"Es increíble que Elon Musk hiciera un 'Sieg Heil' [saludo utilizado por los nazis] en la toma de posesión de Trump. Un maldito saludo nazi tan claro como el día. Lo que está pasando", comentó un usuario, mientras otro señaló que "no fue un accidente ni un error", ya que "lo hizo dos veces".
¿El saludo Bellamy?
A su vez, otros internautas consideraron que Musk gesticuló "lanzando su corazón a la multitud". "Está claro que gesticula con el corazón, profundamente conmovido por la emoción y la gratitud", publicó un usuario de X.
Además, algunos afirmaron que se trataba del saludo Bellamy, un gesto que se utilizaba para acompañar el Juramento de Lealtad a la bandera de EE.UU. antes de que fuera oficialmente reemplazado, en la década de 1940, por la mano sobre el corazón, ya que los fascistas italianos, los nazis y los falangistas españoles habían adoptado saludos similares en la forma.
"¿Acaba Elon de traer de vuelta el saludo Bellamy para la administración Trump?", se preguntó un internauta. "Por extraño que parezca, la forma en que lo hace Elon es más parecida a cómo hacían el saludo Bellamy los estadounidenses. Mussolini y Hitler cambiaron la dirección en la que se colocaba el brazo y la orientación de la mano", apuntó otro.
Musk, Trump y la colonización de Marte
La euforia se apoderó del propietario de X durante toda la jornada y alcanzó su punto culminante cuando Trump, en su discurso de investidura, pronunció una de sus frases más ambiciosas: "Perseguiremos nuestro destino manifiesto a las estrellas, enviando a astronautas estadounidenses a plantar las estrellas y franjas (de la bandera de EEUU) en el planeta Marte".
Las palabras del presidente parecían tener un magnetismo especial para el fundador de SpaceX, quien, con la mirada fija en Trump, no pudo evitar sonreír, como si esas palabras fueran el reflejo de su propio sueño de llevar a la humanidad más allá de la Tierra. La promesa de una supremacía estadounidense que no solo abarcara el planeta, sino que se extendiera hasta Marte, parecía alimentada por esa misma visión futurista que Musk había perseguido con tanto fervor.
En ese momento, Musk no solo aplaudía las palabras de Trump, sino también el reconocimiento de que, en esa carrera hacia las estrellas, él estaba al frente, liderando un camino que, por fin, parecía más cercano que nunca.