Esta idea, muy especulativa, presume que el núcleo más duro del frenteamplismo y, fundamentalmente, el electorado frenteamplista de Montevideo y lo que se mueve en torno a los núcleos militantes de base serían más favorables a la intendenta de Montevideo, mientras que los sectores más periféricos y los frenteamplistas del interior serían más proclives a votar por Orsi.
Ese parece ser un clivaje posible. Otro es lo que se podría llamar ideológico. Hay cierto consenso en que Cosse representaría un frenteamplismo más radical y Orsi una modalidad más componedora.
Hay otra mirada que surge de las conversaciones más informales. Carolina sería menos simpática, más eficaz, más organizada, mejor gestora y más inteligente, y Yamandú más empático, tolerante, dialoguista, campechano, abierto y franco. Otros dicen que Yamandú sigue el manual de Pepe y Carolina el manual de Tabaré.
Naturalmente, estas características no surgen sino de impresiones sin mucho sustento, la mayoría de ellas apoyadas en prejuicios y repeticiones nada inocentes que se difunden para perjudicar o favorecer a uno de los dos.
Quizás el más exagerado preconcepto fue la afirmación de Mujica de que solamente Orsi puede ganar en noviembre y que a Carolina no la bancan en el interior.
Sólo fue el más mediático porque vino desde dentro del Frente Amplio y emitido por un ídolo de todos los frenteamplistas, pero no ha faltado algún chasqui bum desde los márgenes de la fuerza política, imaginando la posibilidad de un Frente Amplio fracturado y, más hipotéticamente, un Frente Amplio sin los comunistas. Los principales analistas políticos piensan que en una elección que será muy reñida, la candidatura del Frente Amplio probablemente tendrá las mismas posibilidades sea Orsi y Cosse, o Cosse y Orsi, indistintamente.
Por suerte, los candidatos, los dos que tienen más chance, pero en verdad los cuatro en carrera, mantienen un tono de afecto, y la disputa es como debe ser en una fuerza política que tiene un programa y acordará en su congreso una fórmula única, paritaria y concertada.
Habría que mantener este tono aunque cuando pasen unas semanas y los números se muevan a uno u otro lado los nervios y la ansiedad nos jueguen malas pasadas.