A pocas horas del incendio de la catedral de Notre Dame, ya se han recaudado más de 800 millones de euros para su reconstrucción, lo que más que demostrar el espíritu cristiano de las familias más poderosas de Francia deja a la intemperie la inmoralidad y frivolidad de las mismas, ya que mucha gente que hoy pasa necesidades podría salir de su miseria si los más poderosos consideraran, aunque sea en parte, el mensaje solidario de Jesús, el revolucionario socialista más famoso de la historia universal que diera lugar a la novela mitológica conocida como la Biblia.
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Donald Trump ofreció ayudar en la reconstrucción del monumento más visitado de Europa poniendo a disposición “los grandes expertos” de su país, el mismo país que pulverizó a Irak y Libia y no ataca a Venezuela militarmente porque Rusia se ha puesto en el medio.
Guaidó habló de la crisis que generó el gobierno chavista, cuando él mismo ha suplicado a varios gobiernos de derecha que bloqueen financiera y económicamente a su patria e, incluso, la invadan. Él mismo aprueba el boicot norteamericano contra la central eléctrica y ha advertido que los apagones continuarán mientras Maduro no abandone su cargo. Él mismo aprueba las rapiñas que Estados Unidos, Inglaterra y otros países cometen contra su patria al quedarse con el dinero que la misma tiene en el exterior. El extremo de la hipocresía se dio cuando intentaron ingresar “ayuda humanitaria” desde Colombia, nación que permanentemente ha complotado contra la revolución chavista; es decir, te saqueo miles de millones de dólares pero ayudamos a tu pueblo con algunos paquetes de fideos. Maduro acaba de aceptar ayuda sí; pero es ayuda seria, la de la Cruz Roja Internacional, organización que denunció el anterior intento por considerar evidente la manipulación política que había detrás.
A estados Unidos y a la oposición uruguaya le preocupan los derechos humanos en Venezuela y llaman manifestantes pacíficos a los que, con bombas molotov, piedras y armas de fuego intentan tomar edificios públicos. Nada dicen de la violencia de la oposición, que no ha permitido gobernar en paz ni un solo día y siempre se queja de los resultados electorales cuando pierde; pero si todo fue fraudulento, también el cargo del autoproclamado presidente (diputado) es ilegítimo.
Sin dudas, hay una dictadura feroz en América y que tiende a dominar al mundo. Esa dictadura, que domina el sistema financiero mundial y tiene de títeres a organizaciones como la OEA y cadenas internacionales de desinformación como CNN, está arremetiendo contra los pocos gobiernos de izquierda que quedan en América Latina y el Caribe. Vienen por todo y con todo.
La derecha uruguaya habla falsamente de violaciones de derechos humanos en Venezuela; pero nada dice de las atrocidades y crímenes de los gobiernos de Brasil y Colombia, nada dice de la corrupción en Paraguay y nada dice del fracaso estrepitoso de la política económica fondomonetarista impuesta en Argentina; por el contrario, continúan sin renegar de sus aplausos a estos regímenes despóticos y sanguinarios.
Alan García, ex presidente del Perú, se acaba de volar la cabeza para evitar hacer frente a la justicia, mientras que las causas contra Cristina en Argentina van cayendo una a una por falta de fundamentos y la patraña de los medios se va desmantelando sin que los periodistas que llevaron a Macri al poder pidan perdón de rodillas a su pueblo por tanta canallada orquestada.
La frivolidad acapara los titulares. Notre Dame opaca las inundaciones en Paraguay donde hay miles y miles de personas afectadas y pasa a segundo plano los abusos de Estados Unidos en todos los puntos cardinales.
Lenin Moreno y Almagro demostrando una asombrosa carencia de escrúpulos y vergüenza, están en la cresta de la ola; pero más temprano que tarde, a estos dos traidores les llegará su ocaso y pasarán a la historia como ratas miserables. Qué triste ha de ser no poder mirar a los ojos a sus pueblos o a sus propios hijos. El ecuatoriano ha entregado a Assange violando toda la legislación internacional sobre asilo político; pero no es a cambio de treinta monedas, el Fondo Monetario Internacional sabe premiar bien a los súbditos del imperio cuando acatan las directivas del dueño del mundo. Mientras a Venezuela le cierran todos los grifos y le roban su dinero, a países como Argentina se los abren a más no poder.
En Uruguay, la derecha no está usando los recursos radicales que ahora se emplean contra Nicaragua, Cuba o Venezuela; pero están en una etapa primaria donde confían en que colocando grandes capitales en marketing político y recurriendo a artimañas duranbarbistas podrán sacar al Frente Amplio del Gobierno. Las noticias falsas van en aumento con total impunidad. Como sigue siendo fácil pegarle a Sendic y, de paso cañazo, a su partido, se le acusó de ser propietario de una empresa que produce bolsas biodegradables, una mentira brutal, y como también es fácil pegarle a un ministro de Economía, la han emprendido contra los hijos de Astori. No importa que ya se sepa que su hijo no es gerente del Antel Arena ni su hija Florencia gerente del museo comprado por el Ministerio de Educación y Cultura… lo siguen repitiendo porque como expresa un dicho popular: “Miente, miente, que algo siempre queda”.
Los blancos se quejan de que Sartori está volcando mucho dinero en la campaña y va creciendo demasiado, sin considerar que pituco que se come a otro pituco tiene cien años de perdón. Hipócritas. Son los mismo que se negaron a aprobar la ley de financiamiento de los partidos políticos. Se quejan de las rapiñas, pero se oponen a la ley de inclusión financiera, la cual asestaría un golpe mortal contra quienes deseen obtener dinero rápido con aquellas.
Esta es la derecha, aquí y en todas partes del mundo.