La política monetaria de los EEUU y la persistencia de la Reserva Federal (FED por su sigla en inglés) por contener la inflación se mantienen en la misma línea. Esto quedó muy claro en un reciente discurso del presidente de este organismo, Jerome Powell, en el que reafirmó su compromiso por reducir la tasa de inflación y que la meta sea el 2%. De este anuncio, y en el marco de la realidad de suba de tasas de interés, la autoridad monetaria estadounidense nos parece importante destacar cuatro observaciones.
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En primer lugar, el objetivo de combatir la inflación sigue en el centro de la política monetaria en los Estados Unidos, marcando la misma como la prioridad absoluta. Esto no es más que confirmar una regla que vienen tomando hace tiempo, con la que priorizan la estabilización de precios a otras variables macro. En un contexto donde la inflación viene cediendo y algunos pronósticos de bajo crecimiento no parecen tan terribles, están dadas las condiciones para que estos defensores de la estricta política monetaria se mantengan en su posición. En cualquier escenario la prioridad está definida.
En segundo lugar, se ve una clara respuesta a los planteos a nivel de economistas y analistas de revisar la meta de 2% y elevarla a 3%, como si este último dato fuera ya aceptable y bueno en el contexto económico actual. Cualquier especulación de cambio en el umbral de IPC de parte de la Reserva Federal queda de lado. Se mantiene la meta de 2% inalterada y sin ninguna posibilidad de revisión por el momento.
Entonces podemos afirmar que la posición es la misma que en diciembre pasado. En un artículo reciente en PIIE, D. Wilcox recuerda que en diciembre del año pasado en una conferencia cuando a J. Powell se le preguntó por la modificación de la meta de 2% a algo más, este respondió que no estaban considerando bajo ninguna circunstancia. Al respecto destaca que solamente se podría revisar luego de alcanzar el objetivo del 2%.
Las autoridades de la FED defienden la credibilidad como motivo para esta medida, como aspecto fundamental para mantener la estabilidad de los mercados.
En tercer lugar, está definida la meta y es la prioridad. Lo primero es cumplir con el objetivo de bajar la inflación y ya está previsto que habrá un período de crecimiento económico por debajo de la tendencia, así como cierto debilitamiento de las condiciones del mercado laboral, como a la vez, no han sido tan malos los indicadores laborales a nivel general es más difícil que se cambie la posición.
Finalmente, con estos anuncios tan contundentes se hace más fácil las previsiones en términos de los niveles de interés y su repercusión, pero las alertas se mantienen lo que es un aporte más a la conformación de expectativas.