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#LasPuñadito

Por Celsa Puente.

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Lo que nos queda por cumplir.

Mis ojos añejos

¡Brujas que el fuego no quemó!

Camilo Pérez

 

Nadie hubiera dicho que el infortunio verbal de un jerarca exponente del patriarcado tendría un efecto tan singular.

Hace algo más de un año y medio que Carmelo Vidalín, exlegislador y actual intendente de Durazno, tuvo un acto de honestidad pública: declarar que un “puñadito” de mujeres dominantes querían jaquear al sistema político. A través de estas declaraciones argumentaba su posición contraria a la ley de cuotas. Vidalín se salió del ejercicio tan ensayado en el discurso correcto de la gimnasia política y desató con esas palabras, y sin saberlo, un movimiento de mujeres que empezó siendo una respuesta inicial espontánea de Claudia Olivera en las redes sociales. Y que fue sumando adhesiones hasta convertirse de modo natural en un colectivo feminista.

#LasPuñadito y la ironía

La ironía de ese diminutivo descalificante, “puñadito”, ha sido parte de esta génesis y así, entre tuits, ocurrencias creativas, enojos y risas para dar respuesta, “Las Puñadito” terminó siendo la nominación de un colectivo de mujeres unidas en clave de sororidad para enunciarnos desde nuestros derechos. Allí estamos consolidadas bajo ese nombre más allá de las diferencias naturales que portamos para recordarnos valiosas desde lo individual y fuertes con el impulso grupal. No hay requisitos para integrar este colectivo más que el deseo previo de llevar adelante juntas, en forma visible, acciones concretas que permitan profundizar en la agenda de derechos, en especial de las mujeres. Por eso insisto en señalar que estamos todas, las de todas las edades, profesiones, talles de indumentaria, etnia, raza y todos los etcéteras que puedan imaginarse.

Con esta consigna vamos realizando algunas “movidas” virtuales y algunos encuentros presenciales con formato de reunión para intercambiar y hacer acuerdos, o en ocasión de alguna marcha o evento significativo como fue la inauguración de “La Comité”, el primer comité feminista del Frente Amplio. Allí participamos sororamente en la apertura no sólo con nuestra presencia, sino también con el coro feminista, un emprendimiento que tiene una vida breve y ha sido un pretexto más para el ejercicio de la hermandad femenina que para el desarrollo musical como objetivo. Camilo Pérez es nuestro profe, nuestro paciente director que además de intentar organizarnos para que podamos entonar cada martes en cada ensayo, crea canciones para nosotras convocado por nuestra actitud de lucha. Hay una sincronización de corazones en el canto colectivo, un patrón emocional compartido como compartida es la lucha y la decisión de transformar la realidad.

El viernes 28, en la previa de la marcha de la diversidad, cantamos en la plaza Independencia colmadas por los colores del arcoíris, en este caso con énfasis amarillo para sostener la lucha por la ley para el reconocimiento de los derechos de las personas transexuales y contamos con la adhesión natural y espontánea de muchos y muchas que allí estaban y se unieron al canto. En otras ocasiones nos hemos manifestado luchando a favor de la ley integral de violencia de género y seguiremos insistiendo en esta línea en cada ocasión que sea necesario porque cada una de las integrantes, y a su modo, ha hecho de estas causas un estilo de vida.

Declaraciones que desataron la acción

Así es que cómplices para el trabajo de hacer visibles las desigualdades y construir caminos para superarlas, #LasPuñadito vamos ensayando formas de “estar” en la realidad. Marcela Lagarde dice que la sororidad remite a la dimensión ético política y práctica del feminismo contemporáneo.

“Es una experiencia de las mujeres que conduce a la búsqueda de relaciones positivas y a la alianza existencial y política, cuerpo a cuerpo, subjetividad a subjetividad con otras mujeres, para contribuir con acciones específicas a la eliminación social de todas las formas de opresión y el apoyo mutuo para lograr el poderío genérico de todas y el empoderamiento vital de cada mujer”.

Una de las canciones que Camilo creó para nosotras nos recuerda quiénes somos: “Cercanas, hermanas, el horizonte queda aquí. Los sueños son bastiones. ¡El alma que nadie domó!”.

Con toda la fuerza y sin soledades, con el acompañamiento de muchos hombres y la herencia delas mujeres que nos precedieron, -nuestras ancestras- que fueron forjando los caminos de la igualdad, seguimos nuestro camino para dejarles a nuestras sucesoras un mundo cada vez más parecido al necesario.

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