La conversación entre los panelistas abordó las perspectivas de la izquierda en Latinoamérica, donde el eje central giró al rededor de comprender que los cambios logrados durante la década de gobiernos progresistas, sacaron de la pobreza a 70 millones de personas a lo largo del continente, avanzaron en el mejoramiento de la calidad de vida de las naciones y consiguieron re vincular al estado con su sociedad, sin embargo no lograron mantenerse en el tiempo.
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Y aunque los aciertos fueron muchos, es importante darse el tiempo de reconocer, como lo diría Linera, cuáles fueron los desaciertos que se tuvieron en esos años de gobierno, pero fundamentalmente entender que el verdadero cambio consiste en corregirlos y darles manejo para avanzar y no perder todo lo que se ganó.
Es cierto que al regreso de los gobiernos de derecha se perdieron muchos de los avances logrados durante décadas de construcción alternativa, y esto ocurrió porque la estructura social de los países ha sido desde sus profundos imaginarios, muy conservadora; es esa la razón por la que le ha sido relativamente fácil a la derecha usar discursos excluyentes para hacer crecer sus proyectos en las urnas.
Por otro lado es importante recalcar que, según Monedero, uno de los principales factores a tener en cuenta en el intervencionismo norteamericano moderno, es que ya no se aplica el énfasis principal en el entrenamiento militar, de tropas y de grandes contingentes armados que derroquen gobiernos por la fuerza, sino que se entrenan jueces para que hagan movimientos que saquen del medio a los competidores electoralmente más fuertes y de paso debiliten la confianza de la base social en la izquierda.
Finalmente concluyen los ponentes, que dadas las condiciones con que han llegado los gobiernos neoconservadores, es muy posible que se dé un despertar de las fuerzas progresistas nuevamente, pues existen sociedades que ahora conocen el progreso y las ventajas de los gobiernos progresistas, principalmente para los sectores más sumergidos, por lo tanto el tiempo en que el neoliberalismo pueda imponer cargas tan pesadas a las sociedades en beneficio de los grandes capitales, no será mucho.