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Entrevistas batllismo |

Con Tabaré Viera

"Las candidaturas se terminan definiendo por la gestión"

Al ministro de Turismo varias personas le están proponiendo tirarse al ruedo de las candidaturas del Partido Colorado.

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Enterados de que al ministro de Turismo varias personas le están proponiendo tirarse al ruedo de las candidaturas del Partido Colorado, lo distrajimos un rato de las tareas de gestión de su cartera, a la que dice que ahora dedicará todo su esfuerzo sin dejar de tomar en cuenta las propuestas que lo animan, a partir de una buena gestión, a la disputa electoral.

¿Cómo definiría a un colorado del siglo XXI?

Un colorado yo lo veo hoy como un batllista, que traemos una pesada y profunda y excelente carga histórica, ideológica, de compromiso con el gobierno, de compromiso de gestión, de compromiso con la gente y con el rol del Estado, obviamente adaptado al mundo y a los nuevos tiempos. Entonces veo una figura, un hombre o una mujer comprometida con los ideales liberales del partido, con los ideales batllista, con un programa y una gestión que tiene que ver con un Estado presente, asegurando políticas públicas que tiendan a eliminar las inequidades propiciando el desarrollo nacional.

Concepto de batllismo que ha estado en disputa con la gestión de gobierno del Frente Amplio.

Lo que pasa es que el batllismo como ideología y como forma de hacer política, como concepción del país, caló tan profundamente en la sociedad uruguaya que hoy muchos reivindican el pensar o el ser batllista, que por un lado a nosotros nos enorgullece y por otro lado, a veces, entramos en disputa.

Ya Batlle y Ordóñez lo decía “es imposible pensar en el batllismo sin el Partido Colorado”, es intrínseco a este. Pero bueno, acepto que mucha gente pueda tener un pensamiento similar que a veces se reconoce como pensamiento batllista, o a veces se habla de socialdemocracia, que aunque tienen orígenes diferentes, tiene sus similitudes, o el cristiano o social progresista, son formas de pensar que tienen que ver fundamentalmente con eso, con el sentido social de la gestión y con el rol del Estado.

Creo que además teníamos razón en el debate histórico quienes así pensábamos.

Los batllistas particularmente de Uruguay teníamos razón ante el fracaso de algunos extremos en el mundo. Hoy creo que el Estado como dueño de vidas y haciendas ha tenido éxito fracasando claramente como el capitalismo extremo salvaje.

Y el liberalismo también ha fracasado porque no resuelve de por sí todos los problemas sociales.

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Colorados rompen el silencio sobre la situación que vive el país. (Foto: Partido Colorado)

Colorados rompen el silencio sobre la situación que vive el país. (Foto: Partido Colorado)

¿Tantos años de ejercicio de gobierno, de gestión del Estado, han incidido en el debilitamiento del partido?

Yo creo entender la pregunta, pero por las dudas aclaro, yo no creo que el Partido Colorado esté debilitado; ha tenido malas votaciones, pero los partidos no están en función de los resultados, están en función de sus ideas y de sus programas y de sus propuestas. Y el partido hoy está vigoroso.

Funcionando como partido con sus órganos, con su Comité Ejecutivo, con sus actividades, con sus sectores que tienen sus matices, con una juventud muy fuerte que acaba de pasar por una elección con una muy buena votación.

Ha tenido sus dificultades y es cierto que en las últimas elecciones ha votado mal si a eso se refiere lo del debilitamiento.

Fundamentalmente por determinadas circunstancias que coincidieron a partir del año 2004. Una es la renovación, la renovación en los partidos uruguayos siempre es un problema; cuanto más fuertes son los liderazgos, más difícil es encontrar la relación cada vez que se muere un líder, es todo un tema la renovación. Hoy lo está viviendo el Frente Amplio de alguna manera y lo superó el Partido Nacional porque apareció Lacalle.

En segundo término, coincidió con que nos tocó una crisis de las dimensiones de las de 2002 estando en el gobierno y las crisis económicas siempre tienen un costo político para el gobierno, siempre, en todo el mundo. Y, bueno, nos tocó a nosotros estar en el gobierno y yo diría felizmente para Uruguay, porque hoy incluso en la distancia, lleva a que muchos reconozcan que la salida de la crisis fue bien planteada y fue muy dura. Hay mucho dolor con eso, mucha gente salió obviamente muy afectada, pero la salida de la crisis, que fue una crisis importada, que fue una crisis regional que comenzó en Argentina, fue muy dura, eso nos costó.

Simultáneamente también aparece o ya venía el Frente Amplio como una fuerza renovadora prometedora. Se dan las condiciones para que mucha gente decida probar algo nuevo.

Allí empieza a surgir cierta renovación en el Partido Colorado, aparece Bordaberry.

Lo que pasa que quienes aparecieron como líderes renovadores no continuaron. Primero fue Bordaberry, que tuvo dos elecciones, pero termina retirándose. Y luego aparece Talvi, que también era una figura de renovación potente, que entusiasmó a mucha gente, incluso gente nueva.

Entonces todas estas son las circunstancias que rodean a la situación del Partido Colorado que creo hoy va a votar mejor.

¿Cuál es el secreto de la hegemonía colorada en el departamento de Rivera?

Yo creo que ahí es la gestión, básicamente una gestión que lleva a que el proyecto allá

ha permanecido y siga siendo apoyado y votado por un porcentaje muy elevado de la ciudadanía, que somos conscientes que es mayor que la del Partido Colorado; hay mucha gente de otros partidos que vota en función de esa gestión. De hecho, hay una diferencia en la votación en octubre en la nacional que en la local. Entonces la gestión, la forma de hacer política, la cercanía con la gente ha llevado a que se siga apoyando un proyecto político que felizmente ha excedido a una persona.

No hay un personalismo por más que es bueno que haya apoyos personales, pero es un proyecto político.

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¿Cómo ve el futuro de la coalición?

En este caso somos cinco partidos y tenemos nuestras diferencias, tenemos nuestros matices y básicamente la coalición se conformó y seguirá viviendo con base en lo que nos une y no en lo que nos separa. Básicamente un proyecto-programa de compromiso con el país que firmamos tendrá que ser siempre actualizado, por supuesto, y ese programa es lo que nos une y es el compromiso central, por eso después siempre habrá diferencias porque cada partido tendrá un poco más de propuestas que tendrán apoyo o no tendrán apoyo, que es lo que sucede diariamente.

Hay un elemento que los unía de cara a 2019 que era desplazar al Frente Amplio del gobierno y ese elemento de hoy ya no está. ¿Alcanza solo con el programa como acuerdo para la futura elección?

Siempre hay algo de pragmatismo en los acuerdos políticos electorales. Por eso una cosa son los acuerdos electorales y otra cosa son los acuerdos programáticos de gobierno, ideológicos; el componente pragmático del acuerdo electoral siempre existe y existe en todos los partidos del mundo, también en Uruguay.

Por lo tanto es un aliciente, un incentivo bien importante a la hora de evaluar la necesidad de tener acuerdos que nos hagan viables. Porque puede tener las mejores ideas y las mejores intenciones del mundo pero puede no tener posibilidad de ser gobierno. Esto no es que sirva cualquier acuerdo, pero ese componente está, lo tenemos que reconocer todos los políticos.

Pero un acuerdo de batllistas con el herrerismo, por sus visiones sobre el Estado, parecía imposible hace unos años.

Con el herrerismo siempre tuvimos diferencias que se han acortado mucho porque yo creo que hoy las ideologías en el mundo son bastante relativas. Después de la caída del muro de Berlín y del fracaso del capitalismo y liberalismo extremo, las cosas se han acercado mucho y son todas muy relativas. Entonces, hablar de progresismo y hablar de conservadurismo, hablar de izquierda, hablar de derecha…. tenemos que hablar largo y tendido y profundo.

Apoyamos además de un programa en la última elección a un candidato a presidente

que es mucho menos herrerista hablando en términos históricos y clásicos de lo que podríamos definir herrerismo.

Es más, creo que si lo apretamos hoy al presidente, no sé cómo se definiría, probablemente también como un socialdemócrata. Evolucionamos los uruguayos y tenemos más puntos de coincidencias que de diferencias con mucha gente, no solamente dentro de la coalición.

¿Para la continuidad de la coalición es necesaria la conformación de una mesa política donde pudieran sentarse los sectores políticos y definir?

Creo que fui yo el primero en proponer esto en la interna y públicamente y sigo pensando en la necesidad imperiosa de que coalición republicana o como se llame, cualquier nombre, menos multicolor, que no me gusta, debe avanzar en la institucionalización, no como un partido porque no es un partido ni quiero que sea un partido, seguiremos siendo una coalición y varios partidos y tendremos nuestros matices y vamos a concurrir en octubre y cada uno con su programa, con su partido que exceden el programa común, porque bueno, ahí también competimos por el liderazgo dentro de la coalición, pero creo que tiene que tener las reglas de juegos claras entre sus socios que debemos constituir órganos de funcionamiento, que tiene que haber una mesa política más allá de los ámbitos de coordinación parlamentaria o dentro del Poder Ejecutivo, en el en el gabinete ministerial o las reuniones periódicas de los líderes de cada partido. Yo creo que tiene que haber un órgano donde podamos debatir, dirimir diferencias, dialogar en definitiva sobre el funcionamiento, una mesa política y algunos órganos más, que se deben pensar. También debemos pensar cómo va a funcionar la coalición, si va a funcionar en las elecciones departamentales y municipales, que creo que sí necesitamos hacerlo.

Una de las cosas en las que tiene que trabajar es en un programa básico como que nos va a unir. Yo no creo que tengamos que esperar a después de octubre, en menos de un mes, hacer un programa común. Yo creo que podemos presentarnos perfectamente con un programa básico común y después cada partido con su programa.

¿Esa mesa política podría haber absorbido contradicciones como las que se presentaron en la reforma jubilatoria, por ejemplo?

Sí, si bien creo que los debates parlamentarios o públicos en los cuales puede haber matices y diferencias dentro de la propia coalición no son malos y son propios de una vida democrática y de gente libre, pero me parece que sí, que es mejor debatir muchas cosas, discutirlas en un ámbito propio que hacerlo en forma pública, porque a veces eso también conspira contra lo que debe ser una coalición que tiene cierta coherencia y que resuelve sus problemas, porque pueden aparecer contradicciones que en definitiva son aprovechadas después por los adversarios.

¿La renuncia de Carolina Ache fue un golpe para el Partido Colorado que de alguna manera no esperaban en el manejo de ese asunto?

Carolina Ache, a quien tengo personal aprecio y la considero una muy buena persona y una muy buena correligionaria y una persona muy capaz, terminó renunciando porque perdió el apoyo político de su sector, no de su partido, que creo fue un profundo error, pero no me meto en las internas de los sectores y de los partidos, pero nosotros lo dijimos públicamente en su momento. A mí me parece que fue claro que Carolina no tuvo ninguna responsabilidad. Quien autoriza y expide los pasaportes es el Ministerio del Interior, que tampoco en ese momento tenía por qué negárselo al ciudadano Marset, porque no estaba claro que estaba requerido, no había reglamentariamente nada por lo cual no dárselo.

Luego se juntan determinados hechos y, en definitiva, es su sector el que le retira la confianza política y antes de que se le pida la renuncia, ella decide renunciar.

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Germán Cardoso

Germán Cardoso

Esta nueva tensión que se produce entre los sectores, recordando el caso de Germán Cardoso, ¿hace posible recomponer la unidad de acción cuando hay además una diáspora de presentación de candidatos?

Usted sabe que dentro de la vida de un partido y en particular del Partido Colorado

es muy dinámica la situación de los sectores, depende mucho de los liderazgos, depende de las circunstancias políticas y yo estoy convencido de que para el año que viene, que será el año electoral, la interna del partido va a ser muy diferente a la que de la elección pasada, los candidatos ya no van a ser los mismos, serán otros, va a haber realineamientos y debo decirle además con sinceridad que no hay una gran tensión entre los sectores hoy existentes, más bien hay un buen relacionamiento, de ahí el buen funcionamiento que tiene hoy en el Partido Colorado el Comité Ejecutivo Nacional, que se reúne semanalmente, el Ejecutivo Departamental, la Convención se reúne con la periodicidad como indica la carta orgánica, hay comisiones trabajando o subsecretarías y hay un buen relacionamiento entre los dirigentes de los distintos sectores, lo cual no impide que haya problemas personales dentro de los mismos sectores y propiamente algunas diferencias, pero hoy hay un buen relacionamiento interno en el partido.

¿Va a estar en la lista de posibles candidatos?

Yo no lo he definido; las candidaturas es un tema que tienen que nacer genuinamente y tiene ser un proceso en un partido que sigue buscando su renovación.

Lo que sí es verdad, lo he reconocido y lo vuelvo a hacer, es que hay algunos dirigentes y algunos amigos, el sector de Batllistas que me ha venido a hablar, que me han propuesto, que lo están pensando y les he dicho que lo voy a analizar, no lo he descartado, lo estoy considerando, pero lo voy a considerar juntamente con otros dirigentes, con los amigos, con la dirigencia de Batllistas fundamentalmente.

Yo creo que es un tema para decidirlo en otro momento, porque todavía estamos en época de gestión, parece retórica, pero no lo es, porque la gestión es muy importante y la gestión termina definiendo y confirmando posibles candidaturas, o descartando, entonces todavía estamos en época de gestión, tengo responsabilidades de gobierno.

De acá a fin de año seguramente lo vamos a estar decidiendo con los compañeros.

Nosotros tenemos responsabilidades de gobierno porque formamos parte del mismo y eso es lo primero; Ahora nos ha tocado esta responsabilidad, tenemos que hacer gestión y felizmente viene dando buenos resultados y eso nos ocupa mucho tiempo. No es época de hacer campañas electorales, pero también hay que ver el resultado de la gestión y de otras gestiones. Creo que eso va a ir ayudando a definir los posibles candidatos del partido y sobre todo del sector.

Siguiendo esa línea de razonamiento, ¿Cuánto cree que va a impactar el asunto Astesiano en el Partido Nacional, que parece ser el más afectado por este asunto?

A mí me da la impresión de que es un tema que fue lamentable, una gran traición que sufrió el presidente por parte de alguien en quien confió y de quienes debieron tal vez informarle o su propia consideración, pero que ya es un tema que pasó y que la gente lo tiene claro; nadie está libre de tener en su bando, en su equipo, en su empresa, gente que falla, pero me parece que ya es un tema que pasó, quedó laudado y no va a tener grandes consecuencias electorales.

¿Cuánto aportaría, cuando pueda aportar, el retorno de Pedro Bordaberry?

Yo creo que sería bueno, yo quiero a todos los colorados en la vida activa; gente como Pedro Bordaberry, que es una buena persona, que fue un excelente senador, muy buen ministro, al punto que al primero que fui a saludar y hablar sobre este ministerio, cuando asumí como ministro, fue a Pedro, entonces digo alguien capaz, trabajador, inteligente, que lo dicen propios y ajenos, me gustaría, así que él como otros estuvieran en la vida activa del partido, como candidato, como fuere.

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¿El Partido Colorado tiene vida fuera de la coalición o debe permanecer para sobrevivir?

Uno nunca puede saber sobre el futuro, no lo sabe cuando jura fidelidad y estar juntos toda la vida cuando se casa y después pueden pasar cosas que terminan haciendo que las parejas se divorcien, o en una sociedad comercial; hoy tenemos una coalición que creo que ha funcionado bien. Con espacios para trabajar, para aportar, nunca nos sentimos condicionados, sí tuvimos diferencias, pero nunca nos sentimos condicionados ni en la LUC, por ejemplo, que era una ley importantísima que en ese momento estaba en el Senado, estuvo en la comisión especial y nunca tuvimos ningún tipo de condicionamiento para discrepar, para hacer cambios, de hecho los hubo en 80% de los artículos y ese es un funcionamiento democrático. Nunca se sabe que pueda pasar en el futuro, nada nos obliga tampoco.

¿El Partido Colorado quedó satisfecho con los ministerios que se les adjudicó?

Fue lo que surgió en aquel momento, fruto de la negociación y de la representatividad, que no se trata de un reparto, pero sí la representatividad que siempre está presente; aspirábamos a otras cosas también, pero bueno, en una sociedad generalmente hay que hacer concesiones.

A 50 años del golpe de Estado, ¿Cuál es la valoración que hace del “cambio en paz”?

Fue una política acertada, yo estoy muy orgulloso del cambio en paz y creo que fue la mejor salida o el mejor período de cambio que podríamos haber tenido en Uruguay; su lectura literal ya lo dice: cambiar de una dictadura a una democracia y en paz, nadie podía no estar de acuerdo.

Pero precisemos que el “cambio de paz” fue el lema con el que concurrió el Partido Colorado en la elección de 1984. No vamos a decir que una cosa es consecuencia de la otra o continuación de la otra, pero no es lo mismo. Una cosa fue el proceso de salida de la dictadura, que fue una salida negociada, como todos sabemos, no fue una revolución o una contrarrevolución o como quiera llamársele; fue armada una solución negociada.

A uno hay cosas que le habría gustado que hubieran sido diferentes. Fue lo posible.

Eso permitió salir de una dictadura de 11 años, con todo lo que eso implica, porque había que vivir, algunos hasta se olvidan de lo duro que fue, pero salir de aquella situación de una dictadura con todo lo que implica, sobre todo en materia de libertades, derechos humanos, de reunificación familiar, de volver a curar heridas de la sociedad fue un proceso muy interesante, muy lindo, yo lo recuerdo realmente con mucha emoción porque fue un proceso en el que la mayoría de los uruguayos estuvimos juntos más allá de los partidos. El proceso que vivimos básicamente desde 1980, ni que hablar todo lo que sufrió el pueblo uruguayo durante la dictadura, no estoy minimizando todo lo que pasamos del 73 al 80, pero el proceso de cuando empezó a procesarse la salida a partir del plebiscito del año 80 hasta las elecciones del 84 fue un proceso muy lindo en el cual creo que nos unimos con lo mejor que tenemos los uruguayos. Toda la etapa ir primero contra una reforma constitucional, la de 1980, que iba a prolongar a la dictadura y hacerla de alguna manera institucional, toda esa campaña y el triunfo del ‘no’, y luego la negociación con el poder militar, pasando por la reconstrucción de los partidos, de sus autoridades, la elección interna de 1982, la etapa de negociación del club naval. Fue una etapa en la que, en definitiva, terminamos saliendo de la dictadura.

La transición, que fue el primer gobierno de la democracia, empezó con las leyes de pacificación o búsqueda de leyes, que de alguna manera todavía lamentablemente sigue buscando alguna solución, con la repatriación de tantos uruguayos que andaban por el mundo, la reconstitución de carreras funcionales.

Yo fui diputado en ese período siendo muy joven, fue un trabajo enorme y muy interesante. El primer presupuesto después de 11 años de dictadura, ese fue el cambio en paz.

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Para mí el primer período de gobierno del doctor Sanguinetti fue muy importante. Porque no solamente se logró consolidar la vida democrática institucional, y podemos decir con orgullo que a partir de 1985 habrá sido la salida imperfecta, pero fue una salida, y a partir del año 85, en Uruguay se vivió plenamente en un Estado de derecho.

Pero, además, un período de verdaderas transformaciones de leyes muy importantes, por ejemplo leyes que hacen a políticas públicas de un Estado como el que yo creo que tiene que haber, que estoy pidiendo y proponiendo que se avance y que se sea más profundo.

El Instituto Nacional del Vino (Inavi), que se adjudicaron recursos para hacer la reconversión de toda nuestra vitivinicultura y que tenemos hoy los vinos que nos enorgullecemos de ellos y apoyar por lo tanto a la granja con todo lo que fue el Programa Nacional de la Granja y con la creación del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias, la ley forestal que transformó campos que tenían dos perros y un peón en una industria agropecuaria diferente en suelos especiales y, bueno, y todo lo que es hoy la madera y la industria forestal y maderera del país o la ley de zonas francas fueron leyes muy importantes, transformadoras, realmente más allá de todo lo que fue ese proceso de pacificación o intentos de pacificación del país y reconstitución de vida de nuestros ciudadanos.

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