Por Leandro Grille
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¿Qué significa para Uruguay la llegada de un ícono mundial como Angela Davis?
Carolina Cosse: “Angela Davis trae una ola de esperanza y también de reafirmación del camino recorrido por Uruguay. Ella lo destacó sobre el final de su discurso en el Solís, cuando dijo que podría pensarse que Uruguay es un país pequeño, que no tenemos tantos habitantes, pero ella cree que no, que en realidad se ha forjado la estructura para las democracias del futuro. A mí me parece que eso que dijo es maravilloso, creo que es bueno que los uruguayos reflexionemos sobre el tema, porque trabajar para la democracia del futuro y reconocer que Uruguay ha trabajado en ese sentido es también reconocer un lugar en el mundo que este país se está haciendo, con base en la forja de derechos humanos. Así que ella, que es una persona que no necesita presentación, que ha conocido varios aspectos de Uruguay, quiere conocer más y me parece que es muy bueno para la izquierda, muy bueno para la democracia, muy bueno para la gente.
¿Hemos hecho suficiente los gobiernos de izquierda en Uruguay para erradicar la discriminación racial, para incorporar a la población afrodescendiente, que sigue siendo parte de la población más excluida?
José Mujica: No, no. Es más fácil cambiar la economía que las raíces culturales en una sociedad, porque la cultura expresa los remanentes que llevan muchísimo tiempo. Cambia la estructura material, sin embargo, el trazo de la cultura se arrastra mucho más allá. A nuestras espaldas existen sociedades esclavistas; a la gente de color el naciente capitalismo los descuajó de su naturaleza y los trajo a prepo y los impuso como trabajadores baratos, les quitó la libertad, los ultrajó, los pisoteó, hasta parte de nuestra lucha de independencia está ligada indirectamente con este fenómeno: la Cruzada de los 33, que ni eran 33 ni eran todos orientales, tiene como principales financiadores a los vendedores de tasajo del Río de la Plata. ¿Por qué? Porque Brasil, ocupando la vieja Banda Oriental, los dejaba sin mercado de charque. El charque era la comida, la proteína que se necesitaba para mantener a las poblaciones esclavas en el norte de Brasil. Con la explotación de la producción azucarera, hay un fenómeno económico que financia parte de nuestra lucha de la independencia, porque los analistas argentinos habían perdido un mercado. La verdad es cruda y fea.
¿Nuestra sociedad es racista?
José Mujica: Creo que hay gotas de racismo para todos lados, se van diluyendo, pero es una lucha futura, para que el futuro de la humanidad sea relativamente convivible. Esto ya no es sólo un problema de derecho, es un problema de conveniencia para las futuras generaciones, para los jóvenes de hoy cuando tengan mi edad, porque en 40 años más, la mitad de la población del globo será de color. Yo creo que en este partido está tallando la enorme natalidad de África pobre, y eso va a influir en el mundo con una balanza. Los que no quieren ver estos fenómenos es porque no amplifican la cabeza de lo que está pasando en el mundo. La seguridad del mundo, a futuro, va a depender de que aprendamos que la mejor forma de convivir es desterrar al racismo, porque vamos a ser una gigantesca mezcla: los mulatos van a reinar en el mundo, van a aparecer los de ojos rasgados con piel negra y al revés, va a haber rubios de mota. Para ahí va la humanidad a pesar de todos los reaccionarios que hay en el mundo, porque los pobres son más y son africanos.
¿Qué significaron para vos, cuando eras un joven militante, un joven revolucionario, la figura de Angela Davis y el movimiento por su liberación en los principios de los años 70?
José Mujica: Nos sacudía. Era el tiempo en que ingenuamente teníamos una ojeriza identificada con el imperialismo yanqui, pero nos empezábamos a dar cuenta de que dentro de esa sociedad también había un mundo sometido, subdesarrollado, tan hermano de nosotros, y nos empezó a pulir esa es esclerosis dogmática y cerrada de tener una figura de que en Estados Unidos todo es negativo. A partir de ahí, con esa lucha, empezamos a ver también que en esa sociedad hay otras cosas.
Carolina, ¿en un próximo gobierno del Frente Amplio, vos pensás en políticas quizás más agresivas para incorporar a las agendas antirracista y de género? La agenda del feminismo está planteando un movimiento que es de carácter mundial hoy y está realmente conmoviendo a Uruguay y al resto del mundo, pero a la vez se están produciendo avances de derecha en la región y en el mundo, cuyo discurso no es tan económico, más allá de su programa, sino un discurso contra la inclusión, un discurso misógino, como en Brasil o en los propios Estados Unidos.
Carolina Cosse: Más que agresiva, más profunda. Como decía Pepe recién, esto excede un tema de género y me parece a mí que cometeríamos un desperdicio, desde el punto de vista de la izquierda y del futuro de Uruguay, si pensáramos en políticas sociales o políticas de género o políticas antirraciales. Es política, entonces me parece que lo que hay que hacer como política es introducir nuestras preocupaciones por el ser humano, el ser antirracista, el que todos tengamos iguales oportunidades, de entrada y de recorrida, de forma transversal a todas las acciones del gobierno, sistemáticamente transversal, integrado a todas las acciones. Nos tiene que desvelar eso y nos tiene que ocupar de manera transversal. Hay que empezar a entender que hay que consustanciar la política social con la política productiva, y no sólo nos vamos a manejar con políticas sociales de asistencia. El tránsito hacia nuevas posibilidades culturales y sociales lo da el trabajo y el trabajo necesita educación, un nuevo sistema productivo, más trabajo. No podemos ver las cosas de manera sesgada o de una sola forma.