo, ni con Astesiano ni con el mandante que dio la orden y puso los recursos para hacer el espionaje.
Con la imputación quedó claro, también, que en poco tiempo la fiscal Flores hizo mucho más que su antecesora Gabriela Fossati, actual militante del Partido Nacional, y logró avanzar en el esclarecimiento de una causa muy grave de persecución y seguimiento de legisladores opositores que en plena democracia prepararían un eventual chantaje.
Flores dio un giro de 180 grados a la investigación heredada de Fossati y, con un estilo reservado, sin declaraciones grandilocuentes ni filtraciones a los medios, se mostró como una investigadora severa y sin contemplaciones. Además de pedir la formalización de Marcelo Acuña, hizo un expediente separado por el tema de las licitaciones públicas y está siguiendo paralelamente el supuesto espionaje contra el exjefe de Policía Mario Layera, que tiene temblando a muchos encumbrados personajes y comprometería al propio Presidente Lacalle Pou.
Incluso se espera que el propio presidente de la República deba prestar declaración en esta causa luego de que Fossati sugestivamente omitiera interrogarlo el 26 de diciembre de 2022, cuando se constituyó en la residencia de Suárez y Reyes.
Peligrosa puerta
La imputación de Marcelo Acuña confirma que el espionaje contra Carrera y Bergara en verdad existió y abre una peligrosa puerta que puede llevar la investigación hasta la propia Torre Ejecutiva.
Solo falta saber quién fue el mandante, el nombre de la persona que ordenó que el espionaje se llevara a cabo, y es lo que buscará determinar la Fiscalía.
El accionar de la justicia trajo la buena noticia de que el caso no quedará impune después de varios meses en que la causa parecía destinada a morir en los archivos y dejar sin esclarecer una grave denuncia que involucra a mucha gente de poder.
Es de esperar que ahora el presidente y su secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, hagan un mea culpa porque dijeron que esto era puro humo y que nada era cierto.
Ahora quedó confirmado que Marcelo Acuña solicitó información en diversas oportunidades entre marzo y abril del año pasado y existió una reunión, aunque Acuña no colaboró con la Justicia y lo niega, y allí se debe dilucidar si existió o no un intercambio de información.
¿Quién dio la orden?
El senador Charles Carrera dijo en Legítima Defensa que "lo central ahora es llegar a la verdad material y saber quién hizo el encargo a Vertical Skies. Y para saberlo hay que seguir investigando para determinar quién estuvo detrás de esto".
"Yo viví una situación al mejor estilo de un carpetazo argentino y ahora quedó confirmada la existencia de esas carpetas personales. Lo positivo es que la justicia sigue investigando y que va por Marcelo Acuña porque hay elementos de prueba suficientes para imputar este delito, pero después hay que seguir investigando el rol del director ejecutivo de Vertical Skies, el coronel retirado Mario Panizza, en todo esto. La fiscal Fossati, cuando lo interrogó el año pasado, no incautó su celular, aunque lo podría haber hecho".
En verdad, tanto Acuña como Panizza son viejos conocidos de Astesiano y de la cúpula herrerista, y ambos exmilitares integraron la custodia de Juan Sartori y, sobre todo, de su esposa Ekaterina Rybolovleva durante la pasada campaña electoral. También habría que averiguar si ambos custodios de Sartori no actuaban en forma encubierta controlando para la cúpula herrerista los movimientos del outsider díscolo que fue tan hostigado, en ese momento, por el presidente del directorio del Partido Nacional, Pablo Iturralde y el actual Senador Jorge Gandini.
"Hay que investigar por qué se hizo ese espionaje del que también fue víctima Mario Layera y allí hay una participación del presidente de la República a quien le dio mucha bronca que Layera cometiera el pecado de manifestarse en contra de la LUC. Y también está el seguimiento que se hizo al presidente del Pit-Cnt, Marcelo Abdala. a través de las cámaras de seguridad, y aquí Asturiano tuvo una comunicación directa con el secretario privado de Lacalle Pou, por lo que hay mucha tela para cortar todavía y hay que llegar al fondo. También falta saber quién fue el mandante que hizo el encargo de las carpetas personales con fines extorsivos", declaró Carrera.
El senador está convencido de que hay que interrogar al presidente, que según la declaración que tomó Fosatti, dijo que esta era una situación grave "Estaría muy bueno que Lacalle preste declaración porque Fosatti no profundizó en las comunicaciones que existieron entre él y Astesiano. Hay obstáculos en la investigación que todavía no se han esclarecido y que terminaron cortando un eslabón fundamental de la causa para determinar que el presidente no tuvo nada que ver con el tema. En los chats donde Astesiano habla de Luis se involucra de alguna manera a Lacalle Pou, por lo que resultará fundamental que el presidente aclare los hechos para limpiar su imagen en un caso tan grave".
"El presidente de la República por acción y omisión fue responsable de que Atesiano esté en ese lugar tan delicado y de tanto poder. En el momento en que se lo nombra como jefe de seguridad presidencial se le da acceso a una serie de sistemas de información y a contactos con muchos policías, lo que le permitió comunicarse con otros jerarcas para buscar información del senador Carrera. Por lo tanto, el presidente tiene que hacer un mea culpa porque fue responsable de esta situación ya que Astesiano no fue un loquito suelto ni acuña y Panizza dos desconocidos. Una persona que está todo el día conmigo en mi despacho llevándome de un lado a otro, es una persona de confianza y hay diálogos de confianza, por lo que esto es muy grave y debe aclararse" .
Además de pedir explicaciones a Lacalle Pou, Carrera cargó las tintas contra la exfiscal de la causa que terminó cerrando algunas líneas de investigación.
"El accionar de Fossati no estuvo bien porque tenía dos años para investigar y lo cerró en febrero con este acuerdo abreviado que provoca que toda la información que está allí no pueda ser imputada como delito. Nosotros podríamos denunciar por cohecho calificado a Astesiano pero no queremos entrar en la discusión jurídica con la institucionalidad de la Fiscalía, pero si llegan a aparecer elementos nuevos, se puede volver a imputar", aseguró Carrera dejando abiertas nuevas líneas de investigación.