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Bolsonaro llamó "guerreros" a los policías militares que participaron en la masacre. En la acción también participó la Policía Federal y Federal de Caminos.
En un comunicado en las redes sociales, el jefe del Ejecutivo federal dijo que la operación estaba prevista para varios meses. Dijo que agentes de seguridad vigilaban los pasos de los narcotraficantes con el objetivo de detenerlos fuera de la comunidad y que esto no fue posible por el ataque de una facción criminal, “haciéndose necesario el uso de la fuerza para contener las acciones”.
Bolsonaro también criticó a los expertos en seguridad pública que señalaron errores en la operación.
El operativo policial generó pánico entre los lugareños que quedaron atrapados en medio de la matanza. Entre los muertos está Gabrielle Ferreira da Cunha, de 41 años, baleada en su casa.
El operativo conjunto que resultó en la masacre es objeto de investigación por parte de los fiscales federal y estatal de Río de Janeiro. El objetivo es investigar violaciones de derechos durante la actuación de la Policía Militar, la Policía Federal y la Policía Federal de Carreteras en la comunidad del norte de Río de Janeiro, según informó Folha de Sao Paulo.