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Política

Martínez no será chivo expiatorio

El FA comenzó proceso de autocrítica

“Las personas no son desechables”, “No se pueden cargar las tintas sobre un individuo” y “El futuro de Martínez sigue estando en la política” son algunas de las declaraciones que hicieron a esta revista distintos dirigentes de la izquierda.

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Con el resultado de las elecciones presidenciales y departamentales, muchos creyeron que la trayectoria política del exintendente de Montevideo Daniel Martínez había finalizado. Sin embargo, dirigentes del Movimiento de Participación Popular, del Partido Comunista y del Partido Socialista, enfatizaron, en diálogo con Caras y Caretas, que Martínez no puede ser el “chivo expiatorio”, es decir, la persona a la que se le cargue con todas las culpas por el hecho de que el Frente Amplio (FA) no pudo llegar a su cuarto gobierno.

“Las personas no son desechables”, “No se pueden cargar las tintas sobre un individuo” y “El futuro de Martínez sigue estando en la política” son algunas de las declaraciones que hicieron a esta revista distintos dirigentes del FA.

El sábado pasado el Plenario Nacional del Frente Amplio se reunió para iniciar formalmente el proceso de evaluación y balance del período electoral, evento al que no asistió Martínez.

“No vamos a responsabilizar a Daniel Martínez. No se trata de sacarnos las ganas cada uno de los sectores. Hay que tener mucha responsabilidad con las acciones políticas. En el medio de que los sectores políticos analizamos nuestra gestión de gobierno, hay hombres, mujeres, seres humanos, que no son desechables. Hay que tener un cuidado importante sobre el rol que cumplen los distintos dirigentes”, dijo a Caras y Caretas el secretario general del Partido Comunista, Juan Castillo.

Por su parte, el diputado y secretario general del Partido Socialista, Gonzalo Civila, afirmó a esta revista que está bien analizar todas las responsabilidades, pero para que el proceso de autocrítica sea “constructivo”, no se puede entrar en la “lógica del chivo expiatorio”.

“No se puede personalizar el debate o pretender reducirlo a la acción de un compañero. Creo que esa forma de discusión no es constructiva, no es justa. Además, no nos permite realmente aprender para no repetir errores. Yo soy de los que creen que la autocrítica se hace fundamentalmente en la práctica, con las decisiones que tomamos. No es justo cargar las tintas sobre una persona. Las decisiones individuales también tienen que ver con procesos colectivos”, reflexionó Civila.

En la misma sintonía, la actual senadora por el Movimiento de Participación Popular y exvicepresidenta, Lucía Topolansky, dijo a Caras y Caretas el 11 de octubre que “el futuro de Martínez sigue estando en la política”.

“El no haber tenido éxito en una campaña no quiere decir absolutamente nada. En la legislatura pasada, yo fui candidata a la Intendencia de Montevideo, pero perdí. Seguí en el Senado y la vida quiso que yo fuera vicepresidenta de la República. Si cada candidato que pierde una elección se siente derrotado y no se presenta más, entonces la política sería un juego de hacerte perder. Daniel tiene mucho futuro por delante. Por suerte, le heredó a Carolina Cosse un paquete de obras muy interesante, que le va a servir mucho”, reflexionó Topolansky.

Por su parte, Castillo consideró que lo que tiene que hacer el FA es analizar todos los fenómenos que ocurren en la sociedad uruguaya y en la región. “Cuando analizamos la derrota, los comunistas nos hacemos responsables, no somos los culpables, pero se trata de asumir la cuota parte de responsabilidad de cada uno tiene. Es bueno que aventemos cualquier desviación en el sentido de entender que la autocrítica es agarrar a un compañero para destrozarlo”, agregó.

“Una elección no se resuelve solamente por un candidato, por un jingle, por una fórmula, con los colores o los dibujos que se hagan en la campaña, una elección tiene un conjunto de elementos que se vienen presentando hace tiempo”, expresó.

 

El FA se alejó de los movimientos sociales”

Civila y Castillo señalaron que la verdadera autocrítica está en ver que el Frente Amplio “se alejó de los movimientos sociales”. Civila consideró que, para realizar este proceso de reflexión, es necesario que sea abierto y que tenga instancias de diálogo con la sociedad.

“Hay que buscar mecanismos para que se puedan escuchar otras voces, para que no quede reducido ese debate solo al Frente Amplio. Tenemos que ver cómo hemos resuelto la relación entre el Frente Amplio con las organizaciones sociales”, agregó.

Sostuvo que el proceso del gobierno, sumado a un “déficit de debate político” sobre cómo sostener la relación entre la izquierda política y social, llevó a cierta “corporativización de la política”.

“Muchas veces pensamos la política desde el espacio más que desde el proyecto en sí. La estatización de la política, pensarla excesivamente sobre el Estado, hace perder un poco de vista la referencia sobre la sociedad. En eso está por lo menos uno de los ejes principales del debate que tenemos que dar, que tiene que ver con nuestros modos de hacer política y cómo durante 15 años empezamos a vivir un progresivo alejamiento con los actores sociales fundamentales”, reflexionó.

Asimismo, Castillo afirmó que el FA no puede ir con actitudes de “soberbia y sordera política” al no escuchar las demandas de los frenteamplistas. Dijo que hay una exigencia “muy grande” de las bases, sobre todo porque en los documentos iniciales no hay una sola mención al rol y al papel de los comités.

“Es muy justo lo que reclaman las bases […] hay que analizar qué grado de descuido a las bases hubo. Además, hay una demanda muy importante de los militantes del interior más profundo, que entienden que no fueron escuchados, que consideran que muchas veces los dirigentes no participaban en actividad, o no recorríamos el interior más profundo”, agregó.

En la misma sintonía, el senador Alejandro Sánchez dijo, en diálogo con Caras y Caretas el 14 de diciembre, que cuando el FA llegó al gobierno, se alejó de los movimientos sociales, ya que no generó espacios de diálogo.

“Creo que el FA permaneció alejado de los movimientos sociales. Evidentemente lo que sucedió en este tiempo es que se rompió una estrategia de acumulación política […] El ejercicio de gobierno terminó alejando al FA de los movimientos sociales, eso llevó a que las agendas entre movimientos sociales y administración pública empezaran a tener interferencias, cortocircuitos, matices, que no se lograron sintetizar”, reflexionó.

Recordó que el Frente es “hijo” de una fundación política histórica que nació del movimiento sindical, luego pasó a la lucha contra la dictadura, contra las privatizaciones y el neoliberalismo. “El FA tuvo la capacidad de tener una propuesta programática que sintetizaba las aspiraciones del campo popular”, agregó.

Señaló que el gobierno intentó financiar todos los proyectos públicos y sociales, pero que muchas veces las “condiciones estructurales” y la crisis internacional impactaron en el país y pusieron un freno.

“Un ejemplo de esto fue el 3 por ciento del Producto Interno Bruto para la educación; había dificultades para repartir los recursos porque había una crisis internacional y eso generó que el Estado tuviera menos plata”, explicó.

“No se pudo cumplir con un compromiso muy importante que era llevar la inversión en educación al 3 por ciento. Por eso creo que con el movimiento social se tiene que hablar sobre cuáles son los cambios posibles. Puedo plantear que Uruguay debe tener tal cosa. Ahora bien, ¿se puede realizar hoy? ¿Cómo puedo acercarme a esa propuesta ideal? Esas preguntas se contestan con mucho diálogo con los movimientos sociales”, reflexionó.

 

Falta de conciencia en el pueblo

Otro de los errores que señalaron Castillo y Civila es que al Frente Amplio le faltó generar conciencia en la ciudadanía sobre los logros que se habían alcanzado.

“No alcanza con hacer una buena gestión de gobierno para ganar en las elecciones. Para tener un triunfo, además de tener una buena gestión, también hay que generar conciencia en el pueblo. No se trata de hacer obras, de mejorar salario, de mejorar las condiciones de vida, también hay que generar conciencia”, afirmó Castillo.

“El propio modelo progresista, con sus políticas de expansión de derechos, democratización y bienestar, también presenta sus desafíos porque el bienestar por sí mismo no genera conciencia y organización, sino que hay que buscar todos los avances que se han dado en un proyecto de transformación de las relaciones de poder, que implica un cambio cultural, una transformación de la vida cotidiana, de poder generar relaciones de mayor solidaridad y justicia”, dijo Civila.

Asimismo, afirmó que es necesario mirar las debilidades que pudo haber habido en la economía, seguridad, la cuestión agraria y las políticas sociales.

“La autocrítica como práctica tiene que ser permanente en cualquier fuerza de izquierda, transformadora, tiene que estar alerta respecto a la soberbia, respecto a cualquier práctica corporativa. Además, tenemos que hacer un estudio de clase, ver cómo caracterizamos hoy a la derecha política y cómo nos enmarcamos en un contexto regional. No estamos solos, el avance de los sectores más conservadores se está dando en todo el mundo”, reflexionó.

Topolansky: La pandemia le jugó en contra a Martínez

La vicepresidenta expresó que si no hubiera habido pandemia y las elecciones departamentales hubieran sido en mayo, el ganador sería Martínez. “De los tres candidatos era el más conocido. El tiempo de la pandemia le jugó a favor a los otros dos candidatos porque permitió que se visibilizaran”, agregó.

Asimismo, afirmó que no le llamó la atención el resultado de las elecciones departamentales. Dijo que Martínez venía cumpliendo un ciclo que lo han hecho otros candidatos de ser intendente y después aspirar a la presidencia de la República.
“Eso ha pasado en la historia de este país mil veces. A veces se da y a veces no. Por ejemplo, el ministro del interior, Jorge Larrañaga, fue intendente de Paysandú y aspiró dos o tres veces a la presidencia de la República, pero no llegó nunca. Pero no por eso se salió de la política. Daniel aspiró a la presidencia, no pudo llegar, pero eso no quiere decir que quede fuera de la política ni mucho menos. A Jorge Batlle le costó muchas campañas poder llegar a la presidencia. El mismo Tabaré Vázquez se presentó más de una vez hasta que llegó, así que el hecho de que Daniel haya perdido en octubre no quiere decir nada”, agregó.
Consideró que cuando él perdió en octubre, decidió tomarse un tiempo de descanso, pero hubo un grupo de militantes que lo “empujaron, capaz que lo presionaron”, para que se candidateara a la intendencia.
“Daniel es un tipo derecho, solidario, se avino a la propuesta de los compañeros. ¿Qué tanto tenía de posibilidad en ese momento? Esa pregunta quedará sin contestar. Él generosamente aceptó, pero se dio la circunstancia de que su partido había apoyado otra candidatura. Eso complejizó la realidad de Daniel”, afirmó.

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