Caio Varela, presidente de Ciervos Pampa, el primer club de rugby de diversidad sexual de América Latina, se pronunció sobre el asesinato de Fernando Báez Sosa en manos de 8 rugbiers y opinó que «hay que dar el debate sobre el deporte, los privilegios de clase y qué implica el racismo y la xenofobia en Argentina».
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
«Es muy fácil querer poner la responsabilidad de la violencia social sobre el rugby. No se puede resumir todo a este deporte, porque la sociedad entera sigue siendo transfóbica y xenófoba. Aun así, también es importante encarar lo que representa históricamente esta disciplina en la sociedad argentina, en términos de clase, privilegios, corporalidad y expresión de una masculinidad hegemónica. Esta masculinidad es violenta, impune y está cargada de privilegios».
“Quedate tranquilo que a este negro de mierda me lo llevo de trofeo”. Esa fue una de las frases que escuchó Tatiana Caro, joven que testificó en las primeras audiencias del juicio.
«Lo que pasó con Fernando fue una consecuencia, no una tragedia. Tenemos el desafío de romper con la mirada hetero-cis-patriarcal en el deporte. El financiamiento público debe tener perspectiva de género. En Ciervos, desde el 2018, tenemos una escuela de formación en Derechos Humanos donde asisten jugadores, cuerpo técnico y socios. Ahí reflexionamos sobre la desigualdad, la discriminación y el pacto de la sociedad y el deporte».
«Creo que va a haber una condena, pero se hace justicia de forma parcial, porque Fernando no está más. Por eso, tenemos que tener miradas más serias y profundas. Esto no puede volver a pasar».
(Vía La Garganta Poderosa)