El número de ciudadanos kirguises muertos en la nueva ola de tensiones fronterizas con Tayikistán aumentó a 24, adelantaron el viernes a Sputnik desde el Ministerio de Salud de Kirguistán. "Según los datos operativos, los cuerpos de 24 personas han sido ingresados en organizaciones sanitarias de la región de Batken (fronteriza con Tayikistán)", dijo un portavoz. Antes, el ministerio kirguís informó de dos víctimas mortales y 87 personas que resultaron heridas.
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Por su parte, la oficina de prensa de la Cancillería de Kirguistán comunicó que su jefe, Zheenbek Kulubáev, durante su conversación telefónica con el presidente de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Zbigniew Rau, y la secretaria general de la entidad, Helga Schmid, aseguró que Biskek se propone resolver el conflicto fronterizo por vía pacífica.
Según Kulubáev, los representantes de la OSCE a su vez "instaron a impedir que el conflicto vaya a peor y a resolverlo pacíficamente, al tiempo que acogieron con satisfacción los esfuerzos de las partes por establecer un diálogo constructivo y pidieron respetar los acuerdos de cese al fuego ya alcanzados".
Este viernes volvieron a producirse choques armados a lo largo de la frontera kirguís-tayika, que se extiende por 972 kilómetros, 664 de los cuales seguían sin delimitarse en abril pasado.
Los jefes de los servicios especiales de ambos países acordaron un alto el fuego. Sin embargo, más tarde el Servicio de Fronteras kirguís denunció la violación de la tregua por parte de militares tayikos.
Según dijo ante la prensa el director del Comité de Seguridad Nacional de Kirguistán, Kamchibek Tashíev, la cifra de víctimas civiles supera la de los militares.
La falta de una demarcación clara deriva en disputas sobre el uso de terrenos y recursos hídricos, con frecuentes choques entre guardias fronterizos y reyertas entre las comunidades que quedaron separadas por una línea divisoria tras la desintegración de la Unión Soviética a finales de 1991.
(Vía Sputnik)