Textos: Afutu
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Es así que el 31 de julio de 1983, 43 jóvenes hombres y mujeres firman el acta fundacional de nuestro sindicato y presentan ante el MEC su humilde organización, para que la misma fuese reconocida como “Asociación Civil”, única forma que la dictadura -aún herida de muerte- permitía para que los trabajadores y trabajadoras de nuestro país se organizaran en ese entonces.
Como organización sindical, Afutu posee determinadas peculiaridades que lo hacen único entre los sindicatos de la ANEP y una forma poco común de organización sindical de trabajadores de la educación incluso en América Latina.
En primer lugar se trata de un sindicato de trabajadoras y trabajadores de UTU, sin distinciones, que nuclea a docentes y funcionarios de gestión, a diferencia de sus organizaciones hermanas de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay, Federación Uruguaya del Magisterio (FUM), Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), e incluso el recientemente constituido Sindicato de Docentes de Formación en Educación (Sidfe), los cuales nuclean solamente a las profesoras y profesores de sus respectivas ramas de la enseñanza en la ANEP.
En segundo lugar, se constituyó desde sus orígenes -y aún mantiene esa estructura- como un sindicato único nacional, diferencia que lo distingue también de sus organizaciones hermanas más grandes, como son la FUM y Fenapes, que se organizaron bajo el formato de Federaciones Nacionales.
Desde sus comienzos, Afutu ha articulado su lucha con el resto de los sindicatos de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU), y con el Pit-Cnt. En el mismo sentido, se integró prácticamente desde su fundación al movimiento sindical internacional, por lo cual se unió a la Confederación de Educadores Americanos (CEA), cuyo actual presidente fue integrante de la dirección de Afutu.
Al margen de ser un sindicato de trabajadores y trabajadoras de la educación, Afutu está integrado -en buena medida- por trabajadoras y trabajadores que provienen de distintas ramas de la industria producción y servicios, ya que nuestros docentes de los distintos talleres además de la docencia, mantienen actividades en su rama técnica. Eso ha permitido que nuestro sindicato mantenga un vínculo permanente y natural con otras ramas de actividad. Asimismo, la UTU, que históricamente ha formado a las y los trabajadores y sus hijas e hijos, es el lugar de encuentro natural entre los trabajadores de las ramas más diversas.
Nuestro sindicato ve con mucha preocupación los cambios que actualmente están ocurriendo en la ANEP y particularmente en la UTU. La ley de Urgente Consideración modificó 33 artículos de la Ley General de Educación, dando lugar a una reforma de corte neoliberal, que atenta contra los más altos principios que rigen nuestra querida institución desde sus orígenes.
Actualmente en la UTU se ha puesto en marcha una reforma, que a todas luces busca poner a la educación técnica al servicio del mercado, eliminando de sus propuestas la formación integral de los educandos que históricamente ha caracterizado nuestra educación técnica. En este marco, ya se han eliminado propuestas educativas exitosas que atienden a jóvenes de sectores más vulnerables de nuestra sociedad, como son los Centros Educativos Comunitarios (CEC). Asimismo, se impuso de forma inconsulta al principio y luego ignorando completamente las recomendaciones del órgano asesor de la Dirección General de UTU que es la Asamblea Nacional Técnico Docente (ATD), una reforma de la Formación Profesional Básica (FPB) que reduce un año la misma, elimina asignaturas, reduce otras y debilita el componente profesional de la propuesta.
Al margen de ello, las reformas mencionadas, implican una disminución considerable en la cantidad de horas docentes, lo que redunda en una pérdida de fuentes de trabajo.
Otro motivo de preocupación, es la notoria reducción del número de grupos para el año 2022, respecto al actual 2021.
Como cada año, las escuelas presentaron oportunamente su propuesta educativa para el año entrante, cuya construcción se dio en el marco de las instrucciones dadas por la administración. No obstante, muchos de esos grupos no fueron habilitados por Planeamiento Educativo de la UTU.
Ello implica que en muchos departamentos (particularmente Montevideo y Canelones) la oferta educativa de UTU se reducirá considerablemente en 2022, por lo que muchos jóvenes no podrán inscribirse en las propuestas educativas que desean, o lo harán en grupos sumamente numerosos con el consecuente perjuicio en los aprendizajes.
También nos preocupa -más allá del escenario actual propiciado por la pandemia- la situación caótica en la que se encuentra la administración desde el punto de vista organizativo. Dicho caos deviene claramente de una falta de planificación estratégica e improvisación permanente, que se hace visible en las permanentes marchas y contramarchas, donde se publica una resolución y poco tiempo después se revoca la misma con una nueva resolución que establece lo contrario.
En esa vorágine, la Dirección General de UTU pretendía llevar adelante un acto de designación de horas con el solo fin de cumplir con un calendario prefijado a como dé lugar. El sindicato advirtió de esta situación a la Dirección General en el ámbito de negociación bipartito, siendo muchas veces desoído por la misma. Pero como la realidad es innegable, en la última sesión bipartita, se decidió postergar las designaciones de horas docentes para el mes de febrero, lo que permite dar cumplimiento a una secuencia lógica de designaciones, que implica cubrir primero los cargos de dirección, subdirección y adscripciones, para luego designar las horas de docencia directa, como históricamente se hizo en la institución.
Da la sensación de que los cambios impuestos obedecen más al capricho de “cambiar para dejar su huella” que a la intención genuina de realizar cambios que impliquen una mejora en la calidad de la educación pública.
Al actual gobierno parece interesarle más los números que la calidad de la educación. En su discurso/acción se percibe una clara intención de trabajar en base a resultados en tanto números y porcentajes, aunque ello implique una pérdida de calidad educativa.
Si bien concordamos en parte con que la educación pública y en particular la educación técnica y tecnológica que imparte la UTU, deben mejorar, entendemos que apuntar solamente a los resultados no es lo correcto. Asimismo, ninguna reforma educativa exitosa debe ignorar la voz y la opinión de sus actores principales: estudiantes y docentes.
No obstante el gobierno ha elegido el camino de la imposición y el avasallamiento, lo quedó muy claro en la propuesta de reformulación del bachillerato de secundaria, la que se anunció el mismo día en que se desarrollaban las asambleas técnico docentes en los liceos, o la reforma del FPB de UTU, la que se impondrá aún con la recomendación de la ATD de que la misma no se lleve a cabo.
Capítulo aparte amerita la persecución sindical a la que nos enfrentamos las y los trabajadores de la educación, lo que se refleja claramente en el pedido de destitución de las compañeras y compañeros de Fenapes filial San José, por haberse sacado una foto en la vereda y el pasillo de un liceo vacío, en el marco de la campaña del No a la Baja que era impulsada por el Pit-Cnt y por su sindicato. En la misma línea va la comisión investigadora del parlamento nacional que busca escudriñar las licencias otorgadas por el CES a representantes sindicales para asistir a reuniones tripartitas.
Pero sin dudas el famoso “pedido de informe” de la senadora Graciela Bianchi sobre nuestra presidenta Mabel Mallo, por haberse ofuscado por la forma en que la misma se dirigió al presidente de la República en el marco de una movilización, es la prueba más fehaciente de que -al menos muchos actores del actual gobierno- ven como sus enemigos a los docentes y no dudan en usar su poder con el fin de amedrentarnos para acallar nuestra voz.
La tónica del gobierno es más que clara: la LUC otorgó el marco jurídico para implantar las reformas educativas, y las Direcciones Generales (Gerencias) de primaria, secundaria y UTU son las encargadas de ejecutarlas, aunque esto implique pasar por encima de estudiantes y docentes.
A todo ello nuestro sindicato dará la lucha como lo hizo históricamente, gobierne quien gobierne. Siempre en defensa de la educación pública.
Luc y elecciones internas
Mabel Mallo, presidenta de Afutu, expresó a Caras y Caretas que si bien la Dirección General de la UTU aplazó la elección de horas de diciembre a fines de enero tal cual solicitaba el sindicato, la pérdida de horas y desaparición de cursos, como el de soldadura en la UTU del Cerro, siguen siendo preocupantes. “Afutu tiene por delante, como el conjunto del movimiento sindical, la campaña por la derogación de los 135 artículos de la LUC y en mayo sus elecciones internas”.
Confirmando la gravedad de la situación laboral de muchos docentes, Daniel Devitta, responsable de la Comisión de Asuntos Laborales de Afutu, expresó que solo en la región centro del país se estima en cerca de 3.000 las horas perdidas, lo que implica un promedio de cien docentes menos.
Mariana Píriz, integrante de la dirección de Afutu y responsable de la Secretaría del Interior del Pit- Cnt, dijo a Caras y Caretas que la situación de algunos trabajadores en el interior del país es de extrema vulnerabilidad pues el desempleo ha crecido y esto afecta los derechos laborales y entre ellos el derecho a la sindicalización. “El interior no es uno solo y hay realidades muy diversas en cada localidad, pero también entre trabajadores públicos y privados y esa realidad es la que estamos analizando desde la secretaría para buscar respuestas”.