Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Empresariales Virginia Staricco | La Nave Cargo Postal |

La nave Cargo Postal

Virginia Staricco: liderazgo y visión en la logística uruguaya

Virginia Staricco, una empresaria que, con determinación y visión estratégica, supo abrirse camino en una industria altamente competitiva.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

En un sector tan dinámico como el de la logística y el transporte, la innovación y la eficiencia son fundamentales para el éxito. Virginia Staricco, fundadora y presidenta de La Nave Cargo Postal, ha sabido interpretar las exigencias del mercado y posicionar a su empresa como un referente en la distribución de envíos en Uruguay.

Con una trayectoria consolidada, Staricco lidera un crecimiento sostenido basado en la incorporación de tecnología para optimizar los procesos logísticos. Su empresa procesa 450 paquetes por hora por operador, realiza 290 mil envíos mensuales y cubre 232 mil destinos en todo el país, con una flota de más de 150 vehículos y una infraestructura de 5 mil metros cuadrados de depósito para almacenamiento. Además, cuenta con una amplia red de agencias y receptorías, 45 en Montevideo y 139 en el interior.

En esta entrevista con Caras y Caretas, Staricco reflexionó sobre los desafíos de emprender en Uruguay, el impacto de la equidad de género en la productividad de las empresas y la importancia de la educación financiera para el crecimiento de los emprendimientos. Además, compartió su mirada sobre el futuro de la logística y el papel que juega la tecnología en la evolución del sector.

Si retrotrae su mirada a 10 años atrás, ¿cómo valora su crecimiento en el ámbito empresarial? ¿Cómo se valora usted, tanto personal como profesionalmente?

Quizá el momento que estoy viviendo como mujer ahora sea un punto de inflexión, porque tengo una mirada y una madurez diferente sobre las cosas. Siento que todo este proceso de años me dio madurez. Y con esa madurez, del aprendizaje en sí, hay cosas que cambiaría si mirara 10 años atrás. Por ejemplo, con qué personas me rodeo, con quiénes me asocio, con quiénes paso mi tiempo y a quiénes me acerco para aprender. Creo que, en definitiva, la construcción de lo que soy hoy es el resultado de haberme rodeado de muchas personas, tanto buenas como malas. Fui tomando las mejores experiencias para formarme, pero también perdí mucho tiempo en esos 10 años estando en lugares donde no tenía que estar o rodeándome de personas con quienes no debía. Creo que esa sería mi reflexión con la madurez de hoy, me hubiera gustado tener esta mirada 10 años antes.

¿Cuáles considera que han sido los principales desafíos para su labor como mujer empresaria?

El mayor desafío para mí, y que todavía hoy me cuesta, es armar equipos. Creo que lo fundamental para consolidar una empresa y crecer es tener un equipo sólido, que sea la base. Cuando uno empieza, construye ese proyecto con personas que le permiten dar solvencia a cada uno de los nuevos desafíos que va asumiendo.

Eso cuesta muchísimo porque, culturalmente, en Uruguay la evolución de la gente en su capacitación, profesionalismo y compromiso es muy lenta. Todo eso ha hecho que los pasos que damos sean más lentos. No porque no tengamos capacidad de crecer, porque profesionalmente tenemos mucho potencial para seguir avanzando, sino porque el desafío ha sido armar un equipo que esté acorde a las exigencias del mercado actual.

¿Ha notado cambios en la presencia y el rol de las mujeres en el ámbito empresarial?

Creo que las mujeres cada vez se animan más a ocupar puestos jerárquicos o a emprender, pero todavía falta que confíen más en sí mismas para avanzar aún más. Lo que sí creo que está quedando claro es que hoy, cuando una mujer quiere, puede. Ya no se trata solamente de un tema de género. Gracias a las políticas tanto privadas como públicas, y a un cambio cultural en la sociedad, hoy la mujer tiene más apertura para progresar en lo que quiera y en el rol que elija para su vida. Entonces, creo que hoy depende mucho de cada una.

¿Cómo impacta la equidad de género en el desarrollo económico y la productividad de una compañía?

Creo que los roles del hombre y la mujer son diferentes. Considero que es saludable contar con ambos en una empresa. La mujer tiene un lado emocional y sensible distinto al del hombre, es mucho más prolija y, en varios roles, especialmente en el área administrativa, suele ser más detallista. El hombre también aporta un equilibrio justo en cuanto a los roles. Me parece que es positivo que ambos contribuyan mutuamente, ya que sus perspectivas diferentes enriquecen y potencian el éxito en cada área de la empresa.

¿Las mujeres tienen las mismas oportunidades que los hombres para acceder a financiamiento y apoyo para emprender? ¿Qué se podría mejorar en este sentido?

El acceso al financiamiento no pasa por una cuestión de género, sino por la necesidad de apoyar a quienes quieren emprender. Lamentablemente, no existen suficientes políticas para respaldar a los emprendedores, las pymes ni a las empresas locales. Creo que es una asignatura pendiente y que realmente es fundamental brindar apoyo financiero para el desarrollo de proyectos.

Además, es importante enseñar a los emprendedores a desarrollar una capacidad de análisis financiero. Porque, por más entusiasmo que se tenga, muchas veces se carece de educación en esta área. Justamente, vengo de una charla donde varias emprendedoras contaban que tenían muchas habilidades para desarrollar sus proyectos, pero al momento de vender sus productos a través de una web, fracasaban. Esto se debe a la falta de formación en educación financiera, que es fundamental para que sus negocios sean sostenibles.

Muchas personas se frustran porque los números no cierran y terminan cerrando sus emprendimientos. Y eso es lo que está ocurriendo: muchísimas empresas cierran a diario por no contar con las herramientas financieras necesarias para asegurar su éxito.

¿Ha participado en alguna iniciativa de mujeres empresarias que aborden estas problemáticas específicamente?

He participado en muchas. Creo que hay muchos esfuerzos desde distintos sectores a la vez, pero no hay uno unificado. Nunca he encontrado la forma de generar un proyecto que, a mi entender, debería surgir, no porque el Estado tenga la responsabilidad de hacerlo, sino porque podría concentrar esa cantidad de ideas y proyectos en uno solo. Se trata de unificarlo en una política que pueda aplicarse, analizarse y evaluar la viabilidad de los proyectos que se presenten para determinar si son realmente sostenibles y, en ese caso, brindarles una orientación financiera para su desarrollo.

Hoy, con el avance de la tecnología, especialmente en lo que respecta a los negocios digitales y las páginas web, muchas mujeres que no pueden salir de su casa porque tienen personas a su cuidado optan por emprender en ese ámbito. Sin embargo, hay una gran falta de recursos para proporcionarles esa herramienta tan importante, que es fundamental para cualquier negocio. Lo es en la logística, en mi caso, y lo es en cualquier otro rubro.

¿Desde su posición, qué acciones concretas cree que se pueden tomar para fomentar que más mujeres accedan a puestos de liderazgo y emprendimiento?

Sobre todo, trabajar en la autoestima de las mujeres, en que crean en ellas mismas y en lo que quieren. ¿Y cómo se fomenta eso? No creo que sea a través de cuotas. No soy partidaria de las cuotas. Creo que los puestos deben ganarse por eficiencia y mérito. Para mí lo importante es que, al competir por un puesto de trabajo, ya sea un hombre o una mujer, la selección se base en la capacidad y en el liderazgo real.

Creo que un líder es quien predica con el ejemplo, y pasa por ahí. No existe una fórmula mágica para que más mujeres ocupen cargos importantes. Se trata de construir su propio camino dentro de las organizaciones, con esfuerzo y constancia. Eso es lo que debemos inculcar a los jóvenes: se llega a ciertos puestos después de recorrer un camino de aprendizaje, de desarrollar empatía y de generar cambios que permitan acceder a esos espacios.

El 8 de marzo es una fecha de reivindicación, pero también una oportunidad para reflexionar sobre lo que aún falta. ¿Qué mensaje les daría a las mujeres que buscan emprender y crecer en el mundo empresarial?

Que se animen. Fracasar no significa que no haya más oportunidades. El fracaso forma parte del emprendimiento y de la construcción de los proyectos.

Con el tiempo, uno va madurando y evolucionando como persona, como empresario o emprendedor. Es un proceso de transformación y cambio constante para lograr el éxito. Es fundamental prestar atención al equipo, a las personas con quienes te rodeás, a la gestión financiera y, sobre todo, emprender en algo que realmente te apasione.

Creo que la pasión y la actitud son los ingredientes clave para alcanzar el éxito. Sin ellos, es inviable construir algo sólido, porque emprender requiere mucha fuerza y determinación para enfrentar los desafíos diarios. El camino se puede recorrer, se puede lograr, y sin duda se logra, pero hay que estar dispuesto a transitarlo con compromiso y perseverancia.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO