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Joaquín Toledo: La estructura del presupuesto y su catadura moral

En la noche de ayer, en el ámbito de Legítima Defensa, el economista Joaquín Toledo, describió las líneas generales del Presupuesto General que comenzará a debatirse el lunes, en el marco de un optimismo imaginario en el que sólo cree el equipo de gobierno. Lamentablemente la realidad que se perfila es mucho más dura, sobre todo para los más vulnerables.

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Joaquín Toledo, economista «de cabecera» de Legítima Defensa, comienza su caracterización del Presupuesto Quinquenal presentado por el gobierno con una afirmación taxativa: «Es un presupuesto de ajuste». Seguidamente comienza a describir los rasgos principales del mismo que justifican esa definición.

«Más allá de algunas cuestiones generales introductorias, es preciso decir que es un presupuesto muy extenso, que abarca muchísimas cosas. Hay capítulos referidos a pautas monetaria (asignación de fondos), pero también hay otros relacionados a las «reglas de juego», que básicamente consisten en mover los incisos de un lado para el otro, de crear unidades, crear presupuestos e institucionalidad y en algunos casos de eliminarla. En definitiva, es una ley muy extensa, que termina acompañada con lo que es el mensaje o exposición de motivos».

«Se trata de una declaración que viene asociada a la parte monetaria, a la parte de presupuesto y a la parte de la ley.  También viene asociado a una interpretación de cómo va el mundo en el momento actual, de hacia dónde evoluciona y en cual es la situación del Uruguay en este año, que fue particular, pese a que ya pasó un tiempo considerable desde que se inauguró el actual gobierno y tiene algunas cosas para comentar».

«Lo más importante que plantea el mensaje presidencial es cómo percibe cómo van a ser las cosas en los próximos cinco años, es decir, cómo se va a comportar la economía en ese período. En ese marco, las proyecciones iniciales dan cuenta de un optimismo que por momentos parece absurdo. Es muy difícil encontrar algún economista o alguna consultora que coincida con los números de crecimiento que se están presentando, referido al crecimiento económico (incremento del PBI), con una proyección en la que se dice que rápidamente va a haber un incremento del PBI, describiendo esa especie de «U» que se presenta en las gráficas, que supuestamente iría a comenzar a fines de 2020 y que va a alcanzar montos de crecimiento de más de un 4% y que luego se mantendría en el entorno del 3%, llegando a un índice del 3,7% de inflación, cifras que para encontrarlas habría que remitirse a 2013 o al siglo pasado. En un escenario como el que estamos viviendo eso parece muy difícil».

«El problema con este dilema acerca de si las cifras que se presentan son correctas o incorrectas, estriba en que estas proyecciones no son inocuas. Porque si ese optimismo no se cumple, eso va a tener un impacto directo sobre el salario real, ya que todas las pautas están proyectadas sobre un crecimiento de la economía, con los consiguientes impactos sobre el salario real, ya que todos los supuestos están proyectados en función de un crecimiento de la economía, con los consiguiente impactos sobre la economía de la gente».

«Va a tener impacto en la recaudación y en toda la estructura que se monta y que está sostenida por este mensaje presidencial. De no cumplirse esas proyecciones los efectos negativos van a recrudecerse porque luego está el segundo componente importante, que tiene que ver con la proyección fiscal, que además tiene implicancias políticas -ya que está vinculado al tan preconizado déficit fiscal-, en la medida que está vinculado a los ingresos y egresos del Estado. Es algo en lo que se ha puesto mucho énfasis, señalando que el objetivo es reducirlo».

«La propuesta contenida en el presupuesto es la de reducirlo al 4,8% del PBI de 2019 al 2,5% en 2024. La mitad de la reducción del déficit fiscal que se pretende está vinculado a la caída del rubro salarios y jubilaciones. Es decir, que del 2,3% que se quiere reducir el actual déficit fiscal, la mitad (el 48%) se financiaría reduciendo salario y jubilaciones. Eso significa un impacto directo en el poder de compra o salario real, que va más allá del monto que recibimos en el recibo de sueldos. Si tenemos salarios que se reducen y precios que aumentan, con los $ 100 que hoy tenemos, no vamos a poder comprar mañana lo que compramos hoy».

«El resto de la reducción está asociado a la contracción del gasto directo o gasto real del Estado. Existe una tabla que estima que en 2021 va a haber un recorte de los gastos de funcionamiento, que va a ser de un porcentaje del 20%, lo que implica barrer gran parte de los costos del Estado. Recordemos que cuando hablamos de Estado, esto está muy  claramente expresado en el mensaje presupuestal, en el que queda claro que más del 60% de los citados gastos están radicados en la ANEP, en la Udelar, en el Ministerio del Interior y en ASSE».

«Como contracara de esto, consideremos algunas cosas que se empezaron a dejar ver con la lectura más pormenorizada del articulado. Por un lado vemos que para hacer el sacrificio de reducir el déficit fiscal hay que reducir el salario real y las jubilaciones de las personas, pero por otro lado casi que se duplican los salarios de los presidentes de los entes autónomos y algún otro organismo, principalmente de las empresas públicas. Lo que no se dice es que el salario de esos presidentes está relacionado de modo directo con los incrementos que se fijan para los vicepresidentes y directorios de estas empresas. O sea, que al aumentar el monto (en una cifra cercana al 100%) de lo que perciben los presidentes, también aumenta automáticamente el salario de todos los que están relacionados con ellos. Algo similar sucede con el Mides, en el que los directores de las unidades ejecutoras (que están por debajo del subsecretario) van a ver incrementado su sueldo en un 50%».

«Nos resta comparar estas cifras con las de 2019. Para tener una idea de lo que enfrentamos, la mayoría de los ministerios partiría de un monto que luego se mantendría constante, en lo que se llama el «congelamiento» de la dotación presupuestaria de estos ministerios. Uno de los que se evade de este «congelamiento» es el Ministerio de Defensa Nacional, al que se le incrementa año a año el presupuesto. Otro es la Universidad Tecnológica (UTEC), en la que se plantea un crecimiento real en el período. El resto de los incisos, al congelarse por el efecto de la inflación -que se incrementará año tras año- y la pérdida de salario real va a tener una pérdida de la capacidad de compra que va a mermar significativamente en estos ministerios a lo largo de estos cinco años».

«Aun es prematuro para hablar de magnitudes, pero es claro que vamos a discutir, cuando consideremos ministerios, cómo se reparten las pérdidas. Es decir, cuales son los que más pierden y cuales son los que salen ganando en la comparativa entre ministerios e incisos».

El último comentario que hace Toledo para afinar la lectura del tema presupuestal está asociado con el Mides.»En el caso sel Mides se ve claramente como a algunos ministerios se les otorga una suerte de incremento presupuestal,  pero que en realidad son simplemente corrimientos en el presupuesto y eso se está manejando como si fuera lo que realmente está sucediendo. Lo que vemos en este caso es que el supuesto «incremento» es el mismo monto que se aplicaba a las transferencias del BPS. La realidad es que si bien hay un incremento del presupuesto que maneja el Mides, no existe un incremento real de esas cifras, sino una transferencia de ese dinero desde el BPS», concluye Joaquín Toledo.

Nota: Habitualmente, Joaquín Toledo maneja un lenguaje y unos conceptos que se ciñen estrictamente al marco de la economía. Pero el último comentario referido al supuesto incremento presupuestal del Mides provocó la reacción airada del conductor del programa (Leandro Grille), que se refirió a las implicancias éticas de esa suerte de permuta.

«Eso es una engañifa, una chantada. Por ejemplo, Nicolás Martinelli (director de la Secretaría General del Mides) y Mónica Botero (directora de InMujeres) dijeron: «Duplicamos el presupuesto del Mides». Pero cuando comenzamos a estudiar esa propuesta, lo que vemos es que sacaron las asignaciones del ámbito del BPS transfiriéndolas al Mides, sin aumentar los montos e incluso podríamos decir que reduciéndolos».

«¿Eso para que se hizo? Está claro que hubo un intento de engañar a la población. Esto me sorprendió, porque revela una catadura moral. No es cualquier cosa inventar algo que a poco de investigarlo se percibe la trampa. No cualquiera hace eso. No creo que haya sido porque están mal informados. No es verdad que hayan duplicado el presupuesto de las políticas sociales, simplemente cambiaron el inciso al que se las estaban imputando. Por suerte eso se descubrió, pero es realmente alarmante».

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