El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva inicia este lunes una serie de reuniones con líderes de diferentes tendencias políticas, en un escenario de pandemia por la covid-19 que cobró más de 400 mil muertos en Brasil.
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Según consignó el sociólogo Emir Sader en su columna del portal Brasil 247, se trata de una serie de encuentros «con fuerzas políticas huérfanas por el fracaso y el abandono de cualquier perspectiva de dirección por parte del actual gobierno de Jair Bolsonaro».
Por otro lado, señaló que el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) «no es una alternativa para la izquierda, ni para las fuerzas de centro y derecha. Lula es la alternativa para Brasil, como país, como nación».
Según Sader, el exdirigente obrero intercambiará opiniones con líderes de organizaciones de izquierda, centro y derecha, «con algunos de los cuales gobernó y otros desorientados, buscando un horizonte para sus partidos».
Lula: «la única perspectiva de reconstrucción»
El sociólogo explicó que cada vez más formadores de opinión se adhieren a Lula como la única perspectiva de reconstrucción del país, ante la catástrofe humanitaria, económica, social y política en la que se encuentra Brasil. Incluso, agregó, «algunos que antes eran frenéticamente anti PT, como Reinaldo Azevedo y Felipe Neto».
«Como reconocen algunos, no se puede comparar lo que representa el exlíder sindical para el país y lo que puede representar Bolsonaro», opinó Sader. Y agregó: «Este último llegó para destruir lo construido y aún quedaba de democracia, de Estado, de credibilidad política de la presidencia, de convivencia mínimamente armoniosa entre los tres poderes de la República».
Para Sader, Bolsonaro destruyó «lo que aún quedaba del proceso económico, mediante posturas erráticas, entre la privatización y la dilapidación de los organismos estatales».
En este escenario de pandemia, manifestó el sociólogo, «se hace más evidente que el actual gobierno no tiene nada más que dar al país, se mire por donde se mire».
«Lo que queda es el apoyo de la lumpen burguesía, a la cual solo le interesa la liquidación de las empresas estatales a precios baratos, y los fanáticos evangélicos», aseguró.
El columnista también opinó que «si Bolsonaro intenta desmantelar el Estado, el exgobernante representa la posibilidad de recomponerlo, de recuperar su legitimidad ante los brasileños».