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Entrevistas Virtuosismo | Daniel Lasca | 1° de Mayo

DANIEL LASCA

Virtuosismo de clase

Lasca es sinónimo de virtuosismo y excelencia, pero también de pasión, compromiso y ética.

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Caras y Caretas Diario

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El pasado 1° de mayo, luego de la presentación que realizaron artistas de Afusodre en el acto del Pit-Cnt, Daniel Lasca bajó del escenario que se ubicó en plena avenida Libertador, conmovido hasta las lágrimas. “Fue un momento inolvidable”, dijo entonces. Después de haber brillado como solista y concertino en los teatros más prestigiosos del mundo, el músico actuó “como uno más” en el Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras frente a miles de personas. Ovacionado por sus pares el día que se despidió oficialmente de las orquestas en Uruguay, no imaginó que al poco tiempo iba a comenzar un nuevo proyecto con el Cuarteto Tosar, sutil expresión de fineza y buen gusto para cuidar y difundir la creación nacional en materia de música de cámara.

El extraordinario músico uruguayo nunca dejó de sorprender. Con tan solo siete años irrumpió en el medio con su virtuosismo natural para ejecutar el violín. Creció entre partituras de Mozart, Vivaldi y Paganini, junto con textos de Quijano, Chifflet y Benedetti -en páginas necesarias del semanario Marcha- y charlas de grandes amigos de la casa que permearon piel y sensibilidad. El camino -como la senda- estaba trazado. En busca de su camino propio, Daniel obtuvo el primer premio en el Concurso nacional de jóvenes violinistas de Cuba y eso le permitió continuar sus estudios en la Unión Soviética. Creció estudiando y viviendo revoluciones como parte del aire que respiró incluso en el fuero íntimo familiar. Hijo de una leyenda de la música clásica sinfónica y de cámara del Uruguay, el enorme Moisés Lasca -histórico referente y fundador de Camerata Punta del Este- Daniel se graduó como mmáster en Artes en el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú. Luego llegaron premios internacionales y también el reconocimiento en Uruguay. Profeta en su tierra -y en unas cuantas más- fue doble concertino de la Filarmónica de Montevideo y de la Orquesta Sinfónica del Sodre. Fundó el Cuarteto Cuerdas Sur, fue invitado por sinfónicas y conjuntos de cámara de distintas partes del mundo como solista de conciertos inolvidables, trabajó con Federico García Vigil, David Machado, Nicolás Rauss, Piero Gamba, Fernando Condon, Cristina García Banegas, Miguel Pose, Renée Pietrafesa, Reynaldo Zemba, Rúben González y Ligia Amadio, entre otros y ahora comenzó un nuevo proyecto con el Cuarteto Tosar para difundir la obra de autores nacionales.

¿Pensabas que ibas a volver a actuar para un público masivo?

No, algo así para nada. Fue muy lindo, muy emocionante lo que vivimos. Creo que nunca habíamos participado de un acto del 1° de mayo del Pit-Cnt. Sí recuerdo haber tocado en alguna formación especial que reunimos hace unos años cuando Tabaré Vázquez llegó a la Presidencia. Pero algo así en el Día Internacional de los Trabajadores fue un momento inolvidable. Estábamos muy emocionados porque además disfrutamos mucho el hecho que lo hicimos junto con integrantes del coro, bailarines, nosotros los músicos, fue tremendo, muy emocionante.

Después de una carrera maravillosa, te jubilaste con un gran reconocimiento de las orquestas, de tu ciudad y de tus colegas. ¿Cómo fue el momento de decir “hasta acá”?

Fueron sentimientos encontrados. A pesar que sabía que en determinada fecha me iba a tener que jubilar, estoy en la plenitud de mis capacidades profesionales y artísticas. Y si bien sabía que en determinada fecha iba a suceder, casi que me agarró de improviso. Además, como sucedió en plena pandemia fue algo muy extraño, muy raro. De todos modos, rescato el maravilloso momento de felicidad de recibir el reconocimiento de mis compañeros, de mis directores, fue muy emotivo y me dio mucha satisfacción saber que el trabajo que uno ha hecho durante décadas, haya dejado alguna huella. Eso es muy gratificante. Me retiré de las orquestas, tanto del Sodre como de la Filarmónica, pero como sucedió en plena pandemia no había mucha actividad. Eso sinceramente me causó cierto bajón. Por más que tenía algunos proyectos, por ejemplo los recitales con el pianista Enrique Graf, en términos generales no visualizaba mucho por delante. Y eso me entristeció bastante. Hasta que un día, en setiembre del año pasado, me llamó Karina Núñez, una cellista uruguaya excelentísima con la que tengo una preciosa amistad desde hace muchísimos años. Ella se fue muy joven, primero a estudiar a Alemania y luego de ahí a Panamá, donde la contrataron como primer cello en la Orquesta de Panamá y profesora en la Universidad. Me llamó y me dijo que había llegado a Montevideo para quedarse. La llamó la maestra Ligia Amadio y le ofreció un contrato en la Filarmónica de Montevideo y no lo pensó dos veces y se vino para acá. Me dijo que quería formar un cuarteto y yo le dije que era justo lo que estaba necesitando en este momento. Esa misma semana nos reunimos, empezamos a elaborar el proyecto y ver con quiénes hacíamos el cuarteto. Le planteamos a Juan Cannavó aunque dudé porque es un gran músico y me daba cierta vergüenza, me parecía casi una descortesía de mi parte llamarlo para segundo violín con su talento y la gran carrera que está haciendo. Pero él siempre tan generoso me dijo inmediatamente que sí y que estaba feliz de la invitación. Luego integramos a Milton Gallo, un violista muy joven pero muy talentoso, muy estudioso y nos juntamos los cuatro, le pusimos el nombre y empezamos a elaborar y estudiar un programa como para lanzarlo.

Imagino que los primeros apoyos siempre son fundamentales para no sentirse solos, particularmente en el mundo de la música de cámara. ¿No?

Son determinantes. Esas primeras puertas que se abren y te escuchan son claves. Con lo de la pandemia era todo mucho más difícil y sabíamos que iba a ser complicado conseguir dónde tocar. Entonces consulté a María Julia Caamaño para que me ayudara a pensar. Y ella inmediatamente me propuso que hablara con Gustavo Zidan, el director de la Sala Verdi. Cuando le conté que habíamos formado un cuarteto se puso muy contento, nos felicitó y se puso a disposición. “¿Qué precisan?”. “¿Cuándo vienen a tocar acá?”. “¿Cómo podemos ayudar?”. Fue todo generosidad. Le pedimos la sala para hacer nuestro primer concierto formal en diciembre del 2021 y así fue que comenzamos a tocar. También nos presentamos en la librería Letras y Corcheas de Punta del Este a fines del año pasado. Este año nos llamó Zidan y nos propuso que hiciéramos una temporada en la Sala Verdi. Así que, casi que nos adoptaron como conjunto residente de la Sala Verdi. Es impresionante porque es una sala hermosísima, que queremos mucho, que tiene una acústica preciosa para ese tipo de música y además nos brindaron espacio para ensayar, algo que todos sabemos que no es fácil. Gustavo lo único que me pidió es que concretáramos un proyecto para todo el año y así fue que elaboramos una temporada hermosísima del Cuarteto Tosar.

Se cruzaron referentes culturales muy potentes con músicos talentosísimos y todos de piel sensible. Buena gente, buenos gestores, buenos músicos, mejor imposible.

Es divino verlo así, pero es cierto, son gente muy talentosa y humana. Y eso nos abre un camino muy desafiante porque ahora todo depende de nosotros. Y yo como estoy jubilado tengo tiempo para pensar y estudiar pero mis compañeros del cuarteto tienen mil cosas en sus agendas. Entonces nos propusimos hacer cinco conciertos a lo largo del año, uno cada dos meses. Lo que queremos como objetivo, es en primer lugar difundir nuestra música, las composiciones que hay para este tipo de formación, para cuarteto de cuerdas. Pensamos en obras de compositores uruguayos contemporáneos. Y por supuesto, como un aspecto formativo para el cuarteto -que además nos sirve para crecer artísticamente- sumar a ese repertorio obras para cuartetos del periodo romántico del siglo XIX europeo. Así fue que elaboramos una programación de cinco conciertos. En cada programa interpretamos un cuarteto romántico del siglo XIX y uno de un compositor uruguayo contemporáneo. Entre esas obras uruguayas, habrá dos estrenos mundiales. Por tanto, estamos muy felices de poder tocar obras de José Serebrier, Sergio Cervetti, Beatriz Lockhart y por supuesto, Héctor Tosar, entre otros. Y te adelanto que le encargamos una obra para cuarteto a Felipe Ortiz, un compositor muy joven que trabaja en la Ossodre y esa creación será estrenada en nuestro último concierto del año, en diciembre. En cuanto a compositores románticos interpretaremos Mozart, Dvorak, Borodin, Beethoven, Tchaikovsky y Schubert, coincidiendo con los 225 años de su nacimiento. Todo esto será en el marco del ciclo Cuarteto Tosar en la Verdi.

No se descartan otras presentaciones

No, por supuesto que no. Ojalá tengamos otras propuestas. Somos un cuarteto muy joven a pesar de que yo soy viejo (risas). Pero el cuarteto es muy joven, recién arrancamos y estoy seguro que este ciclo nos va a dar un impulso grande y esperemos que cada vez vaya más gente.

¿Por qué eligieron la figura de Héctor Tosar?

El maestro Héctor Tosar fue un referente no solo de nuestra música, sino de la música latinoamericana y de la música contemporánea en general. Nosotros consideramos que es el compositor más completo que hubo acá en Uruguay y además, una maravillosa persona. Quienes conocimos al maestro Tosar guardamos de él un recuerdo increíble, un tipo de una sabiduría fantástica y una humanidad impresionante. Realmente lo menos que podíamos hacer era nombrar a nuestro cuarteto con su nombre.

¿Cómo ha sido el reencuentro con el público luego de la pandemia? Te lo pregunto en términos generales y no solamente pensando en la gente que concurre a los conciertos de música de cámara.

Cuesta. Está costando. La gente todavía tiene cierto temor de ir a los lugares públicos y eso se ve a nivel general, en el teatro, en el cine, en las salas. Pero de todos modos, a pesar que le cuesta, la gente se va acercando. Quienes trabajábamos en cuerpos estables teníamos una realidad distinta a la inmensa mayoría de los trabajadores independientes de la cultura. Entonces, nuestro trabajo en cierta medida, estuvo contenido y eso se notó en lo que pudimos seguir haciendo. Realizamos mucha cosa por Zoom, y eso nos mantuvo activos aunque lejos de nuestro público. Y el contacto con el público para nosotros es fundamental. Vos grabás un video, lo subís a las redes y te imaginás la reacción del público. Pero no es lo mismo saber que te escuchan a verlos ahí en la platea. Ver sus reacciones y sentir esa comunión que se da entre el artista y el espectador que es fundamental para el hecho artístico. Afortunadamente se está empezando a reactivar, no del todo, de a poco, pero ahí vamos.

Hace unos días recordaste muy emocionado los 10 años de la partida de tu papá.

Me removió mucho. Yo lo tengo presente permanentemente en lo que hago porque aparte de ser mi padre era mi compañero, mi amigo, mi referente musical, mi referente humano. Su pérdida fue muy grande para mí. Incluso cuando preparo alguna obra o pienso algún proyecto, mentalmente pienso qué diría él o cómo lo encararía. Es una cierta forma de tenerlo presente como guía.

¿Te hubiera gustado que te viera el 1° de mayo ahí, tocando en el estrado en el acto del Pit-Cnt?

Me hubiera gustado que él tocara ahí con nosotros en el estrado. Mi sobrino estuvo ahí tocando la viola y hablábamos de eso. Que habría sido imponente tenerlo con nosotros tocando ahí.

Tanta belleza artística y humana y sin embargo hay que contextualizarla en un tiempo difícil. ¿Cómo ves al país hoy? ¿Qué pensás del discurso de odio contra los sindicatos, los docentes, tantas agresiones?

Es muy triste. Con mi esposa vemos los informativos y nos duele ver la forma en la que se intenta desacreditar y desprestigiar al movimiento sindical. Se intenta denostar a quienes piensan distinto y es muy evidente que se trata de desprestigiar todo lo que se hizo en este país durante 15 años de gobiernos progresistas. Obviamente que hubo errores, pero se hicieron cosas importantísimas, que quedaron y que quedan. Y por más que intenten desmantelarlo todo, no lo pueden hacer. Sinceramente me parece muy triste todo esto. Es muy triste ver la forma en la que aumenta la violencia, cada día hay más asesinatos y sin embargo te hablan de cifras de que está todo bárbaro. De todas maneras, nuestra gente es mucho más inteligente de lo que muchos piensan y por eso mismo creo que fue importantísimo haber podido juntar las 800 mil firmas. Como fue importantísimo el millón y pico de votos que se lograron para derogar la LUC. Por todo ello, tengo esperanza de que se va a revertir toda esta situación de agresiones, de embestida de la ultraderecha y ataques a las maestras, a los docentes, a los sindicatos, a la agenda de derechos.

¿Nos deben preocupar las secuelas?

Sí, claramente. Porque los ataques que hoy disparan contra los sindicatos impactarán más adelante. Y es importante dejar en claro que los ataques también están dirigidos contra la cultura, porque es bastante conocido que los referentes más importantes de la cultura son gente de izquierda o de ideas progresistas. Y eso es algo que le duele mucho a los sectores gobernantes, que la gente de la cultura en general es progresista. Entonces ahora vemos que hay quienes pretenden reescribir la historia y hasta sustituir una cultura por otra, que no queda demasiado claro qué significa. Y no les sale. No tienen con qué.

No deja de sorprender el ensañamiento de ciertos ataques contra la Universidad de la República

Dicen que la Udelar es un comité de base, hablan de infiltración, recurren a recursos bajos, primitivos.

¿El tema desaparecidos es una deuda de la democracia?

Sí. De las más dolorosas asignaturas pendientes que tenemos como sociedad. Hace pocos días estuvimos charlando con Irene Bleier, la hija de Eduardo. Ella es mi amiga de la infancia que si bien vive en Israel, ahora está pasando unos días aquí. Ella me contaba lo removedor que fue para ella y para su familia haber encontrado los restos de su padre y saber que ahora tendrían un lugar donde ir a llorarlo. Para ella tener los restos de su papá, después de tantos años de búsqueda, fue conmovedor, muy impactante. Y conversamos sobre la necesidad que aparezcan los restos de todos. Que las familias puedan despedirles, ir a llevarlos a algún sitio para que descansen en paz y poder ir a visitarlos, a llorarlos en la intimidad familiar. Es una necesidad de la sociedad que saldemos esa deuda con los desaparecidos. Y por supuesto, que se sepa la verdad y que los responsables sean juzgados como debe ser, con todas las garantías de la democracia. Pero no solo unos pocos sino todos. Ya es una desgracia que algunos se hayan muerto sin decir lo que sabían. El tema de los desaparecidos es una herida muy profunda que creo nunca va a terminar de cerrar en nuestra sociedad.

TEXTOS ALFREDO PERCOVICH

PRODUCCIÓN VIVIANA RUMBO

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