¡Cuánta gente tiene más que decir que yo del triunfo popular de hace 40 años! El 30 de noviembre de 1980, el pueblo uruguayo votó por NO en el referéndum convocado por la dictadura para perpetrarse en el poder. Los que estuvieron acá, se movilizaron, votaron y ganaron. Pero es bueno que la historia registre también, cómo se vivió desde el exilio. Qué se aportó desde afuera y qué significó para el ánimo y la organización de la diáspora.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Las noticias que llegaban de Montevideo, contaban de un país dispuesto a pararse en los pedales y usar las armas del régimen para frenarlo. Mis oficinas eran en el “Edificio de la Prensa” en Washington. Allí estaban los despachos de los principales corresponsales extranjeros. El de la revista Veja, en plena campaña electoral que eligió a Reagan como presidente de EEUU, recibió una carta del director de la misma, pidiéndole que viajara a Montevideo. Quería que fuera un periodista de su nivel quien cubriera el escenario previo al plebiscito.
A su regreso, me dice que va a ganar el NO. Todavía no se habían producido siquiera las primeras expresiones de protesta. Sorprendido, le pregunto por qué creía eso y me contesta: “por la madurez cívica del pueblo uruguayo y la conciencia de los funcionarios de la Corte. Electoral” (recordemos que la misma había sido intervenida por los militares).
Algún dirigente blanco dudó (muerto Wilson llegó a presidente). Tras gestiones de Fernando Oliú, aún ese grupo minoritario, apoyó el NO. Dentro del nacionalismo solo votaron SÍ: Alberto Gallinal (ya muy mayor) y Arturo Heber. Un periodista viajó a Washington (me reuní con él), para “vender” el proyecto de candidatura única (el SÍ). Por entonces no hacía política partidaria. Ahora, tras lustros de “pase en comisión,” dicen que ha vuelto a trabajar. Hasta hace poco, me daba clases de “wilsonismo.”
Empezaron a llegar expresiones del coraje cívico en el pasito. Los autos prendían los limpiaparabrisas aunque no lloviera, para hacer la seña de NO. Panfletos clandestinos, pintadas, pegatinas. Los que las hacían arriesgaban todo. Cartas desde la cárcel. Entre ellas, el mensaje de Seregni.
Desde el exilio hacíamos todo lo que estaba a nuestro alcance: radios de honda corta, gestiones para la ida de periodistas. Yo ingresé unas horas clandestinamente al Uruguay. Símbolos, cosas que estuvieran a nuestro alcance. Obviamente Wilson bombardeó con mensajes grabados. Algunos, como veremosm muy importantes. (Hace unos días vi en un diario de sesiones del Senado que Gandini dijo: “Wilson mandaba casetes, pero acá, en el país, no ejercía la conducción -¿?-).
Los Partidos legales se la jugaron, usando todos los medios a su alcance. Juntos y por separado. Fueron muy importantes las convocatorias de los Blancos a un acto en el cine Cordón, a fines de octubre (la caballería policial entró montada a la sala). Casi una semana antes de la votación, la CBI del Partido Colorado llenó el cine Arizona. Fue histórico el debate televisivo del 14 de noviembre, en el que el ministro de la dictadura Cnel. Bolentini, recibió la ametralladora argumental del coraje de Enrique Tarigo (colorado) y de Pons Echeverry (blanco). Por primera vez la gente escuchaba voces opositores en un medio masivo.
El 30 de noviembre el 58% de los uruguayos dijo NO. Empezaba el conteo regresivo. En el 81 el régimen obvió las elecciones manipuladas que había planeado. En el 82, una vez más, le sale el tiro por la culata. Se frustra el intento de controlar los partidos. El pueblo votó masivamente por los sectores más opositores en las elecciones internas convocadas. Los frentistas, proscritos, votaron en blanco para acompañar la expresión antidictatorial.
El 83 fue el punto de quiebre. Comienza con el primer Día de los Trabajadores convocado por sus organizaciones nucleadas en el PIT. Nace Asceep, como organización de los Estudiantes Universitarios, que convoca la Marcha de Los Estudiantes. El año termina con el multitudinario “Río de Libertad” frente al obelisco, organizado por el más amplio abanico imaginable de personalidades.
Quiero terminar con las palabras de Wilson en su último casete del 80. Hace 40 años: ¨El hombre libre es aquel que descubre dentro de sí el poder y la alegría de decir que NO¨.