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El movimiento de ollas populares tiene voz y grita fuerte

Representantes de ollas populares, merenderos y otras iniciativas solidarias conformaron una coordinadora que busca unificar y articular recursos para garantizar la continuidad de este movimiento social que está luchando contra el hambre.

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Caras y Caretas Diario

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El pasado domingo se realizó el primer encuentro de ollas populares, merenderos e iniciativas solidarias que surgieron en los diferentes barrios como forma de hacerle frente a la crisis económica y social que ocasionó la pandemia del coronavirus. La actividad se llevó a cabo en la sede de Fucvam y contó con la participación de más de 100 personas que acudieron en representación de las diferentes movidas solidarias.

Lo que motivó este encuentro fue construir una red de articulación entre todos los emprendimientos solidarios como forma de reforzar el movimiento y garantizar su continuidad, ya que muchas de estas iniciativas populares comenzaron a experimentar dificultades para seguir adelante. Según un relevamiento de datos realizado por Solidaridad Uy en Montevideo, el número de ollas populares aumentó con el paso de los meses: en abril se contabilizaron 188 propuestas solidarias y al finalizar julio se registraron 229.

Otros datos que se desprenden de este relevamiento es que actualmente 38.790 personas recurren a estas iniciativas solidarias para alimentarse y que al menos 36  ollas populares que se encontraban en «situación crítica», se vieron obligados a de dejar de funcionar cuando las donaciones y los recursos humanos comenzaron a escasear.

Articular para subsistir

Caras y Caretas Portal dialogó con Paola Beltrán, una de las voceras de la coordinadora de ollas populares, quien explicó de qué se trató el encuentro y cuáles son sus principales objetivos. «La iniciativa surgió ante la necesidad de que este movimiento pueda tener voz propia y aunar esfuerzos para tratar de evitar que se caigan las ollas, un fenómeno que se venia dando en la medida de que comenzaron a caer las donaciones», explicó la militante.

La dinámica del intercambio,contó Beltrán, fue guiada sobre tres ejes de discusión: la infraestructura y necesidades de las ollas; el análisis de la coyuntura política y el relacionamiento con el resto de las organizaciones del movimiento popular. «Fue una actividad sumamente enriquecedora», aseguró.

Como principal logro de este encuentro, Beltrán hizo referencia a la creación de la coordinadora de redes y ollas populares que buscará centralizar las necesidades de todas las ollas que se encuentran activas, así como articular esfuerzos a la hora de conseguir insumos y donaciones que luego serán distribuidas entre aquellas iniciativas que más lo necesitan.

Con respecto al análisis político, que también estuvo presente en el encuentro, Beltrán contó que hubo consenso al «asumir que vivimos en una sociedad que está organizada de tal forma que genera una desigualdad que es permanente y que se agudizó con la pandemia, dejando al descubierto mucha precariedad». Por otro lado, señaló que desde el movimiento se reconoce la espontaneidad de vecinas y vecinos, que pusieron el cuerpo para enfrentar la crisis, pero que existe la necesidad de señalar a quienes deberían hacerse cargo. «Si bien se valora el esfuerzo de las organizaciones barriales y de los sindicatos que sacan esto adelante, sabemos que es el Estado, mediante el gobierno, quien debe hacer una distribución de recursos efectiva para que estos lleguen a quienes más lo necesitan. Si una olla deja de funcionar, es un error muy grande que la responsabilidad de que muchas personas no tengan un plato de comida recaiga sobre las vecinas y los vecinos que ya no pudieron sostenerla».

Por otro lado, Beltrán hizo énfasis en que esta red que se construyó permanecerá abierta con la intención de lograr que se sumen otras iniciativas populares que aún no forman parte de la coordinadora. «Las ollas no se pueden sostener de manera asilada, al menos que tengan otro tipo de recursos que les permitan solventarlas. El gasto que implica la realización de una olla es enorme y la idea es que ninguna más deje de funciona», insistió.

Dar un paso más

Consultada sobre los motivos por los que muchas organizaciones populares deciden no ser parte de esta red y continuar realizando la actividad solidaria de forma independiente, la militante opinó que hay muchas iniciativas que son gestionadas por familias o grupos que posiblemente no tienen experiencia organizativa previa o no manejan los mismos conceptos que quienes tienen otra formación en la militancia o la política. «Esas diferencias a veces pueden generar desconfianza y es respetable. Desde la coordinadora entendemos la necesidad de que el movimiento tenga autonomía, pero eso no implica estar aislados. Es necesario generar espacios propios de discusión».

Con respecto a la postura de quienes deciden «atender la urgencia» sin involucrarse mucho más, Beltrán consideró que centrarse en la asistencia es valido, pero explicó que la postura de quienes integran la coordinadora tiene que ver con dar «un paso más». «Queremos pasar a un plano mas reivindicativo. Lo que hacemos lo vemos como una acción política, pero no partidaria. Es política en el sentido que te transforma en un actor que tiene cosas para decir, que se organiza, que influye en la agenda y en las discusiones políticas,pero a nadie se le pregunta a quien votó. Sabemos que en este movimiento hay compañeras y compañeros que no pertenecen a la izquierda y que están dispuestos a trabajar en conjunto. El objetivo no pasa por levantar una bandera partidaria, sino por levantar la bandera de la solidaridad y visualizar cómo seguir avanzando. Esto recién comienza y nada parece indicar que la situación vaya a mejorar, sobre todo la de quienes están en contextos de mayor vulnerabilidad», concluyó.

La coordinadora de ollas populares cuenta con una línea telefónica mediante la cual se recepcionarán llamadas y consultas relacionadas a las donaciones. Aquellas personas interesadas en comunicarse, pueden hacerlo vía whatsApp al 092 555 425.

 

 

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