Con este panorama de fondo y para profundizar en las complejidades del juego online y las perspectivas que este fenómeno tiene en Uruguay, Caras y Caretas consultó a Roberto Palermo, presidente de La Banca y de Abitab, quien comenzó comparando nuestra postura con el modelo liberal adoptado por otros países, como Inglaterra, por ejemplo. Palermo explicó que el enfoque anglosajón, que consideró al juego "como un servicio, un producto más de la economía", generó consecuencias preocupantes a nivel social. "Inglaterra en 2005 sancionó una ley que habilitaba el juego online... en un marco ideológico distinto al nuestro", señaló, refiriéndose a la forma en que en ese país se promovieron prácticas comerciales agresivas como el uso de bonos e incentivos para atraer jugadores.
El resultado de estas políticas, según Palermo, fue el incremento de las tasas de adicción al juego en varios países europeos. "Al final de esta adicción está esa propensión al suicidio que es horrible", agregó. Lo complejo de esta situación llevó a la sociedad inglesa a levantarse contra las estrategias comerciales de las empresas de juego. “El Daily Mirror inició una campaña que era Stop Gambling Predator, o sea, paren a los depredadores del juego", lo que despertó una revisión del modelo liberal en Inglaterra.
La postura uruguaya: un enfoque de protección
Uruguay, en contraste, ha mantenido un enfoque más conservador y centrado en la protección de los sectores más vulnerables de la población. Palermo subrayó que desde 1882, el país reguló el juego bajo la premisa de no promoverlo activamente, un principio que ha permanecido en vigor durante décadas. "Ya en 1882, el legislador uruguayo sancionó una ley que decía que todos los juegos estaban prohibidos, y por la vía de la excepción se fueron habilitando algunos", recordó Palermo, refiriéndose a cómo Uruguay ha permitido ciertos juegos como la lotería y las carreras de caballos, pero siempre bajo estrictas regulaciones. “Nosotros seguimos con esta consigna... no damos beneficios para seguir jugando, y entendemos que realmente hay gente que se enferma. Ya lo sabemos”, afirmó.
La política de no incentivar el juego se ve reflejada en el tipo de publicidad que se permite en el país. Aunque La Banca realiza publicidad, Palermo aclaró que esta no es "intensiva", ni se ofrecen bonos o comisiones para fomentar que los jugadores continúen apostando. Este enfoque tiene como objetivo reducir el riesgo de adicción, un problema que, según estudios realizados por La Banca, afecta a un 2 % de las personas mayores de 18 años en Uruguay. “Eso daba algo así como 35.000 personas”, afirmó Palermo, añadiendo que, si se considera el impacto que tiene en su entorno, "estamos hablando de 280.000 personas que están afectadas por la situación de un familiar o de un amigo que está enfermo".
El juego online y su impacto en los jóvenes
Uno de los puntos que más preocupan a Palermo es el impacto que el juego online puede tener sobre los jóvenes, un sector particularmente vulnerable. Tomando como ejemplo la situación en Argentina, Palermo describió cómo la apertura del mercado del juego online en ese país condujo a un aumento alarmante de la adicción entre adolescentes y niños. "En Argentina se habilitó el juego online, casino online, apuesta deportiva online, y contrataron a todos los influencers... que hicieron adictos a niños en edad escolar", señaló. Esto generó un problema tan grave que el jefe de Gobierno de Buenos Aires, Jorge Macri, tuvo que intervenir, prohibiendo el acceso a sitios de apuestas online desde las escuelas. Según Palermo, incluso se descubrió que algunos niños actuaban como prestamistas dentro de las escuelas, prestando dinero a sus compañeros para que siguieran jugando.
El presidente de La Banca destacó que la adicción al juego tiene características similares a las adicciones al alcohol y las drogas, tal como ha sido reconocida por la Asociación Americana de Psiquiatría. "Desencadena en el cerebro los mismos mecanismos de satisfacción, por ejemplo, liberación de dopamina, que genera placer", explicó. Sin embargo, Palermo subrayó que la adicción al juego puede ser aún más difícil de detectar, ya que "el enfermo lo puede ocultar mucho mejor... el familiar no se da cuenta hasta que la situación ya es grave".
La importancia de una regulación responsable
A nivel local, Uruguay ha adoptado una postura clara en cuanto a la regulación del juego online. Palermo explicó que el país se ha alineado más con los países nórdicos, como Noruega y Suecia, que comparten la visión de que el juego debe regularse estrictamente para minimizar los daños sociales. "Nosotros hicimos algunos seminarios junto con los países nórdicos... ellos defienden esta concepción ideológica de que el juego tiene un lado oscuro, de que el juego puede hacer daño a la sociedad", afirmó Palermo.
Uruguay, aunque pequeño en términos de mercado, ha sido un pionero en la implementación de políticas responsables en la industria del juego. A pesar de la presión global por liberalizar este sector, el país se ha resistido a seguir el modelo anglosajón, priorizando el bienestar social sobre los intereses comerciales. Palermo enfatizó la necesidad de seguir educando y sensibilizando sobre los riesgos del juego descontrolado. "Este es un problema social que hay que cuidar... hay que sensibilizar no solo a la población, a los periodistas, sino también a los legisladores", concluyó.