Por Herico Ferreira
Productor hortícola de Salto
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La caída de la distribución de la riqueza es brutal y los ajustes tarifarios están a la orden del día. Venimos teniendo un golpe tras otro en los últimos tiempos y se le echa la culpa de todo a la pandemia, cuando en realidad sabemos que no es así, que es simplemente el nuevo gobierno que tenemos el que lleva adelante estas políticas, como las llevó en el pasado, durante toda la vida.
La verdad es que hoy en el interior del país tenemos miles y miles de personas que no están de acuerdo con el gobierno, a pesar de que lo votaron, de que colaboraron en la campaña electoral. Fueron víctimas, sencillamente, de un gran engaño, de una promesa de cambio, de una promesa de mejorar lo que ya teníamos y lo que vemos es todo lo contrario.
Para los sectores productivos que tienen problemas, por ejemplo, ahora que transitamos estos episodios de sequía, lo que hay son créditos bancarios. Antes, en los gobiernos del Frente Amplio accedíamos a subsidios, si eran ganaderos, lecheros se le entregaba al productor ración, se acompañaba a los productores para que los problemas y las inclemencias climáticas golpearan lo menos posible. Y las soluciones, cuando teníamos problemas derivados del clima, llegaban en tiempo y forma.
Ese tipo de acciones ya no las estamos viendo y, por tanto, estamos viendo mucha disconformidad en muchos actores que en su momento estuvieron en campaña electoral, prácticamente, influyendo para que el gobierno que tenemos hoy llegue a donde llegó.
La excusa perfecta para no hacer las cosas bien es la pandemia, cuando quienes estamos en el sector productivo primario, más precisamente el sector hortícola, sabemos que eso no es así, que este sector nunca paró. Lo que lo hará parar a este sector es si continúa empobreciéndose el pueblo trabajador uruguayo.
Tenemos cientos de miles de personas sin empleo y sin asistencia del Estado, y si reciben alguna asistencia, la misma roza hasta lo ridículo porque una persona con tres o cuatro mil pesos que recibe no vive. El poder adquisitivo de la gente viene bajando y todo eso colabora para que todo este enorme aparato productivo que se montó en los últimos años para producir horticultura de primer nivel hoy se encuentre con grandes problemas.
En efecto, nosotros dependemos del mercado interno, vendemos en pesos, compramos insumos en dólares –sabemos bien que el dólar subió mucho–, subieron las tarifas ya dos veces en menos de un año y, si bien no subió el gasoil los lubricantes y las naftas aumentaron. La nafta es un combustible que se volvió a usar en muchas partes de la horticultura. También eso afecta el poder adquisitivo de la gente, porque hay inflación.
Todo esto va creando un combo por el cual retrocedimos al año 2001, 2002 en los cuales la producción se tiraba en vez de venderse. Notamos una disminución en el consumo, lo que perjudica gravemente a toda la sociedad uruguaya. Tenemos un sistema productivo que depende de los trabajadores, depende del pueblo que consume lo que producimos.
Nos encontramos con que hoy la gente está comiendo mal, está comiendo menos. Es verdad que hay mucha demanda de frutas y verduras para las ollas populares que se están llevando adelante como pueden, con la solidaridad de la propia gente y allí sí se demandan alimentos, porque hay mucha gente con hambre y sin atención.
Esperemos que esto se revierta. El gran engaño que se le hizo principalmente a la gente del interior con las promesas que no se están cumpliendo hoy está quedando en evidencia y lógicamente se empiezan a levantar voces desde el interior contrarias a las políticas que está llevando este gobierno.
Muchas veces escucho a compañeros decir que los que somos del interior fuimos los culpables de que perdiéramos las elecciones, que el interior esto, que el interior lo otro, pero lo que hay que tener en cuenta es que las baterías de noticias falsas, de medias verdades fueron puestas directamente al interior del país, pegando donde más duele. Cada sector que tenía algún problema era bombardeado con noticias desalentadoras respecto del gobierno que teníamos.
Tanto es así que muchos productores se las creyeron, muchos trabajadores asalariados se las creyeron y tuvimos los resultados electorales que todos conocemos. Y no eso no solamente impactó en el sector rural, en las ciudades del interior también. Hay muchos compatriotas arrepentidos de su voto, de su elección. Lejos de recriminarles, tenemos que acercarnos, estar con ellos, tratar, juntos de buscar los caminos que tenemos que seguir para revertir esta situación y tratar de salir entre todos de estos malos momentos.
Sabemos que va a ser difícil, pero si nosotros seguimos agrandando la grieta que la derecha creó entre el campo y la ciudad no nos va a ir bien. Ese no es el camino, acá tenemos que estar juntos quienes estamos trabajando en la ruralidad tenemos que comprender lo que les pasa a las personas en las ciudades y las personas que viven en las grandes ciudades tienen que entender las circunstancias que pasamos nosotros para producir.
El sacrificio es muy grande, hoy tenemos un gobierno que no acompaña, que ante la emergencia por sequía que tenemos manda a los productores a los bancos y sabemos que eso no tiene un buen final. Es un proceso que esperamos no continúe empobreciendo al pueblo.