El estudio también destaca que un 5 % de los intercambios se relaciona con la expresión personal y emocional, lo que posiciona al chatbot no solo como un asistente de tareas, sino también como un espacio de desahogo o compañía.
En el terreno estrictamente laboral, la escritura es la función más solicitada, con un 40 % de los mensajes, seguida por la orientación práctica (24 %). En cambio, la asistencia técnica perdió terreno: pasó del 18 % en julio de 2024 a poco más del 10 % en julio de 2025.
Qué le pedimos al bot
Al profundizar en los pedidos de escritura, predominan cinco categorías: edición, escritura personal, traducción, resúmenes y escritura de ficción. Mientras las tres primeras implican modificar textos provistos por el usuario, las otras dos demandan la generación de material completamente nuevo.
La educación también aparece como un campo clave: el 10,2 % de los mensajes son solicitudes de tutoría o enseñanza, y otro 8,5 % corresponde a consejos generales en diversos temas.
En cuanto a la forma de interacción, el 49 % de los mensajes son preguntas, el 40 % pedidos de tareas y solo el 11 % simples expresiones.
Una herramienta cada vez más diversa
El informe señala que las brechas de uso por género se achicaron significativamente. En enero de 2024, apenas el 37 % de los usuarios tenían nombres femeninos; para julio de 2025, esa proporción superó la mitad, con un 52 %.
El alcance global también se amplió. OpenAI subraya que ChatGPT creció de manera acelerada en países de ingresos bajos y medios, donde la adopción fue cuatro veces superior a la registrada en países de mayores ingresos.
De novedad a hábito cotidiano
Lo que comenzó como una curiosidad tecnológica se consolidó como una herramienta transversal: de la oficina al hogar, de la escritura profesional a los consejos personales. ChatGPT ya no es solo un asistente, sino una presencia constante en la vida digital de millones de personas en todo el mundo.