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La telenovela feliz de Suárez: nuevo capítulo

Por Rafael Bayce.

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La vida del futbolista uruguayo Luis Suárez -no confundirlo con el homónimo crack español de los 80- ha sido, y sigue siendo, una larga telenovela de finales felices, donde se revierten dramas existenciales comunes, mediante melodramáticos capítulos típicos de las telenovelas actuales, pero que ya fueron característicos, antes, de las radionovelas, y, más atrás aún, de las novelas en fascículos del siglo XIX -que tan agudamente comentó Marx-; algunos autores lo extienden, en el pasado, hasta la temática juglaresca medieval y aun a los aedas y rapsodas griegos. En fin, son piezas claves del gusto específicamente popular por lo melodramático, emociones que son necesarias para el éxito comercial mediático de todos los temas cotidianos, desde los más simples a los más complejos.

 

Realidad, ficción, prensa, hiperrealidad y melodrama

Constanza Moreira se sorprendía un día, en un coloquio, de que la sección política de los informativos se pareciera tan poco a la actividad real de los legisladores. Néstor García Canclini le diría -y yo le dije ese día- que todo el éxito mediático descansa mucho más en la transformación de la realidad en noticia melodramática que en la aproximación a la realidad ocurrente. Una ficción melodramática vende mucho más que una realidad sin melodrama; para venderla hay que transformar la tantas veces aburrida realidad en emocionante ficción melodramática; eso sí, manteniendo la falsedad de que lo que se emite y recibe es la ‘realidad’. Entonces, se emite como ‘real’ aquello que es metabolizado como ‘ficción melodramática’, porque esto vende mucho más que aquello; pero no hay que confesar que es una ficción melodramática, sino ‘simular’ que es real, ‘disimular’ que es una ficción construida para vender mejor. Y como la gente no sabe qué es lo que ocurrió en ‘realidad’, cree como tal a la ‘ficción melodramática construida’ que es la ‘noticia’.

Solo cuando uno vive alguna de esas realidades cae en la cuenta de que la gente cree como realmente ocurrente lo que es ficción melodramática. Pero como casi nadie vive todo lo que sería necesario como para saber que esa realidad creída como tal en realidad es ficción construida, la ficción construida sigue tan campante como si fuera real; si lo vive en un ámbito, vive los otros en medio de la misma alienación comunicacional. Y así la prensa mantiene su estatus creído como comunicador de realidad, aunque sea, más que nada, una inventora de ficciones comercialmente aptas y político-ideológicamente útiles, con base real tantas veces, claro; pero sustancial, icónica y semánticamente hiperreales.

Cuando toda la cotidianidad está sumergida en estas ficciones creídas como reales, entramos en un estadio contemporáneo que el genio de Baudrillard llama de ‘hiperrealidad’, caracterizado porque lo ficcionalmente construido es creído como más real que lo naturalmente real. Llegado este punto, la gente protege su hiperrealidad creída como real, y ataca como conspiradores, negacionistas y terraplanistas a quienes quieren regresarlos a la realidad desde la hiperrealidad; se enfurecen con quienes les proponen dudar de la realidad hiperreal en la que están sumergidos; sus economías cognitiva y psíquica no toleran la duda sobre su hiperrealidad vivida como privilegiadamente real y verdadera -aquí sería relevante la sofisticada idea de ‘realidad’ de fenomenólogos, pragmatistas y Baudrillard -. La humanidad va en ese camino de majada crédula y paranoica; la pandemia es la primera hiperrealidad global impuesta e introyectada; la instalación de la conectividad 5G lo perfeccionará en breve.

Todo melodrama, para tener éxito máximo, debe comenzar por tristes situaciones que se resuelven, casi mágicamente, en finales felices. Los melodramas son una pieza ideológica clave en la mantención de la fe y la esperanza populares en que, pese a las dificultades estructurales, la felicidad y los objetivos personales son factibles, si solo se tienen esa fe, esa esperanza, esa voluntad y esa perseverancia. Querer es poder, y la fe mueve montañas, derriba obstáculos y supera adversidades. Por eso también se juega a los juegos de azar, sin adicción; porque materializan la fe y la esperanza, que solo tienen sentido si apelan a lo improbable, a lo mágico, a lo normalmente inverosímil e inaccesible; lo improbable es, de cualquier modo, más plausible que lo imposible; apostemos a ello, racionalmente; a lo de baja probabilidad, acertar, frente a lo de probabilidad cero, ganar esas sumas trabajando.

Parece una irracionalidad, pero es, en realidad, una amarga racionalidad desesperada, como toda esperanza con fe; como son las religiones; lógica situacional.

Pero si esa transformación es necesaria para convertir la gris realidad en apasionante melodrama -noticia vendible-, en ficción diseñada para atraer y motivar, en funcional pieza ideológica, hay algunas ‘realidades’ que ya son naturalmente melodramáticas, que evolucionan desde trágicas instancias dadas hacia felices finales prueba falaz del poder de la voluntad que sobrepasa todas las vallas, y que implica ciertas concesiones que una realidad hosca debe hacerle a los voluntaristas meritorios e insistentes, que oscuramente son creídos como merecedores de esa reversión de una realidad naturalmente adversa en otra favorable, y mucho más alineada con las pasiones y objetivos del héroe trágico que con la dura realidad estructural que lo aprisiona. La hazaña heroica improbable de final feliz erosiona la amarga condena estructural a la infelicidad probable; mistifica convenientemente las probabilidades, disfraza a lo improbable de plausible y perseguible; son excepciones ideológica y psíquicamente convertidas en reglas.

 

Suárez: una vida natural y realmente melodramática, heroica

La vida de Suárez, contrariamente a casi toda la realidad ocurrente, no precisa ninguna transformación en ficción melodramática para imponerse, porque es una realidad ‘naturalmente’ melodramática e ideológicamente motivadora, una fe y esperanza que han movido montañas varias a lo largo de 20 años de reversión de tragedias en éxitos, de logro de improbables objetivos, de revanchas frente a injustos poderosos que quisieron hundirlo; casi un superhéroe contemporáneo, semejante a los héroes de las telenovelas, de la radio, del cine, de los fascículos escritos, de la poética popular ancestral histórica, encarnación de cuentos ‘infantiles’ conocidos, ‘patito feo’ convertido en cisne, ‘cenicienta’ masculinizada, por ejemplo.

Revisemos algunos capítulos centrales de este melodrama natural, real, que no ha precisado ficcionarse para vender.

 

Primer melodrama feliz: el amor difícil logrado

La primera hazaña de Luis Suárez como superhéroe contemporáneo es el logro de su noviazgo, casamiento, hijos y permanencia con su único amor, Sofía Balbi, desde los 15 años hasta hoy, a sus 35. Amor muy difícil por la diferencia económica, social y cultural que lo separaba a Luis de Sofía, de su entorno familiar de hija de banqueros acomodados residentes en balnearios, cortejada con éxito por un simpático, servicial y humilde pibe salteño migrado a Montevideo, jugando al fútbol y luchando de varios micromodos la vida cotidiana; en parte invadiendo ese tan distante entorno, quedándose a dormir, a comer; pero en parte también mostrando servicialidad con su protosuegra -que son las dueñas de la vida íntima de sus hijos en hogares de clase media alta, con padre trabajador ausente y madre solo ama de casa-, y un fuerte amor fiel, correspondido por Sofía, difícil de resistir familiarmente pese a que Luis no era el ‘partido’ ideal para su hija. Un revés económico en su actividad bancaria muda la familia a España, a Barcelona. Luis asegura que se dedicará al fútbol, que lo comprarán desde Europa, y que entonces retomará su amor y lo hará eterno; improbable utopía melodramática y novelesca. Ya Luis había vencido la improbabilidad de su noviazgo de pibe humilde, del interior, Cenicienta masculina, con chica de familia acomodada capitalina.

Pero esa hazaña aún no es tan heroica como para hacerlo superhéroe, aunque, sí y ya, personaje central de una telenovela melodramática. La familia Balbi emigra a Barcelona y Luis queda aquí, pero ahora dedicándose al fútbol con el sueño de emigrar él también a Europa y recuperar a su amor, ahora para una vida común, ambos mayores de edad. Luis llega a primera en Nacional a los 17, integra selecciones juveniles y finalmente es comprado por un equipo holandés de primera, el Groningen. Sofía y la familia Balbi presencian, expectantes, la exitosa persecución de éxito deportivo y amor distante del implacable Luis; al año siguiente el Ajax holandés lo ve convertirse en artillero nacional y europeo. Y Luis se lleva a vivir consigo a Sofía, pero a Holanda.

Es el primer final feliz en un melodrama que, como en toda telenovela, se plantea desde una realidad adversa, que el héroe superará por una acumulación virtuosa de méritos, voluntad y persistencia. Porque el éxito ideológica de los melodramas exitosos es la instauración de la creencia en la accesibilidad de lo estructuralmente improbable; porque los ‘superiores’ no serían tan malos como para negarse a reconocer las virtudes de los superhéroes inicialmente ‘inferiores’; los distantes banqueros se rinden ante la exitosa voluntad y fidelidad del muchacho confiado y exitoso.

 

Melodramas felices: Premier League y vivir en Barcelona

Suárez ya había hecho realidad varios sueños improbables pero posibles, que otros ya habían logrado: jugar en primera en Nacional, llegar a selecciones juveniles nacionales, ser comprado desde Europa, desde una Holanda que ya había sido escalón de varios cracks como Romario y Ronaldo. La conquista de su novia cheta ya fue una hazaña más infrecuente, más heroica.

Pero Luis agrega la realización del sueño de jugar en la Premier League inglesa, y con éxito inmejorable.

Cuando la familia Balbi emigró y se instaló en Barcelona, Luis prometió que el fútbol le permitiría hacer futuro, reconquistar su amor y vivir en Barcelona, donde estaban los Balbi. Conseguidos Sofía y el éxito futbolístico mundial, y la heroicidad deportiva uruguaya, la contratación desde el Liverpool inglés por el Barcelona español lo lleva a vivir en Barcelona, otro sueño cumplido en su melodramática épica de su vida. Pero antes del sueño barcelonés consumó una superheroica venganza recuperándose precozmente de una lesión, muy probablemente provocada en Inglaterra para impedirle jugar contra ellos en el mundial de 2014. Veamos.

 

Supera una lesión intencional y golea a sus atacantes

Absolutamente crack en el Liverpool inglés, es violentamente atacado por un jugador suplente de un club, que pareció entrar para lesionarlo, porque Inglaterra enfrentaría a Uruguay en el grupo. La gravedad de la lesión hacía muy improbable que pudiera jugar. Pero Luis, como siempre, peleó los imposibles y finalmente, pudo jugar, reapareciendo justamente contra Inglaterra. Pero no solo jugó, sino que convirtió el primer gol; y cuando, agotado por el esfuerzo de la reaparición, Tabárez lo iba a sustituir, sacó fuerzas de flaquezas e hizo un gran segundo gol, que selló el partido. Gigantesca venganza, precisamente contra quienes quisieron impedirle jugar contra ellos, vilmente, triunfo melodramático y mantención de la creencia en el bien que se impone al mal, como en todo melodrama popular; y nueva hazaña superheroica de una voluntad indoblegable en la búsqueda de sus objetivos y de los colectivos de los que forma parte.

 

Barcelona lo echa mal y Luis lo derrota

Un gran pasaje por el Barcelona es finalmente cortado por resoluciones de dirigentes y de técnicos que lo echan como un perro a la cucha, ignorando su gloriosa historia culé, su idolatría con la hinchada, y la profunda amistad con otros cracks locales. Atlético de Madrid lo contrata y es campeón español, como antes con Barcelona. Su revancha, como contra sus heridores ingleses, en este caso contra sus humilladores catalanes, es inmediata: Atlético gana 2-0 con gol y asistencia de Suárez. Otra venganza rápida y pública, otro melodrama de inicio trágico pero de final feliz, como su relación con Sofía, como su vida con los Balbi, como todos sus récords, como su progresión Nacional-selecciones-juveniles-celeste-Groningen-Ajax-Liverpool-Barcelona-Atlético de Madrid, siempre con récords varios.

Un ejemplo de superación de la improbabilidad estructural por una voluntad superior, ideológicamente muy conveniente pero también humanamente reconocible, aun a pesar de inescrupulosidades menores en la búsqueda. Superhéroe melodramático novelesco, pero real y no de ficción.

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