El acuerdo con Katoen Natie puso en evidencia los “errores” políticos del gobierno a la hora de “cuidar a sus socios” de la coalición.
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Para sorpresa de todos, colorados y cabildantes admitieron, en plena interpelación al ministro Luis Alberto Heber, que no conocían los detalles del acuerdo, y plantearon su disgusto con la actitud de los blancos.
Tanto fue así, que el propio presidente de Cabildo Abierto, Guillermo Domenech, aseguró que le alegraba la interpelación, porque les permitió enterarse los detalles del acuerdo portuario.
El grave “error”, casi le cuesta caro al gobierno, porque la primera reacción de los cabildantes ofendidos fue pedir que “se negociara de nuevo” con la empresa, para lograr “una mejora sustancial” en el contrato.
Hábilmente, Domenech encendió la mecha, y después aclaró que la decisión final de la postura del sector la tenía Guido Manini Ríos.
Allí comenzó otro capítulo de la novela, porque el Partido Nacional puso de mediador a Gustavo Penadés, que no estaba en el recinto por haber tenido contacto directo con un caso positivo de Covid.
Triángulo telefónico
Penadés hablaba con Lacalle Pou, y después intentaba convencer a Manini, todo por teléfono.
El Partido de ajedrez terminó en tablas a la madrugada, cuando se consiguió una moción de consenso. Manini aceptó votar a favor de la actuación del ministro, pero el ministro, pero exigió que se incluyeran algunas de sus observaciones.
De esta manera, el líder de Cabildo Abierto, fue -una vez más-, el árbitro entre el gobierno y la oposición.