Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Editorial fiscal | Fossati |

GABRIELA FOSSATI

Réquiem para la fiscal de moda

La fiscal Fossati se enfermó y se certificó por 15 días, se curó a los 5 y se enfermó por otros 30, y a los 2 días se mejoró de nuevo. Increíble.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

¿De qué se trataba ese audio medio desesperado de la fiscal Gabriela Fossati?

¿Se trataba de desilusión, de impotencia, decepción, cobardía, realismo o mera hipocresía?

***

Cuando agonizaba un invierno muy seco y comenzaba a despuntar la primavera, el presidente Lacalle Pou disfrutaba de unas muy esperadas vacaciones en el Caribe, con sus tres hijos y su fiel guardaespaldas.

Tal vez eran las primeras vacaciones en muchos años en que Lacalle descansaba sin la compañía de Lorena, de la que se había separado muy recientemente.

Al arribar el vuelo a Carrasco todos percibieron que había circunstancias extraordinarias y una nutrida presencia policial, algunos uniformados y otros de particular.

En unos instantes todos sabían el motivo. Había una orden de detención para Alejandro Astesiano, el hombre de mayor confianza del presidente.

La fiscal que ordenaba la detención había dispuesto con las jerarquías policiales y eventualmente con el ministro de Interior, Luis Alberto Heber, que el procedimiento fuera discreto y sorpresivo, que se cumpliera con los protocolos y que se le requisaran los tres celulares de los que disponía el custodio presidencial.

La causa que se investigaba era una denuncia sobre la falsificación de documentos de ciudadanos rusos por el que ya había algunas detenciones, entre las que habría un escribano al que se atribuía la autoría intelectual de una asociación para delinquir que Astesiano integraba.

La planificada operación resultó como el culo. El presidente y Astesiano sabían antes de aterrizar lo que les esperaba en el aeropuerto.

Astesiano tuvo tiempo de hacer desaparecer dos celulares de su propiedad y conservar solo el que era propiedad de Presidencia.

Lacalle negoció con la Policía y con la Fiscalía entregar ese celular con el compromiso de no peritar los chats que intercambiaban presidente y guardaespaldas.

La operación parecía organizada por el Sr. Murphy. Todo lo que podía salir mal salió mal.

Solamente tuvo de bueno que en un abrir y cerrar de ojos la fiscal Fossati comprendió que la Policía, el Ministerio del Interior, el de Relaciones Exteriores y la propia Presidencia se proponían afectar los resultados de la investigación poniendo los obstáculos posibles a la investigación y repartiendo la mayor cantidad de piedras en el camino.

La fiscal Fossati que se había hecho la idea de ser traslada una fiscalía especializada, se encontró sorpresivamente con un caso particularmente complejo y responsabilizó de su permanencia al Fiscal de Corte , Juan Gómez, al que acusó de no cumplir con lo prometido y restarle apoyo para que fracase en esta investigación que ya en octubre califica de escandalosa y con alcances institucionales.

Desde ese momento, la fiscal Fossati acota los márgenes de lo que va a investigar y elabora una teoría del caso que solo incluye la participación de Astesiano en esa asociación para delinquir y omite investigar las múltiples derivaciones que evidencian los chats que resultaron de las pericias del celular incautado, en los que se nombra a jerarcas policiales, altos funcionarios de la Torre Ejecutiva, altos cargos de los ministerios, ministros y al propio presidente Luis Lacalle Pou.

Ya en octubre la Fiscal había instalado el cortafuego que impedía que la investigación se fuera para arriba. El marco teórico que garantizaba la impunidad de la Torre Ejecutiva estaba instalado en la teoría del caso.

La fiscal Fossati lo confía en el famoso audio que le envió a Carlos Pelaéz, en el cual desnuda sus sorpresas, sus limitaciones, sus expectativas, sus intenciones, sus frustraciones y su falta de agallas para saltar la valla que la separa de lo que ella considera como imposible.

¿De qué se trataba ese audio medio desesperado de la fiscal Gabriela Fossati?

¿Se trataba de desilusión, de impotencia, decepción, cobardía, realismo o mera hipocresía?

Cualquiera de estas causas podría contribuir a entender lo que pasó después, particularmente su ansiedad para cerrar con un juicio abreviado la causa de Astesiano y asumir públicamente que Lacalle solo había sido engañado y que en ninguno de los innumerables y comprometedores chats, entre Astesiano y los jerarcas de la Torre Ejecutiva, se había encontrado indicios de delitos

Tal vez solo el terapeuta pueda comprender la verdadera causa y las dimensiones posteriores de una conducta errática que la llevo a una secuencia de disparates en reiteración real que la convirtieron en un actor político de notoriedad exonerando a todos los gobernantes blancos con evidencias de irregularidades flagrantes y denunciando a todo frenteamplista que se le cruzara el camino con o sin causa.

El traslado de la fiscal Fossati a un juzgado de flagrancia fue la crónica de una muerte anunciada. Es más, algunas de sus actitudes parecían más una provocación que un desquicio.

Quizás ahora la llamada causa Astesiano encuentre esos eslabones que no fueron investigados porque no encajaban en la llamada teoría del caso, tal vez se sepa por qué me denunció a mí, a Fernando Pereira, a Peláez y a tres tuiteros, por qué quiere imputar a Gustavo Leal y si existe alguna causa para la denuncia contra el fiscal Fernando Romano.

Por lo pronto, la doctora que se enfermó y se certificó por 15 días, se curó a los 5 días y se enfermó por otros 30 días más y a los dos días se mejoró de nuevo.

Semejante indecisión biológica está dejando demasiado pegado al médico que certifica, habla bastante sobre la salud mental de la fiscal y más que justifica al fiscal de Corte, que trató de poner cierto orden en una deriva caótica que, de no frenarse, se llevaba puesto al fiscal y a la institución.

Temas

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO