El atavismo y la anomia administrativa son fuentes donde el sistema sanitario bebe a diario. Es grave.
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Hemos participado en la construcción de la reforma de salud, confiamos unánimemente los gremios y asociaciones médicas en sus bondades y beneficios, consideramos, como se ha dicho por diferentes actores, en que tenemos un sistema “robusto”, pero la realidad nos está mostrando algo diferente.
¿Fue la covid el adversario que mostró nuestras carencias? En parte sí, pero las mismas se estaban generando previamente, solapadamente, y el sistema, al igual que otros del mundo, claudicó.
Hemos asistido en casi medio siglo a distintas crisis sanitarias; siempre ligadas al financiamiento. ¿Se puede adjudicar al mismo la actual? Esta es diferente, el aporte del país al gasto salud siempre fue en aumento y no es menor a otros países, que se consideran aceptables en porcentajes del PIB.
¿Entonces? No hay duda de que el sistema sanitario puede gastar el presupuesto nacional, pero tampoco es seguro que más dinero condicione un mejor sistema. Hoy en Sudamérica y Centroamérica se discute “la salud de las reformas” y con mucha fuerza en Argentina.
¿Qué proponemos? Ante el declive de la pandemia (no la extinción) sería de interés una nueva Convención Médica Nacional que analice aquellos aspectos de la reforma en que no se lograron las metas deseadas y, por otra parte, cómo serían los ajustes del sistema luego de la pandemia. Es de recordar que la reforma de salud de 2008 se gestó en la 8ª Convención, de 2004, organizada por SMU y FEMI.
La realidad es que la reforma trabajó en ejes de financiamiento, modelo y la integración de los servicios público-privados en los que queda mucho por hacer. Trabajar con costos genuinos en las cápitas, promover nuevas formas asociativas en la complementación público-privada y mejorar el nivel de Atención Primaria en cuanto a capacitación, programación, financiamiento, prevención y promoción de salud, según áreas y territorios, haciéndola más equitativa y universal apuntando al estilo de vida. La descentralización no tiene lugar en tanto no se instrumenten designaciones capacitadas en salud y sigan siendo cargos por cuota política.
Una cosa es la realidad y otra el discurso.
Las políticas deberán ser transversales (MSP-Mides-BPS, etcétera), integrando a los estamentos que tienen que ver con la salud y sus cuidados. Se avanzó en derechos y normativas, y debe explorarse e investigarse a fondo las enfermedades crónicas no transmisibles, así como su gestión y costos.
Son necesarios técnicos más profesionalizados en la medición de resultados en la gestión de salud, que cada vez se vuelve más técnica, disponer de mejor información, evaluar y comparar, para lo que es necesario el conocimiento de la Salud Pública, la epidemiología y la mayor participación de usuarios y trabajadores.
La reforma está en un estado de primera aproximación, piso necesario para continuarla y profundizarla.
La cobertura en cuanto a derechos a asistirse es muy amplia, pero no debe confundirse con el acceso efectivo al sistema, existen bolsones de excluidos y postergados fundamentalmente en el medio rural, pero con 100.000 pobres más y con cifras de desempleo que rondan 10%, es lógico suponer que el sistema no llegue con firmeza a los asentamientos.
Para el caso de Salto la pandemia pegó fuerte, se batieron indicadores internacionales y los coadyuvantes fueron la baja de la economía informal, el lento proceso de vacunación, las condiciones de vida y pobreza del norte todo, y un sistema sanitario obsoleto con estructuras privadas en mosaico, fragmentadas y privadas, sumado a las designaciones de responsabilidades profesionales que no ofrecían en lo previo garantías de un buen desempeño, pero obedeció a una repartija política excesiva y sin parangón en la historia moderna. Es la realidad y no el discurso. Oficialmente se habla de concursos.
Subyace una sensación de omnipotencia e impunidad de quienes llegaron con la pretensión de arreglarlo todo. Desde el punto de vista gremial médico sin propuesta, cuando se debería flexibilizar el laudo médico para ofertar más servicios frente a la situación excepcional.